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La sequía… ¿nos está llegando el día cero?

Ciudad del Cabo agoniza. La urbe central y turística de África atraviesa la mayor sequía de la historia y se estima que ésta, la segunda ciudad más poblada de Sudáfrica, se quedará sin el líquido vital a mediados de abril de este año.

A principios de febrero, el gobierno local advirtió que el líquido dejará de llegar a la mayor parte de las zonas residenciales y negocios este 16 de abril, cuando las represas alcancen un nivel de 13,5 por ciento, en lo que se ha denominado el “día cero”.

En los últimos años se han venido advirtiendo dos aspectos que pueden ser críticos para la sustentabilidad de la vida en las grandes urbes. El primero de ellos es el cambio climático y el segundo es el aumento de la población.

Ambas causas son las que tienen a la Ciudad del Cabo en un punto casi de no retorno ante la crítica situación que están prontos a vivir.

La sequía más severa de los últimos tiempos, sumada a la duplicación de la población en las últimas dos décadas han hecho del agua un recurso cada vez más escaso.

A principios de febrero se estimaba que el “día cero” sería para la segunda semana de abril. Luego de varias contribuciones de agricultores y sus canales de regadío, el “día cero” llegará el 9 de julio, cuando se cortará el agua del grifo y se repartirán bidones de 25 litros por persona para sustentar todas sus necesidades del día.

Esta cantidad de agua casi no alcanza para las necesidades diarias, que incluyen la higiene y la alimentación. Sin embargo, será la única alternativa viable para una gran ciudad al borde de una crisis humanitaria.

Sin temor a equivocarnos, y en base a los estudios que hablaban de estos problemas para el año 2050, podríamos mencionar que el futuro ya está aquí, mucho antes de lo esperado.

Desde que se conoció el problema de la grave sequía en Ciudad del Cabo y del riesgo de quedar sin agua, muchos países han tenido que revelar su realidad, anunciando que también ellos están al borde de empezar a contar su propio “día cero”. Naciones cómo México, Irán, Siria, Yemen, Pakistán y naciones africanas están en la lista de riesgo ante el escaso recurso hídrico.

Casi 850 millones de personas en todo el mundo carecen de acceso al agua potable, dice la Organización Mundial de la Salud, y las sequías están aumentando en muchas partes del mundo.

Según la Organización de las Naciones Unidas, en la actualidad cerca de una quinta parte de la población mundial (1.500 millones) habita en áreas que enfrentan escasez de agua, y otro cuarto de la población mundial (1.850 millones) enfrenta recortes en el suministro de agua por insuficiencia de infraestructura para abastecerse de agua potable de los ríos y mantos acuíferos.

Sin duda que este problema es uno más de tantos que aquejan a la Humanidad y que están empezando a dar síntomas de lo difícil que será la vida en los años que se vienen, lo queramos aceptar o no.

Creo que cada uno de nosotros debe meditar en el “día cero” de nuestra propia ciudad, que sucederá tarde o temprano. Este evento nos debe hacer pensar en que el final de las cosas en su estado actual llegará, pero alegremente tendremos también un nuevo comienzo.

Hablando analógicamente, pronto la humanidad vivirá su “día cero”. Se necesita urgentemente de un cambio para que la maldad, el pecado, la avaricia, la injusticia y la inmoralidad dejen de existir.

La sequía es tan sólo una de las consecuencias del pecado del hombre. En los tiempos de Jeremías este profeta advertía al reino de Judá de su alejamiento de Dios y de su desobediencia.

Jeremías 14:1-4: “Palabra del Eterno que vino a Jeremías, con motivo de la sequía. Se enlutó Judá, y sus puertas se despoblaron; se sentaron tristes en tierra, y subió el clamor de Jerusalén. Los nobles enviaron sus criados al agua; vinieron a las lagunas, y no hallaron agua; volvieron con sus vasijas vacías; se avergonzaron, se confundieron, y cubrieron sus cabezas. Porque se resquebrajó la tierra por no haber llovido en el país, están confusos los labradores, cubrieron sus cabezas”.

Dios había ofrecido bendiciones a su pueblo si obedecía. Dios dice en Levítico 26:3: “Si anduviereis en mis decretos y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra rendirá sus productos, y el árbol del campo dará su fruto.”

Dios desde el principio quiso que el hombre recibiera bendiciones si obedecía su ley. Pero hoy, el libre albedrío lo ha llevado a creer que sus propias ideas lo ayudarán a vivir mejor. En los tiempos de Judá no era así, el hombre sabía que, si pecaba, pagaría las consecuencias. Siguiendo con la lectura de Jeremías, notemos lo que pensaban ellos acerca de su vida y cómo se reconocían. En el versículo 7 de Jeremías 14, leemos: “Aunque nuestras iniquidades testifican contra nosotros, oh Eterno actúa por amor de tu nombre; porque nuestras rebeliones se han multiplicado, contra ti hemos pecado.”

Lo creamos o no, la humanidad experimentará su “día cero”. Pero la buena noticia es que, después de eso, se viene un gran cambio positivo para este mundo. Pronto una gran noticia estremecerá al mundo entero. Nadie pasará desapercibido ante la culminación del gobierno del hombre y el inicio del gobierno de Dios sobre toda la Tierra.

El “día cero” es cuando termina un ciclo y comienza uno nuevo. Si…. Jesucristo pronto vendrá a la Tierra por segunda vez a dar esperanza a la humanidad, a instruirnos acerca de la verdadera justicia y a enseñarnos que el pecado nos apartó de las bendiciones que Él mismo prometió desde el comienzo.

Nuevos tiempos se vienen y serán excelentes. En VidaEsperanzayVerdad.org queremos ayudarle a ver la vida desde la perspectiva de Dios. Es por esta razón que si le gustó este artículo le recomendamos otro más: “El agua en la Profecía” que de seguro le ayudará a entender más acerca de este tema.

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Acerca del autor

Álvaro Matamala

Alvaro Matamala

Alvaro Matamala es Ingeniero en Administración de Empresas. Casado con Fabiola Jaufrett Silva. Tiene seis hijos, tres hombres y tres mujeres. Algunos de ellos ya están casados y le han dado nietos hermosos.

Llegó a la Iglesia de Dios en el año 1985 e inmediatamente ingresó a los Clubes de Oratoria y Graduados. Es amante de la lectura y el estudio de diferentes temas relacionados con la profecía bíblica. Es lector recurrente de los más destacados portales de noticias. Le interesan especialmente los temas relacionados con Israel actual.

Fue ordenado como ministro en el año 2015 y desde el año 2020 trabaja a tiempo completo para la Iglesia de Dios, una Asociacion Mundial en Chile, atendiendo las congregaciones de Curicó, Talca y San Carlos.

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