Ángeles

Aunque el libro de Daniel sólo menciona a dos ángeles por nombre propio, existen muchísimos más. ¿Por qué creó Dios a estos seres espirituales?

El ser humano siempre ha sentido cierta curiosidad por los ángeles. Así lo demuestran muchos de los escritos y obras de arte de las diferentes religiones y culturas del mundo.

Hoy en día muchos siguen fascinados con el tema, pero aún existen ideas muy diversas sobre la naturaleza y propósito de los ángeles.

Algunos piensan que las personas se convierten en ángeles al morir; otros, que todos tenemos un ángel guardián; otros, que los ángeles pueden ser de género femenino o masculino o incluso bebés.

La verdad sobre los ángeles

Pero, ¿cuál es la verdad sobre los ángeles y dónde podemos encontrarla? La única fuente de información certera sobre estos seres es la palabra revelada de Dios —la Santa Biblia.

Y con 34 libros de la Biblia que mencionan a los ángeles, sin duda tenemos información suficiente para ayudarnos a comprender qué son los ángeles y por qué fueron creados.

¿Quiénes o qué son los ángeles?

En el Nuevo Testamento, la palabra “ángel” proviene del griego angelos que, al igual que su equivalente hebreo en el Antiguo Testamento, mal’ak, significa simplemente “mensajero”.

Los ángeles fueron creados por Dios para ser sus “espíritus ministradores” y pertenecen al mundo espiritual (Salmos 33:6; 148:2-5; Hebreos 1:14). Además, los ángeles fieles de Dios son llamados santos y escogidos (Mateo 25:31; 1 Timoteo 5:21).

Por ahora, los ángeles son “mayores en fuerza y en potencia” que los seres humanos (2 Pedro 2:11) —el salmista escribe sobre un hombre: “Le has hecho poco menor que los ángeles” (Salmos 8:5). Pero los humanos que lleguen a formar parte del futuro reino de Dios tendrán autoridad incluso sobre ellos (1 Corintios 6:3; Hebreos 2:5-8).

Propósito de los ángeles

Como espíritus ministradores (servidores), los ángeles son diligentes siervos de Dios que le ayudan en todo lo que les pide (Salmos 103:20-21). Algunos, por ejemplo, sirven a Dios en su trono y le adoran constantemente (Daniel 7:10; Ezequiel 3:12; Lucas 2:13:14).

En ocasiones, Dios también los utiliza para llevar a cabo sus justas sentencias de destrucción o para proteger a sus siervos fieles (Salmos 34:7; 91:11). Los ángeles tienen un profundo interés por el plan de salvación de Dios; anhelan conocer lo que ha revelado a sus profetas y se gozan cuando alguien se arrepiente (1 Pedro 1:12; Efesios 3:10; Lucas 15:10).

Además, los ángeles tienen la responsabilidad de ayudar a los seres humanos que están en proceso de heredar la salvación (Hebreos 1:14).

Una gran cantidad de ángeles

Los ángeles son descritos como el “ejército de Jehová” y el “ejército de los cielos”, lo cual implica que Dios creó una gran cantidad de ellos (Josué 5:14; 1 Reyes 22:19). Fueron creados antes que los seres humanos y estuvieron presentes cuando Dios creó el mundo alabando y regocijándose ante la creación (Job 38:7).

Aunque las escrituras no revelan un número exacto de ángeles, sí dicen que hay millones de ellos (Daniel 7:10; Apocalipsis 5:11). Cristo además dijo que podía pedir a Dios más de doce legiones de ángeles si fuese necesario, y una legión romana se componía de 6.000 soldados (Mateo 26:53).

Dios creó muchos ángeles, pero la Biblia solo menciona a tres de ellos por nombre. Miguel y Gabriel son mencionados en el libro de Daniel y el tercer ángel de alto rango, “Lucifer” —quien luego se convirtió en Satanás (Lucas 10:18)— es mencionado en el libro de Isaías (Daniel 9:21; 10:13; Isaías 14:12).

Los ángeles santos de Dios son seres inteligentes con libre albedrío que permanecieron fieles a Dios cuando Lucifer intentó convencerlos de seguirle. El resto —una tercera parte— fue persuadido por este perverso ángel que luego lideró una rebelión contra Dios y su trono en el cielo (Ezequiel 28:15; Apocalipsis 12:3-4).

Anonimato de los ángeles

En general, la Biblia no revela muchos detalles sobre los ángeles a nivel individual. Probablemente porque no necesitamos tal información en esta etapa de la historia y Dios lo prefirió así para limitar la tendencia que algunos tienen de adorar a los ángeles.

El apóstol Pablo, por ejemplo, menciona el culto idólatra de ángeles y advierte sobre los maestros falsos que fomentaban esta práctica (Colosenses 2:8, 18).

Además, los ángeles justos no aceptan que se les adore. Cuando maravillado por la presencia de tan poderoso ser espiritual el apóstol Juan comenzó a adorar a un ángel, el ángel le dijo: “Mira, no lo hagas… Adora a Dios” (Apocalipsis 19:10; 22:8-9).

Rangos y tipos de ángeles

Las escrituras también revelan que los ángeles tienen diferentes niveles de responsabilidad y honor.

En la mayoría de los relatos bíblicos sobre encuentros de ángeles con seres humanos, los ángeles tienen forma de hombre y no tienen alas. Es por esto que algunas personas “sin saberlo, hospedaron ángeles” (Hebreos 13:2).

Otro tipo de ángeles son los “serafines” que el profeta Isaías vio en visión y describe como ángeles con seis alas que se encuentran sobre el trono de Dios (Isaías 6:2). Este parece ser el mismo tipo de ángeles que el apóstol Juan describe cuando ve “cuatro seres vivientes”, cada uno con seis alas y una apariencia diferente a los demás (Apocalipsis 4:6-8).

El profeta Ezequiel además describe a los “querubines” (otra clase de ángeles) como seres con cuatro caras y cuatro alas (Ezequiel 1:6, 10; 10:20-21). De hecho, Lucifer era un querubín de alto rango antes de ser expulsado del cielo junto a un tercio de los ángeles por su pecado (Isaías 14:12; Ezequiel 28:14; Lucas 10:18; Judas 1:6; Apocalipsis 12:4). Los ángeles que cayeron con él son los que ahora conocemos como demonios.

Otra clase de ángeles son los “veinticuatro ancianos” vestidos de blanco con coronas de oro descritos en el libro de Apocalipsis (Apocalipsis 4:4; 11:16; 19:4).

Y la Biblia describe a siete ángeles cuyo trabajo es supervisar lo que ocurre en la tierra y hacérselo saber a Dios (2 Reyes 2:11; 6:15-17; Zacarías 6:1-6).

Claramente, el mundo angelical es bastante variado. Algunos ángeles se muestran en forma humana; algunos —los querubines— tienen cuatro alas y cuatro caras (hombre, león, buey y águila); algunos —los serafines— tienen seis alas.

Otros títulos de los ángeles

Además de ser “espíritus ministradores” de Dios, los ángeles son llamados “hijos de Dios” y “estrellas del alba” (Job 1:6, 38:7; Apocalipsis 1:20; 12:4). El título “hijos de Dios” se refiere principalmente a sus orígenes, pues fueron creados por el “Padre de los espíritus” (Hebreos 12:9).

Vale la pena mencionar que la Biblia también describe a los seres humanos como “hijos de Dios”, por lo que el contexto de cada referencia es fundamental para determinar si se trata de ángeles o seres humanos (Oseas 1:10). En Génesis 6:1-4, por ejemplo, son seres humanos y no ángeles quienes tomaban a las mujeres que querían.

Además, en el Nuevo Testamento también se llama “hijos de Dios” a los cristianos que tienen el Espíritu Santo en ellos (Romanos 8:14; Gálatas 3:26). De hecho, los fieles que pasen a formar parte del reino de Dios en la resurrección tendrán cuerpos espirituales como los de los ángeles (Daniel 12:3; Lucas 20:36; Filipenses 3:20-21).

Encuentros con ángeles

Cuando un ángel se aparecía en persona (no en sueño o visión) a un ser humano, lo hacía en forma de hombre. Vemos varios ejemplos de ángeles que hablaron cara a cara con siervos fieles de Dios, incluyendo a Abraham, Lot, Jacob, David, Pedro, Pablo, María, un grupo de pastores, las mujeres que fueron a la tumba de Cristo y muchos otros (Génesis 18:2; 19:15; 32:1; 2 Samuel 24:17; Hechos 12:7; 27:23; Lucas 1:28; 2:13; Mateo 28:2-5; Hebreos 13:2).

Sin embargo, los ángeles también se aparecían en sueños o visiones, y estos encuentros eran tan vívidos y reales como cuando la persona estaba despierta y hablando cara a cara con el ángel (Génesis 28:12; Mateo 1:20; Hechos 10:3; Hechos 12:9).

Género de los ángeles

En ciertas ocasiones, la Biblia se refiere a los ángeles como “hombres” y siempre los describe como si fueran de género masculino (Génesis 18:2; Daniel 8:15; 10:18). Sin embargo, los ángeles no son como los humanos en este sentido; no tienen género y tampoco se casan ni se reproducen (Mateo 22:30).

Por otro lado, los ángeles nunca son descritos como mujeres o bebés. El verdadero origen de estas ideas son las mitologías griega y romana.

Tampoco se describen con atributos físicos o una manera de vestir fuera de lo común, con una sola excepción. Lo único que sabemos es que su ropa a menudo era extremadamente blanca o brillante, o bien, su sola presencia irradiaba luz (Lucas 24:4; Hechos 12:7). Su brillante y majestuosa apariencia generalmente inspiraba miedo a quien los veía, y en varias ocasiones el ángel tenía que calmar a la persona diciéndole que no había qué temer (Daniel 10:11-12; Lucas 2: 9-10).

Ángeles guardianes

En Mateo 18:10, vemos que los ángeles también cuidan de los “pequeños” —que se vuelven como niños en Cristo (vv. 3-4). Pero, aunque tienen la tarea de proteger al pueblo de Dios, la Biblia no respalda la idea popular de que cada persona (cristiana o no) tenga un ángel guardián (Salmos 34:7; 91:11). Dios puede mandar a sus ángeles en ayuda de quien sea cuando sea necesario, en la medida que esto sea conveniente para su plan de salvación para la humanidad.

Ángeles engañadores

Satanás, el padre de la mentira, se esconde bajo el disfraz de ángel de luz (Juan 8:44; 2 Corintios 11:14). Y, al igual que él, sus demonios se hacen pasar por ángeles justos para engañar a muchos (1 Timoteo 4:1).

Lo mismo sucede con algunos de los seres humanos. Como dijera Pablo, “no es extraño si también sus ministros [de Satanás] se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras” (2 Corintios 11:15). Muchas de las tantas historias de encuentros con ángeles son engaños de Satanás que probablemente más adelante utilizará a su favor en su gran obra de engaño (2 Tesalonicenses 2:9-10; Gálatas 1:8; Apocalipsis 13:14).

Todo cristiano debe estar atento al engaño religioso. Solo si seguimos creciendo en el conocimiento de Dios y la gracia y conocimiento de nuestro Señor Jesucristo podremos estar preparados para reconocer los engaños religiosos que Pablo describe como “espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (Colosenses 1:9-10; 2 Pedro 3:18; 1 Timoteo 4:1).

Futuro rol de los ángeles

Dios también nos revela algunas de las funciones que los ángeles tendrán en el futuro, como acompañar a Cristo durante su triunfante regreso a la tierra y ayudarlo a separar a los malos de los justos (Mateo 13:39, 41, 49; 16:27; 25:31).

Aunque el hombre fue creado menor que los ángeles, en el reino de Dios los fieles serán transformados a seres espirituales y se les dará autoridad sobre toda la creación de Dios, incluyendo a los ángeles (Salmos 8:5; Mateo 22:30; Daniel 7:27).

Es por esto que, hablando sobre nuestro deber de juzgar correctamente en esta vida, el apóstol Pablo dice: “¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida?” (1 Corintios 6:2-3).

Ángeles “consiervos”

Como vimos, los ángeles fueron creados para ser siervos, mensajeros y representantes de Dios en su reino universal. Una de sus principales tareas es servir como “consiervos” a los hijos humanos de Dios —aquellos que tienen su Espíritu en ellos (Hebreos 1:14; Apocalipsis 19:10).

El destino del hombre no se limita al mundo físico. Dios nos diseñó para trascender la gloria de los ángeles e incluso para gobernarlos. Pero si queremos ser parte de su maravilloso plan, debemos prepararnos desde ahora. Si desea más detalles acerca de cómo puede prepararse para esto, le invitamos a explorar la sección "Cambio" en nuestro sitio web.

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