Romanos 14: ¿anula la ley de carnes limpias e inmundas?

Algunos creen que Romanos 14 enseña que los cristianos no necesitan obedecer la ley acerca de los animales limpios e inmundos. El contexto apunta a otras conclusiones.

Según algunas personas, Romanos 14 anula la ley de animales limpios e inmundos que se encuentra en Levítico 11:1-47 y Deuteronomio 14: 3-21. Pero, ¿es esto cierto?

El contexto

Primero debemos analizar el contexto de esta Escritura. En los primeros versículos de Romanos 14 leemos que algunas personas de la Iglesia querían ser vegetarianas: “Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres” (vv. 1-2).

Vemos entonces que las causas de su división no eran de gran importancia. Los creyentes romanos lidiaban con el tema del vegetarianismo, el cual no se menciona en el Antiguo Testamento. Es importante preguntarnos si el apóstol Pablo llamaría “opiniones” a los mandamientos del Antiguo Testamento.

Pero es aún más importante preguntarnos por qué una persona creyente querría ser vegetariana. La carne era muy costosa y muchos deseaban poder incorporarla a su dieta, algo totalmente distinto a lo que sucede hoy en las dietas occidentales, en dónde la carne es el componente fundamental.

La respuesta a esto se encuentra en otra Escritura donde se trata el mismo tema y se dan instrucciones muy similares al respecto. En 1 Corintios 8, Pablo nuevamente escribe acerca de cristianos que evitaban consumir carne, pero esta vez detalla la razón: durante el primer siglo, era común que se vendiera carne de animales sacrificados a ídolos en los mercados.

El apóstol explicó a la Iglesia que un ídolo no tiene ningún valor en sí (v. 4), pero además les dijo que, si la conciencia de un hermano estaba intranquila por el hecho de que la carne en la mesa había sida ofrecida a un ídolo, entonces el hermano de conciencia más fuerte bebía desistir de comer para no ofender al cristiano más débil (vv. 7, 9-13).

Animales ofrecidos a ídolos y evitar ofensas

Romanos 14 debería interpretarse según este contexto. Según el Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día:

“El problema del hermano fuerte y el hermano débil con respecto a la dieta también se trata en 1 Cor. 8.  La carta a los corintios fue escrita menos de una año antes que la carta a los romanos, por lo que parece razonable concluir que, tanto en 1 Cor. como en Rom. 14, Pablo habla del mismo tema. En Corintios, el problema se basa en si es o no correcto comer algo que ha sido sacrificado a los ídolos, pues, según la tradición antigua, los sacerdotes paganos negociaban con grandes cantidades de animales sacrificados a ídolos. Pablo explicó a los creyentes corintios…que, dado que un ídolo no era nada, no era incorrecto comer algo que le haya sido dedicado…Algunos cristianos se abstenían por completo de comer carne, probablemente para no ofender a los demás. Debido a esto, su comida consistía en nada más que ‘legumbres’, es decir, vegetales (véase Rom. 14:2)” (vol. 6, pp. 634-635).

El apóstol Pablo resume el tema de la siguiente manera: “Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano” (Romanos 14:13).

Otra palabra traducida como “inmundo”

Más adelante Pablo explica que “…nada es inmundo en sí mismo; mas para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es” (v. 14). Es este versículo, la palabra traducida como “inmundo” no es akathartos, como cuando se nombran las carnes inmundas, sino koinos, la cual es normalmente traducida como “común”. Algunas veces, esta palabra se utilizaba en referencia a un animal que había muerto por causas naturales y no al ser degollado y desangrado.

El contexto de Romanos 14 no son las comidas que se definen como “comunes” en la Biblia, sino aquellas que algunos cristianos en lo individual juzgaban como comunes. Tal como explica Pablo, “…para el que piensa que algo es inmundo [koinos], para él lo es. Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida [broma, palabra utilizada para “comida” en general y no sólo para carnes] tuya se pierda aquel por quien Cristo murió” (vv.14-15).

Luego, el apóstol expresa, “No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son limpias; pero es malo que el hombre haga tropezar a otros con lo que come” (v. 20). No obstante, es claro que no todas las cosas que existen son limpias; hay cosas (como algunos hongos) que son incluso venenosas y otras (como las serpientes y lagartijas) que no son apetecibles en lo en lo absoluto ni son nombradas en la Biblia como aptas para comer. Las palabras de Pablo deben leerse en el contexto de asuntos secundarios que no acarreaban consecuencias por sí mismos, excepto cuando provocaban ofensas.

Él entonces resume el principio: “Bueno es no comer carne [kreas, “carne animal”], ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite”. En otras palabras, si es necesario evitar la carne, el alcohol, o cualquier otra cosa que ofenda a un hermano, ¡hágalo!

Entonces, en Romanos 14 se habla de un problema práctico con respecto a la alimentación en el pagano mundo greco-romano. Este capítulo no tiene relación con la abolición de la ley de carnes limpias e inmundas.

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