By the Way With Joel Meeker

Los refugiados volverán al hogar

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Millones están siendo desplazados, y millones más se ven afectados por la increíble crisis de refugiados actual. ¿Cuándo podrán los desplazados irse a casa en paz?

Recientemente manejé por la selva, en las afueras de Calais en Francia. La selva es un campamento improvisado de emigrantes y refugiados que tratan de abrirse paso hacia el Reino Unido, donde esperan encontrar una vida mejor. Cuántos son realmente refugiados y cuántos sencillamente están buscando un mejor prospecto económico está por verse. Pero muchos han venido de Eritrea, Siria, Afganistán y África del norte —áreas en las cuales la presencia de la guerra se siente de un modo intenso.

Cerca de 4.000 personas estaban en el campamento cuando yo lo vi. Constantemente vienen más, pero no pueden continuar por el Canal Inglés.

Las autoridades están teniendo dificultades para manejar el campamento, incapaces de controlar a todas las personas frustradas que tratan de irrumpir a través del Túnel del Canal o abordar los ferris o camiones hacia Inglaterra con subterfugios o por la fuerza. Varios emigrantes desesperados han muerto en accidentes o se han ahogado tratando de nadar los 33 kilómetros hasta Inglaterra.

Hay mucha tensión, y esto produce muchos enfrentamientos con la policía que trata de mantener el orden.

Un dilema mundial

El alto comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados estima que hay 14 millones de refugiados en todo el mundo en una situación precaria. Aquí no se cuentan los más de cinco millones de refugiados registrados que están viviendo permanentemente en campamentos de las Naciones Unidas.

Muchas personas con las cuales yo trabajo en África fueron refugiados durante largos períodos. Donde confluyen los límites de Ruanda, Burundi y la República Democrática del Congo, casi todos conocen la historia de estos refugiados. Millones de ciudadanos de Ruanda huyeron a Burundi, el Congo o Tanzania durante el genocidio de 1994. Una incontable cantidad de personas de Burundi se ha refugiado ahora en Ruanda, debido a la violencia política actual que está estremeciendo su país. Miles de ciudadanos del Congo huyeron a Ruanda o a Burundi cuando los caudillos de la guerra dieron rienda suelta a sus ejércitos privados.

En Bukavu, el punto de cruce en la frontera entre Ruanda y el Congo, he visto refugios de las Naciones Unidas que permanecen vacíos, estratégicamente ubicados para la próxima crisis de refugiados que seguramente va a venir.

Las noticias actuales están llenas de refugiados que huyen de sus naciones y están llegando a otros países, donde la gente se está cansando porque cada vez llegan más personas y su comportamiento no siempre es respetuoso.

Actualmente, el problema es insoluble; el legado de miseria humana, inmenso.

Un problema histórico

La selva, un campamento de refugiados en las afueras de Calais, Francia, atrae emigrantes indocumentados y refugiados que tratan de llegar a Gran Bretaña.

La selva, un campamento de refugiados en las afueras de Calais, Francia, atrae emigrantes indocumentados y refugiados que tratan de llegar a Gran Bretaña.

La Biblia hace un recuento de muchas historias de refugiados que fueron obligados a abandonar sus países, desplazados por la guerra o el hambre. Tales personas son llamadas con frecuencia parias, personas literalmente expulsadas de sus tierras. Las 10 tribus de Israel fueron sacadas de sus hogares por sus capataces asirios. Más tarde, muchos en la tribu de Judá enfrentaron un destino similar: fueron deportados a Babilonia. Jeremías, Daniel, Ezequiel y muchos otros hombres de Dios conocieron personalmente el problema del destierro.

Más allá de las malas noticias

La profecía Bíblica anticipa que los problemas de los refugiados se intensificarán en los años futuros a medida que los cuatro jinetes del Apocalipsis cabalguen más rápidamente sobre sus caballos. Pero hay esperanza. El desplazamiento de poblaciones acosadas terminará finalmente con el establecimiento del Reino de Dios. Bajo la protección de Dios todas las personas estarán seguras y florecerán en sus propios hogares y naciones.

“En aquél día, dice el Eterno; juntaré la que cojea, y recogeré la descarriada, y a la que afligí; y pondré a la coja como remanente, y a la descarriada como nación robusta; y el Eterno reinará sobre ellos en el monte de Sion desde ahora y para siempre” (Miqueas 4:6-7).

Entonces, todos podrán irse a casa. Para bien.

Joel Meeker

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