¿Cómo se cuentan tres días y tres noches?

Jesucristo dijo que estaría en la tumba durante tres días y tres noches. Pero ¿encaja esto con el tradicional Viernes Santo y el Domingo de Resurrección?

Cualquiera pensaría que la mayoría de las personas sabe contar hasta tres. Pero este no parece ser el caso cuando se trata del período que Cristo dijo que estaría en la tumba. ¿Quiso decir realmente “tres días y tres noches”? ¿O es posible que se refiriera sólo a una parte de los tres días y una parte de las tres noches?

En el cristianismo moderno, la muerte y resurrección de Jesucristo se celebran con el Viernes Santo y el Domingo de Resurrección; y las iglesias cristianas alrededor del mundo atraen grandes multitudes para sus servicios de adoración durante esos días.

Pero para quienes intentan leer la Biblia textualmente, es muy difícil (imposible de hecho) hacer que encajen tres días y tres noches —e incluso parte de tres días y tres noches— entre el Viernes Santo y el Domingo de resurrección.

¿Cuál es la verdad entonces? ¿Qué dice la Biblia realmente?

La clave está en Mateo 12:39-40: “La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches” (énfasis añadido).

Un cálculo imposible

Antes de analizar estos versículos, comprobemos si efectivamente es o no posible que haya tres días y tres noches entre el viernes por la tarde y el domingo por la mañana (“siendo aún oscuro”, Juan 20:1). Hagamos la cuenta: la noche del viernes sería la noche uno, el sábado el día uno, y la noche del sábado, la noche dos. ¡Pero eso es todo! Tenemos un gran total de: dos noches y un día.

En otras palabras, es imposible que haya tres días y tres noches entre el viernes al atardecer y el domingo al amanecer.

¿Podría ser parte de tres días y parte de tres noches? En ese caso, tendríamos que considerar el pequeño lapso de luz del viernes por la tarde como parte de un día; la noche del viernes sería una noche completa, el sábado un día completo, la noche del sábado otra noche completa, y, de alguna manera, la mañana del domingo sería parte de un día (aunque Juan dice que las mujeres encontraron la tumba de Jesús vacía “siendo aún oscuro”). Incluso así, el cálculo nos deja con partes de tres días (viernes, sábado y domingo) pero sólo dos noches (viernes y sábado).

La verdad es obvia: es imposible que haya tres días y tres noches, o incluso partes de tres días y partes de tres noches, entre la tarde del viernes y la mañana del domingo.

Por lo tanto, si creemos en lo que la Biblia dice, Cristo no pudo haber sido crucificado un viernes y resucitado un domingo.

Las palabras de Jesús

La creencia del cristianismo moderno —que Jesús murió un viernes y resucitó un domingo— es sencillamente incorrecta y contradice las Escrituras. Como cristianos, es importante que aprendamos a aceptar las enseñanzas claras de la Biblia y a basar nuestras convicciones en ellas, no en otras ideas más convenientes. Cristo dijo exactamente lo que quería decir: que permanecería en la tumba durante tres días y tres noches.

Según Bullinger’s Companion Bible [Biblia complementaria de Bullinger], la frase utilizada en Mateo 12 se refiere literalmente a tres días y tres noches; no es una expresión abierta a interpretaciones:

“Cuando se especifica el número de noches así como el número de días, el enunciado deja de ser una expresión idiomática y se convierte en la aseveración de un hecho literal” (Apéndice 144, p. 170).

¿Qué día fue crucificado Cristo?

Si Cristo no fue crucificado un viernes, ¿qué día fue crucificado entonces? Mateo 26:19-21 y 27:33-35 nos dicen que fue crucificado en un lugar llamado Gólgota durante el día de la Pascua, el día 14 del primer mes en el calendario hebreo (Levítico 23:5).

Según el Evangelio de Juan, muchos de los judíos comieron su cena de Pascua durante la noche posterior a la muerte de Cristo (Juan 18:28), o sea al inicio del 15 de nisán, ya que para los judíos los días comienzan a la puesta de sol. Debido a esto, algunos piensan que Cristo tuvo una cena “pre-Pascua” y no celebró la Pascua verdadera antes de su muerte. Pero ¿qué dicen las Escrituras acerca de esto?

En la Biblia hay nueve versículos que describen la última cena de Cristo y sus discípulos como la Pascua: tres de ellos en Mateo, tres de ellos en Marcos y tres de ellos en Lucas (Mateo 26:17-19; Marcos 14:12, 14, 16; Lucas 22:8, 11, 15). Por lo tanto, podemos estar seguros de que Cristo y sus discípulos sí celebraron la verdadera Pascua en la noche previa a su muerte, lo que según las Escrituras corresponde al inicio del 14 de Nisán.

¿En qué año?

Ahora, para determinar el día de la semana en que Cristo fue crucificado, debemos hacernos otra pregunta: ¿en qué año sucedió todo esto? La creencia más popular es que Jesús murió en el año 33 d.C., pero esto parece estar desfasado según la evidencia interna de la Biblia.

En las Escrituras encontramos varios indicios de que el año fue otro: 1) la profecía de las 70 semanas de Daniel; 2) el gobierno de Pilato; 3) la muerte de Herodes; 4) el censo durante el reinado de Augusto César; y 5) el número de Pascuas que Cristo guardó durante su ministerio.

Según el número de Pascuas que ocurrieron durante el ministerio de Jesús, Cristo fue ministro por tres años y medio: desde el otoño del 27 d.C., cuando Él tenía 30 años, hasta cuatro Pascuas después (28, 29, 30 y 31 d.C.).

Con base en estos datos, creemos que una fecha más exacta de la muerte de Jesucristo es el año 31 d.C. Y, con la ayuda de un calendario hebreo, podemos calcular fácilmente que la Pascua de ese año cayó un miércoles.

Eventos que rodearon la muerte y sepultura de Jesús

Esto es lo que la Biblia nos dice acerca de los eventos que ocurrieron durante el miércoles en que Cristo murió. Jesucristo fue crucificado alrededor de las 9:00 a.m. (Marcos 15:25). Al medio día se iniciaron tres horas de oscuridad (Marcos 15:33). Cristo murió al terminar la oscuridad, cerca de las 3:00 p.m. (Marcos 15:34). José de Arimatea fue a donde estaba Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús (Juan 19:38). Y, con la aprobación de Pilato, José llevó el cuerpo de Cristo a una tumba cercana justo antes del atardecer, a eso de las 6:00 p.m.

Esa tarde además comenzaba un día de reposo, pero no un día de reposo semanal. Era un día “de gran solemnidad”, el primer día de Panes Sin Levadura (Juan 19:31). Y con todo lo que estaba sucediendo tan rápidamente, las mujeres no tuvieron tiempo para preparar el cuerpo de Jesús adecuadamente. No se podía trabajar en día de reposo, así que no pudieron ir a comprar y preparar las especias para el cuerpo sino hasta que este día santo terminara.

Las mujeres esperaron para comprar y preparar sus ungüentos hasta el día viernes, el día posterior al primer día de reposo de esta cronología (un día de gran solemnidad). Pero después de preparadas las especias, no hubo tiempo para ir a la tumba y ungir el cuerpo antes de que se pusiera el sol y comenzara el segundo día de reposo —el sábado semanal (Lucas 23:55-56).

Entonces, no fue sino hasta pasado el segundo día de reposo, a la mañana del primer día de la semana (domingo), que las mujeres fueron a la tumba con los ungüentos. Pero para cuando finalmente llegaron, el cuerpo ya no estaba (Lucas 24:1-3). Jesucristo había resucitado tal y como lo había dicho: 72 horas después de haber sido sepultado, o el sábado por la tarde.

¿Se contradicen los términos?

¿Qué sucede con las escrituras que dicen “después de tres días”, “al tercer día” y “en tres días”? ¿Contradicen estos términos el período de “tres días y tres noches”?

“Después de tres días” aparece en Mateo 27:63. Si Cristo fue resucitado antes de la puesta de sol del sábado, y exactamente 72 horas después de que su cuerpo fuera puesto en la tumba el miércoles, entonces fue resucitado “después de tres días”. Es decir, una sepultura a las 6:00 p.m. del miércoles y una resurrección a las 6:00 p.m. del sábado encajan con el término “después de tres días”.

“Al tercer día” aparece en Mateo 16:21. Si Cristo fue sepultado a la puesta de sol del miércoles, entonces el sábado sería el tercer día (el jueves sería el día uno, luego el viernes, luego el sábado). Esto no crea ningún conflicto, ya que el sábado claramente correspondería “al tercer día”.

“En tres días” aparece en Mateo 26:61. La lógica es la misma: si Cristo resucitó a las 6:00 p.m. del sábado, resucitó “en tres días” (vea también Marcos 14:58).

¿Por qué se celebran el Viernes Santo y el Domingo de Resurrección?

A partir de las Escrituras, es claro que Jesucristo no fue crucificado un viernes ni resucitó un domingo. Jesús murió un miércoles por la tarde, fue sepultado cerca de las 6 p.m. de ese día, y fue resucitado 72 horas después, alrededor de las 6:00 p.m. del sábado.

¿Por qué entonces el cristianismo moderno insiste en celebrar el Viernes Santo y el Domingo de Resurrección? Para la mayoría de los cristianos, la supuesta resurrección de Cristo en domingo es una “prueba” de que el domingo es un día apropiado de adoración. Su lógica es que, si Cristo resucitó un domingo, se justifica adorar en ese día en lugar de en el día ordenado por la Biblia: el séptimo día de la semana.

Sin embargo, como cristianos tenemos la responsabilidad de aceptar lo que las Escrituras realmente dicen, y no lo que queremos que digan. Jesús dio una sola señal de que Él era el Mesías: permanecería tres días y tres noches en la tumba. Si no lo hizo, entonces, según sus propias palabras, no calificaría para ser nuestro Salvador.

¡Pero sí estuvo en la tumba tres días y tres noches! La señal se cumplió tal como Él dijo y, por lo tanto, ¡es nuestro Salvador!

¿Cómo se cuentan tres días y tres noches? Es muy sencillo: sólo siga las Escrituras.

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