Comer el pan y tomar el vino de manera diga
De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.
El pan y el vino de la Pascua del Nuevo Testamento, que representan el cuerpo y la sangre de Cristo ofrecidos completamente en su sacrificio por nuestros pecados, no son algo para tomar a la ligera. Las instrucciones que Pablo les dio a los corintios nos advierten y aconsejan acerca de la preparación que debe haber para esa conmemoración tan significativa.
A los miembros bautizados se les ordena tomar el pan y el vino para comprometerse de nuevo con nuestro amoroso Dios y salvador. Cuando nos examinamos a nosotros mismos, nos damos cuenta de lo lejos que estamos de la perfección de nuestro Salvador y cuanto necesitamos de su sacrificio y ayuda para vencer. No somos dignos y no podemos hacernos dignos tampoco.
Afortunadamente Pablo no está hablando acerca de ser dignos, si no de acercarnos a Dios de una manera respetuosa. Buscar el perdón y la ayuda de Dios nos permite tomar esos símbolos de una manera digna y humilde.
Si usted desea estudiar más acerca de la Pascua, puede ver en nuestras Creencias fundamentales “12. La Pascua” y nuestro artículo “La Pascua: ¿qué hizo Jesús por usted?”. También lo invitamos a leer ““Examinaos a vosotros mismos”: ¿qué significa ser reprobado?”.
