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Hablando de... Vida, Esperanza y Verdad

Hambre de la Palabra de Dios

El hombre no puede vivir sin comer ni beber agua por mucho tiempo. Cuando no ingerimos alimentos y agua por un período de tiempo, aunque sea relativamente corto, comenzamos a sentir las molestias del hambre y de la sed. Se nos altera el humor, nos angustiamos y nos debilitamos. Comer es algo que pocas veces descuidamos, a menos que las circunstancias que nos lleven a privarnos de ello, estén fuera de nuestro alcance.

Comer no es algo que descuidamos con mucha facilidad.    

Sin embargo, es muy común que descuidemos comer y beber del alimento espiritual. Jesucristo dijo que Él es el verdadero pan que descendió del cielo; que su cuerpo era verdadero alimento y su sangre verdadera bebida, y el que comiera de ellos no moriría jamás.

Dios es nuestro verdadero alimento. Sin Él no es posible vivir eternamente. Sus palabras nos proporcionan vida y dan testimonio de Él.

Jesucristo dijo en Juan 5:39: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”.

Dios nos ha dado uno de los regalos más preciosos que existen. Nos ha proporcionado la Biblia para que en ella encontremos el verdadero alimento que nos puede llevar a la vida eterna.

Pero, ¿qué ha hecho el hombre con ella? A pesar de que la Biblia es el libro más vendido de todos los tiempos, pocos son en realidad los que la leen y muchos menos los que la leen a diario. Tal vez el hombre piense que siempre tendrá acceso a ella, pero en el futuro —dice Dios— habrá hambruna de su palabra. Muchos buscarán la verdad, pero ya no la encontrarán.

En el libro de Amós 8:11 está escrito: “He aquí, vienen días —declara el Señor Dios— en que enviaré hambre sobre la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír las palabras del Señor”.

Hoy en día la Palabra de Dios ha sido adulterada, malinterpretada, torcida, manipulada y rechazada, por lo cual el hombre está casi imposibilitado para acercarse a Él.

El verdadero culpable es un ser maligno llamado Satanás, quien astutamente ha alejado al hombre de la única fuente que lo pueda llevar a conocer a Dios y recibir la vida eterna. Por otro lado, el hombre mismo, debido a su naturaleza, tiene una limitante grande para acercarse a Dios. Estos dos elementos tienen al hombre lejos de Dios.

Este engaño ha llevado al hombre a la inanición por falta de alimento espiritual, y como consecuencia, a estar separado de su Creador e imposibilitado de encontrar el camino de regreso al árbol de la vida.

Dios no quiere que el hombre sufra y sea infeliz. Al contrario, su deseo es que el ser humano viva para siempre dentro de su familia espiritual.

Casi toda la humanidad ha rechazado a Dios y su palabra, por eso el Creador ha dejado que el hombre sufra las consecuencias de sus decisiones. Obviamente el Todopoderoso espera que el hombre se arrepienta y regrese a Él.

Lamentablemente pronto Dios tendrá que corregir al mundo. Tendrá que manifestar claramente quién tiene el poder para gobernar correctamente sobre todas las naciones de la Tierra.

Así que, no descuidemos el estudio de la Biblia para conocer al Dios verdadero y su plan, porque en ella está escrito: “a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna”.

Para Vida, Esperanza y Verdad, les habló Alberto González.