Motivaciones para obedecer a Dios
Cuando Dios comienza a revelar sus verdades a una persona y le abre el entendimiento, puede que el individuo reaccione de diferentes maneras y comience a hacer los cambios de vida.
Existen por lo menos tres niveles de obediencia con motivaciones erradas antes de llegar a obedecer genuinamente.
El primer nivel básico de obediencia es por temor a ser castigado. El individuo en su mente comienza a entender que la desobediencia a los principios de vida de Dios traerá consecuencias, por lo tanto el temor al castigo es la principal razón para comenzar a obedecer. A pesar de ser una motivación errada, la persona comienza a experimentar cambios que pueden ser notados por quienes lo rodean. Eso nos lleva a la segunda motivación para obedecer:
La obediencia a los principios de Dios genera un impacto en las personas que conviven con ella y la motivación en esta etapa varía ligeramente y el individuo se esfuerza por obedecer para ganarse el respeto de los demás y ser aceptado dentro de un circulo de personas que están luchando por hacer los cambios de vida que Dios les ha comenzado a revelar. Al obedecer las normas de Dios, se comienzan a ver como consecuencia las bendiciones. Esto nos lleva a la tercera motivación para obedecer.
Como las leyes de Dios tienen una aplicación práctica, la obediencia (aun con una motivación errada) comienza a traer bendiciones y el individuo cambia su motivación: El interés por las bendiciones. El temor al castigo pasa a un segundo plano, lo mismo la preocupación por ganarse el respeto de otros, en esta etapa la motivación principal es seguir obteniendo el apoyo de Dios y mantener las bendiciones que Él ofrece.
Sea cual sea la motivación por la que la persona comienza a obedecer, llega un punto en la vida del individuo que Dios está llamando que la motivación por obedecer deja de ser el temor al castigo, no lo hace por ganarse la aceptación de otros y no obedece por interés a la bendición, la motivación madura para obedecer es aquella en la que el individuo obedece porque ha descubierto un estilo de vida, una forma de ser, la persona ha encontrado en la Biblia una forma de vida que sobrepasa las motivaciones erradas.
El Apóstol Pablo resume este proceso de obediencia de la siguiente manera:
“Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor” (Filipenses 2:12).
Para Vida Esperanza y Verdad, les hablo Jaime Guíñez