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El movimiento del Yo primero

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Analizar este movimiento y la raíz de todos los males, nos puede ayudar a identificar la única solución real.

Alerta para el lector: si usted no ha leído el artículo central de este número, “la caída de Satanás”, por favor léalo primero y luego regrese a esta columna. No es justo adelantar la trama aquí.

Ahora que regresa (y gracias por regresar)…

En octubre del 2017, el movimiento del Me Too (“Yo también”) apareció súbitamente e inundó el mundo, abriendo las puertas emocionales para las mujeres (y algunos hombres también) para que revelaran sus historias como sobrevivientes de asaltos sexuales o acosos. Millones de tuits (#MeToo) y miles de revelaciones dolorosas salieron a la luz, sorprendiendo no sólo por la extensión del abuso sexual, sino también por la cantidad de perpetradores. Cientos de muy reconocidas figuras de la política, religión, entretenimiento, medicina, deportes y la academia tuvieron que enfrentar la vergüenza pública y en muchos casos las consecuencias legales y profesionales.

Es increíble cuán rápido un concepto tan sencillo como el movimiento del Me Too (Yo también) unió a tantas personas. Parte de la razón fue que las personas pudieron encontrar, en una voz colectiva, la fortaleza y el valor para hablar de esta maldad.

¿Cuál es la raíz de nuestros problemas?

Es triste decirlo, pero el abuso sexual es sólo uno de muchos males que están hiriendo a la humanidad. ¿Por qué? ¿Qué es lo malo de nosotros que tenemos que enfrentarnos con los mismos antiguos problemas? Nos sentimos asombrados por la velocidad de avances en áreas como ciencia, tecnología, armamento y medicina, pero quedamos perplejos en cómo nos vemos de ineptos avanzando en las áreas más importantes de nuestra existencia —amor, paz, armonía, respeto, fidelidad, veracidad, justicia, integridad, altruismo, etcétera. ¿Por qué? ¿Cuál es la raíz de todos nuestros problemas?

Bueno, usted leyó la respuesta central en el artículo “la caída de Satanás”. Dios preservó esta historia para mostrarnos que en la raíz de todos los problemas que afectan a la humanidad hay otro abusador malvado, un atormentador.

El “que engaña a todo el mundo” (Apocalipsis 12:9), en un momento comenzó su propio tipo de movimiento —sólo que sus propósitos eran malvados. Llamémoslo el movimiento del “Yo primero”.

El artículo explica bien el egoísmo subyacente del Yo primero que motivó a Satanás. Sólo voy a agregar la descripción que Jesús hizo de él: “Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso y padre de mentira” (Juan 8:44).

Además del homicidio y las mentiras, Jesús podría haber incluido todas las palabras y acciones destructivas que existen, porque todas provienen de la forma de pensar de Satanás: “Yo primero”.

Todos somos víctimas… y perpetradores

¿De qué estaba hablando Jesús? Él estaba confrontando a aquellos que lo odiaban a Él con la fuente de su actitud: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer”.

Juan más tarde lo afirmó claramente: “Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo” (1 Juan 2:16). La codicia y el orgullo fueron las actitudes que motivaron el Yo primero. Y en este movimiento del Yo primero, todos somos no sólo víctimas, ¡todos somos perpetradores!

Hemos caído víctimas de los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida. ¡Estas atracciones nos han afectado e infectado a cada uno de nosotros! El movimiento del Yo primero de Satanás dice que debemos ser indulgentes con nosotros mismos y satisfacer nuestros deseos, buscar nuestros placeres, quitar cualquier freno. Él sigue repitiéndonos la misma promesa que le hizo a Eva —todo lo que debemos hacer para ser felices es satisfacer nuestros propios deseos— y nosotros seguimos creyéndola (Proverbios 16:25).

Pero cuando este pensamiento se impone, las cosas malvadas empiezan a suceder. Cuando se impone el Yo primero, siempre es a costa de otro y de herir a alguien más. Todos hemos sido ofendidos y también hemos ofendido a otros. Esto es en últimas el único resultado posible de la forma de pensar de Satanás.

¿La única solución posible? ¿Qué hay acerca del movimiento de Dios primero? Probablemente no se hará viral en el mundo actual, pero ¡usted sí puede adoptarlo en su vida!

— Clyde Kilough

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