¿Qué es un ser humano?

¿Son los seres humanos la especie más evolucionada en la cadena alimenticia? O, ¿hay un propósito, un increíble potencial humano?

Muchos parecieran creer que los seres humanos simplemente son la especie más evolucionada en el reino animal. Muchos asumen que los seres humanos, como los animales a su alrededor, son el producto de un largo proceso evolutivo.

Pero, ¿es el hombre un animal? ¿Evolucionó, tal vez de un primate primordial? O, ¿De unas partículas microscópicas en una pieza de roca que impactó la tierra, proveniente de un planeta lejano?

Sólo la Biblia contiene las respuestas verdaderas y completas al origen del hombre.

¿Son los seres humanos únicos?

¿Qué es en realidad el ser humano? ¿Por qué entre todos los seres vivientes poseen el intelecto y la capacidad de estudiarse a sí mismos? ¿Por qué tenemos estas capacidades exclusivas de pensar, planear y llevar a cabo lo planeado? ¿Por qué no seguimos los patrones en el mundo animal de repetir conductas predecibles?

Claramente, los seres humanos no están limitados a repeticiones automáticas de conductas animales o de las formas de vida que sus ancestros les pasaron a través de cientos de generaciones con prácticamente ningún cambio. El hombre es un ser que piensa, creativo.

El reino animal

Sin importar dónde viva, usted probablemente esté familiarizado con las aves, así que analicémoslas un poco. Las aves construyen sus nidos de la misma forma que lo hicieron sus padres. Sus jóvenes tienden a hacer lo mismo que sus padres hicieron. Aquellos que migran, utilizan el mismo camino, para volar distancias considerables, buscando el invierno en tierras extrañas —para llegar a los mismos lugares en que sus antepasados han hibernado.

No encontramos que las aves busquen arquitectos o decoradores para que les diseñen y les construyan una nueva forma, diferente, de nido. Ellos no consultan los agentes de viaje para encontrar un mejor lugar para tener las vacaciones.

Los mamíferos son muy parecidos. Ellos viven una vida caracterizada por el comportamiento rutinario y muy poca variedad en las especies. Aunque ellos pueden aprender respuestas sencillas por medio de un entrenamiento repetitivo, ellos no piensan como lo hace un ser humano.

Los animales tienen instinto que los guía a cumplir las necesidades fundamentales, pero no tienen mente que piensen y planeen y construyan de una forma creativa.

Los elefantes han sido estudiados profusamente porque ellos tienen algunas conexiones inusuales familiares y parecen expresar emociones. Pero nuevamente, ellos actúan por instinto y no comprenden lo que son.

Sí, los seres humanos son únicos entre la población de organismos vivientes de la tierra. Y la humanidad es la única que tiene el intelecto y el poder para dominar otras especies.

¿De dónde vienen los seres humanos?

¿Ha estudiado usted cuidadosamente la naturaleza del hombre y sus orígenes? Probablemente en algún salón de clases o en un libro que lo llevó a creer que el hombre evolucionó de las formas de vida más simples. ¿Pero, en dónde se originaron esas formas de vida tan simples? ¿Cómo se convirtieron en vivientes los agentes químicos inertes? ¿Y de dónde provienen esos elementos químicos?

Muchas personas quieren creer que hay una combinación de creación divina y evolución. Pero la descripción bíblica de la creación no es compatible con la evolución de Darwin. No pueden ser ambas verdad.

¿Cuál es entonces la verdad? Y, ¿dónde la puede encontrar? Bien sea que usted emprenda estudios profundos acerca del origen de la vida, la respuesta llegará hasta una pregunta: ¿aceptará las enseñanzas de los eminentes científicos que dicen que sólo la evolución puede explicar la existencia del hombre —o aceptará las claras afirmaciones de la Biblia?

La Biblia examina las capacidades físicas, mentales, emocionales y espirituales de los seres humanos —y proclama que el Dios Creador es responsable de todo esto, haciendo a los seres humanos a su propia imagen. Describe la relación de la humanidad con Dios y el reino animal. Sólo usted puede escoger si va a creer los relatos bíblicos y rechazar las contradictorias teorías de la ciencia evolutiva. Y sólo usted cosechará las bendiciones o las consecuencias de su decisión.

¿Cuál es nuestra autoridad?

La ciencia verdadera y la Biblia son compatibles. Esta verdad ha sido con frecuencia oscurecida por la tergiversación de las declaraciones de la Biblia, especialmente en lo que se refiere a los espacios de tiempo. Por ejemplo, la Biblia no dice que la tierra no puede ser más antigua de 6.000 años, aunque muchos maestros religiosos lo afirman. (Vea el artículo “¿Cómo sabemos que la Biblia es verdad”?, si desea saber más acerca de porqué la ciencia no puede desautorizar la Biblia.)

De forma entendible, los científicos se burlan. Tales tergiversaciones han conducido a muchos a rechazar totalmente el relato bíblico de la creación. Por lo tanto, nunca han estudiado lo que dice en realidad.

Pero en verdad la Biblia es la única autoridad válida que tiene la humanidad. Es el manual de instrucciones del Hacedor, para su producto humano. Veamos un poco más de cerca este libro tan importante.

En el bien conocido relato de la creación en Génesis 1, vemos que Dios construyó la tierra y sus sistemas y la hizo habitable para el hombre y los animales. En este punto no se nos habla acerca del resto del universo, fuera de nuestro sistema solar. El relato está dedicado solamente a la residencia del hombre y su relación con su Creador.

La creación del hombre y la mujer está resumida en Génesis 1:26, pero los detalles se encuentran en el capítulo 2. “Entonces el Eterno Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente” (v.7).

El Dios Creador es la fuente de la vida humana. El aire que respiramos fue también creado por Dios. Contiene oxígeno, que es necesario para sobrevivir. El oxígeno es llevado a todas partes del cuerpo en la sangre. Más tarde, Dios nos dice que la sangre es “la vida de toda carne, porque la vida de toda carne es su sangre” (Levítico 17:14). Los científicos saben que la vida viene sólo de la vida (un principio conocido como la ley de la biogénesis).

Dios es Espíritu (Juan 4:24), pero el hombre es físico. Su vida es temporal; su muerte es algo cierto. Después del pecado en el jardín, Dios le dijo a Adán: “pues polvo eres, y al polvo volverás” (Génesis 3:19).

¿De dónde sacamos la idea común de que el hombre es un alma inmortal (siempre vive)? “Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis” (Génesis 3:4). Esta es la primera mentira registrada que le dijeron a la humanidad. El hombre fue llevado a creer que era inmortal —que viviría para siempre.

¿Es el ser humano un alma inmortal?

La religión moderna ha aceptado la falsa afirmación de la serpiente y cree que los seres humanos son inmortales en sí mismos. Sin embargo las propias palabras de Dios muestran claramente que el único camino por el que Adán pudiera alcanzar la inmortalidad era por medio del árbol de la vida, que simboliza el Espíritu Santo.

Veamos la razón que Dios dio en Génesis 3:22 para expulsar al hombre y a la mujer del jardín del Edén: “Ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre”.

Dios les había dado a nuestros primeros padres este verdadero potencial —comer del árbol de la vida, por lo cual ellos someterían su vida a Dios, quien a su vez, los conduciría a la vida eterna en su familia. Pero ellos rechazaron este ofrecimiento y desobedecieron a Dios y comieron del árbol de la ciencia del bien y del mal —y de esta forma sometieron su vida al control de Satanás (la serpiente). Satanás ha influenciado y engañado a la humanidad desde entonces.

Entonces, ¿qué es un ser humano? Quisiéramos reafirmarlo enfáticamente aquí: el hombre no es un alma inmortal, no tiene un alma inmortal. La mentira de Satanás fue suficiente para Eva y su esposo Adán —ellos sucumbieron ante esto y pecaron. Las declaraciones que la Biblia hace más adelante, han sido malinterpretadas a la luz de esa mentira y han conducido a más confusión acerca del estatus mortal del hombre.

La verdad es que el hombre tiene un componente espiritual —tal vez un elemento por haber sido creado a la imagen de Dios. “Ciertamente espíritu hay en el hombre, y el soplo del Omnipotente le hace que entienda” (Job 32:8).

Conexión con Dios

Pero el espíritu del hombre no es el hombre y no es un ser separado ni es vida. Es un elemento no físico que Dios puso en el hombre con el fin de darle un intelecto mayor que el de los animales, pero mucho menor que el de Dios.

La Biblia habla de otro espíritu —el Espíritu santo— que hace posible la relación entre el hombre y Dios. “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” (Romanos 8:16).

Y nuevamente: “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros” (v.11). Si, ¿se dio cuenta? Nuestros cuerpos son mortales y les será dada vida verdadera y real solamente por medio de Cristo.

El increíble potencial humano

Cuando unimos todas estas escrituras —y muchas más— encontramos lo que es un ser humano: es carne y sangre. El hombre es hecho del polvo de la tierra y ha sido activado por el soplo de vida. Su vida es totalmente física y temporal. Ahora no es inmortal y no tiene un alma inmortal.

Pero ha sido hecho con la capacidad de interactuar con Dios, su Creador. Él tiene la capacidad de recibir en su mente y espíritu el Espíritu Santo, que lo hace un hijo de Dios. El resultado final de la conversión es convertirse en un hijo nacido de Dios, compuesto de espíritu y viviendo eternamente como miembro de la verdadera familia de Dios.

¿Hijos de Dios?

Veamos otros puntos de la Biblia que nos ayudan a responder las preguntas. ¿Qué es un ser humano? Y, ¿cuál es nuestro potencial? Primero, volvamos al libro de Romanos. El apóstol Pablo dice: “Porque todos los que sois guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios” (Romanos 8:14).

En otra carta, Pablo describe todo el proceso de la transición de los cristianos desde carne humana mortal a espíritu inmortal: “Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos, pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad” (1 Corintios 15:50-53).

Sabiendo esta verdad, podemos decir con Pablo: “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!” (Romanos 11:33).

La difícil alternativa para el incrédulo es descrita por el apóstol Santiago: “Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece” (Santiago 4:14).

La elección

Aun los muertos tendrán que ser cambiados si es que van a estar con Dios. No están ahora en el cielo como seres inmortales. Y sin embargo millones han sido engañados y no creen lo que Dios dice. ¡No saben lo que son los seres humanos!

¿Qué sucede con usted? ¿Ha aceptado la verdad que no está basada en la Biblia acerca de la enseñanza del alma inmortal? ¿Piensa que la muerte es sólo una transición a la inmortalidad? ¿O está empezando a descubrir lo que Dios ha puesto delante de todos los seres humanos, la elección entre la vida —vida eterna- y la muerte permanente?

La elección es suya. ¿Puede usted leer su propia Biblia y someterse a la voluntad de Dios para su vida?

Debido a que usted es un ser humano, hecho a imagen de Dios, usted tiene el casi increíble potencial de convertirse en un miembro de la familia de Dios. ¿Cuán maravilloso es esto? ¿Escogerá usted el futuro más brillante que se pueda imaginar? Esperamos que sí. Lea más en el artículo “Hijos de Dios” y la sección “¿Hay vida después de la muerte?”.

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