A medida que surgen más evidencias, la arqueología bíblica está demostrando cada vez más que la Biblia es precisa desde el punto de vista histórico.
En años recientes, la evidencia arqueológica que está surgiendo ilustra más claramente la época de los primeros reyes de Israel —David, Salomón y Roboam— y de esta manera confirma la precisión histórica del registro bíblico de esa época.
Esto es importante ya que se ha convertido en algo común en el ramo de la arqueología dudar de la confiabilidad de los relatos bíblicos.
Arqueología bíblica
El estudio de la arqueología bíblica ha cambiado con los años. En 1800 y a comienzos de 1900 cuando los arqueólogos comenzaron a excavar sitios en Palestina por ejemplo, los profesionales lo hicieron con la Biblia en una mano y con la espada en la otra. La Biblia era su guía y muchos arqueólogos han encontrado el camino de la iluminación y corroboración en el registro bíblico.
Los hallazgos eran interpretados a través del lente de las Escrituras.
Sin embargo, a finales de 1900, la autoridad de la Biblia como un texto confiable a nivel histórico se puso en duda. Muchas historias bíblicas y personajes llegaron a ser vistos cada vez en mayor número como sólo mitos y leyendas. Se asumía que los relatos fueron escritos mucho después de los eventos que supuestamente se describen en las páginas de la Biblia por personas que esencialmente estaban escribiendo su historia. La confiabilidad del texto bíblico fue puesta en duda.
Según esta forma de ver las cosas, los relatos de David, Salomón y Roboam, reyes sobre el poderoso reino bíblico de Judá, fueron mitos. Para respaldar esta idea los arqueólogos señalarían el hecho de que no había ninguna evidencia arqueológica independiente, fuera de la Biblia, que se hubiera encontrado en el cual se nombrara uno de esos poderosos reyes o el reino que ellos supuestamente debieron haber regido.
Muchos arqueólogos llegaron a creer que durante el siglo X a.C. —la época cuando los reyes supuestamente habían gobernado— las personas que eventualmente se mostraron en el registro arqueológico más de 200 años más tarde como el reino de Judá, eran solamente nómadas pastores. Según los minimalistas bíblicos, no había ningún reino de Judá organizado en el siglo X a.C.
Los minimalistas bíblicos se convirtieron en el grupo dominante en el campo de la arqueología bíblica y comúnmente interpretaban los descubrimientos de una manera que contradecía el texto bíblico.
Los argumentos del silencio son silenciados
Una debilidad de la perspectiva de los minimalistas bíblicos ha sido su razonamiento del silencio. Según su razonamiento, si no había ningún registro arqueológico en el que se nombrara al rey David de Judá, entonces eso significaba que el rey David no debió haber existido.
Y había muy poca evidencia de que las ciudades fortificadas en Israel del sur, hubieran sido construidas por los poderosos reyes de Judá en su intento por unificar y fortalecer su reino tal como la Biblia indica que lo hicieron David, Salomón y Roboam. Los sitios de la ciudad que databan de ese período de tiempo fueron interpretados como ciudades cananitas o filisteas no ciudades de Judá.
Pero ahora la posición está siendo desafiada por una serie de excavaciones que encuentran que claramente en la fecha del siglo X a.C. —la época de David, Salomón y Roboam— había un reino unificado funcional de Judea tal como está descrito en las páginas de la Biblia.
Khirbet Qeiyafa
Desde la perspectiva del valle de Elá, donde la Biblia indica que el joven David se enfrentó con el campeón filisteo Goliat (1Samuel 17), el arqueólogo de la universidad hebrea Yosef Garfinkel excavó las ruinas de una ciudad fortificada de Judea. Los hallazgos de la datación con radiocarbono del sitio conocido como Khirbet Qeiyafa, cerca de 20 millas al suroccidente de Jerusalén, revela que la cuidad fue construida y fortificada en la época de David.
El doctor Garfinkel asocia este sitio con la ciudad bíblica de Shaaraim, mencionada en 1 de Samuel 17:52, el nombre hebreo de la ciudad significa “doble puerta” o “dos puertas”, y dos puertas monumentales de la ciudad con cuatro cámaras fueron encontradas en las excavaciones de la muralla de esta ciudad. En ningún otro sitio de este período de Israel se encuentra más de una puerta.
Algunos minimalistas bíblicos afirman que ésa era una ciudad filistea o cananita, pero las excavaciones del doctor Garfinkel encontraron que las murallas de la ciudad fueron construidas en un estilo que solamente se usaba en Judá —nunca por los filisteos ni por los cananitas. Las figuras que los filisteos y cananitas adoraban y que se encontraban comúnmente en estos sitios estaban completamente ausentes de la ciudad y de los miles de huesos de animales recuperados en ese sitio, no había un solo hueso de cerdo.
A la luz de la evidencia, el doctor Garfinkel muestra que identificar este sitio como una ciudad filistea o cananita es claramente un error. Era una ciudad del reino de Judá, un proyecto urbanístico grande de construcción que se emprendió en la época del rey David en el ángulo del territorio de Judá, en los límites con sus adversarios los filisteos.
En el ejemplar de enero-febrero del 2017 del Biblical Archaeology Review [Resumen de arqueología bíblica], el doctor Garfinkel y sus asociados, Saar Ganor y Yosef Baruch Silver, escribieron:
“En la cumbre del lugar encontramos una estructura palaciega que probablemente servía como el edificio administrativo central de esta área del reino davídico. Esto, junto con el resto de la ciudad, contradice la presunción temprana de algunos eruditos de que David era simplemente un jefe local que gobernaba el área de Jerusalén cuando mucho. . .
“Algunos eruditos ven el reino de David como una sociedad agraria simple, escasamente habitada, sin ciudades fortificadas, sin administración y sin escritos. Estos eruditos encontraron que era muy difícil aceptar los nuevos descubrimientos en Qeiyafa que han desmantelado completamente sus hipótesis (Rejected! Qeiyafa’s unlikely second gate [Rechazada la poco probable segunda puerta de Qeiyafa], p.41).
Después de excavar por varias estaciones en Qeiyafa y al incorporar la evidencia de otros sitios que agregan al entendimiento del reino bíblico de David a comienzos del siglo X, el doctor Garfinkel se movió a Tel Lachish para estudiar la última parte del siglo X, la época del rey Roboam de Judá.
Tel Lachish (Laquis)
La ciudad de Laquis fue la segunda ciudad más importante en el reino de Judá y era la que guardaba la parte sureña de la ciudad capital de Jerusalén. El registro bíblico muestra que Roboam “edificó ciudades para fortificar a Judá… Reforzó también las fortalezas, y puso en ellas capitanes, y provisiones, vino y aceite” (2 Crónicas 11:5-11). Una de esas ciudades era Laquis (v. 9).
Localizada en la cima de una alta montaña, rodeada por árboles de uvas e higos, Lachish ordenó una inspección exhaustiva en todas las direcciones. Tenían tanto muros internos como externos que protegían la ciudad y la estructura palaciega en el punto más alto de la ciudad. La construcción de esta gran estructura data de la época de Roboam —corroborando el registro bíblico— también refuerza el hecho de que un gobierno central fuerte existía en Judá en el siglo X a.C.
Voluntarios patrocinados por la Fundación de Ayuda Internacional, dirigidos por Phil Sandilands, un pastor de la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial, se unieron al equipo de excavación que estaba trabajando bajo la guía del doctor Garfinkel en el verano del 2023. El equipo excavó a lo largo de una sección de la pared de la ciudad en el extremo norte del sitio, descubriendo cerámicas, huesos y artefactos que datan del tiempo de la construcción de Roboam y después.
Durante la excavación, el señor Sandilands entrevistó al doctor Garfinkel y le preguntó acerca de la importancia del sitio en cuanto a que revela la historicidad del registro bíblico (vea “Entrevista con el arqueólogo Yosef Garfinkel”).
Las excavaciones en Laquis también documentan la evidencia del sitio de la ciudad por el rey asirio Senaquerib en el 701 a.C., durante la época del rey Ezequías de Judá.
El sitio asirio de Laquis es uno de los eventos más profusamente ilustrados en la Biblia desde el punto de vista arqueológico. Hay registros asirios y paneles en la muralla del palacio de Senaquerib en Nínive que describen los mismos eventos registrados en las Escrituras, así como la evidencia encontrada en la tierra de Tel Lachish. Los restos de una rampa masiva asiria construida contra la esquina suroccidental de la ciudad son visibles en la actualidad.
Más tarde en la historia de la Biblia se registra la caída de Judá ante los babilonios. Nuevamente la arqueología corrobora la historia. En un cuarto de la puerta de la ciudad de Laquis se descubrieron 20 tiestos con inscripciones escritas en ellos con tinta. Esas palabras datan de los últimos años antes de la invasión babilónica, y describen las condiciones tan duras que habían tenido que sobrellevar.
A medida que surge más evidencia, la arqueología está demostrando progresivamente la precisión y la historicidad del registro bíblico.
Entrevista con el arqueólogo Yosef Garfinkel
Por Phil Sandilands
Discernir: Estoy sentado aquí con el profesor Yosef Garfinkel de la Universidad Hebrea. Él está dirigiendo la excavación en la ciudad de Laquis. Aprecio mucho que usted acceda a hablar con nosotros unos momentos.
Yosef Garfinkel: Es con mucho gusto.
¿Nos puede dar una explicación de por qué esta excavación es tan importante para la arqueología bíblica?
Laquis es mencionada 24 veces en la tradición bíblica. Primero se menciona en el libro de Josué como una de las ciudades poderosas cananeas. Y, de hecho, nosotros tenemos aquí una ciudad poderosa cananea que floreció en la Edad Media del Bronce y también en el Bronce Posterior. Sí, ésta es una tradición.
Luego existe un gran abismo en la tradición bíblica y Laquis se menciona nuevamente sólo en el tiempo de Roboam. No en el tiempo de David y no en el tiempo de Salomón. Y, de hecho, cuando excavamos allí, hay una brecha en el asentamiento de más de 200 años en la Primera Edad del Hierro —nivel V— es de acuerdo con la data del radiocarbono de la última parte del siglo X a.C. Entonces, usted puede ver que la tradición acerca de la fortificación de Roboam en Laquis, encaja muy bien.
Y la campaña de Senaquerib en el 701 a.C. Esto fue un evento muy traumático en la historiografía bíblica. Se menciona en tres libros diferentes: en el libro de Reyes, en el libro de Isaías y también en el libro de Crónicas. Y, de hecho, aquí en Laquis, el nivel III fue destruido por Senaquerib.
Y luego también tenemos las tradiciones de la época de Jeremías al final del período del primer templo. Todas las ciudades fortificadas en Judá han sido destruidas además de Azeca y Laquis. Y lo que encontramos en las cartas de Laquis en este período es que mencionan a Azeca y Laquis.
Podemos ver cómo la tradición bíblica y la arqueología en Laquis encajan muy bien la una con la otra.
¿Piensa usted que esta excavación ha provisto algo de lo cual tal vez no éramos conscientes antes? ¿Qué ha encontrado usted que le ha dado una perspectiva diferente?
Nuestro proyecto aquí se concentra en el nivel V a partir del siglo X a.C. Esto es parte de un proyecto mayor. En otro sitio, Khirbet Qeiyafa, excavamos y encontramos una ciudad fortificada en Judá de la época del rey David. Nada parecido a esto había sido encontrado antes. En la ciudad encontramos [un modelo del templo y después de analizar las características arquitectónicas, [descubrimos que] esto encaja en la tradición bíblica del palacio y del templo de Salomón.
Entonces, sabemos algo acerca de David, algo acerca de Salomón y ahora ¿cuál es el próximo? Roboam. Por esto es que nosotros venimos a Laquis, para ver si la tradición bíblica acerca de la última parte del siglo X a.C. y la arqueología… se reúnen —porque hay un debate total acerca de cuánta historia está enclavada en el texto bíblico relacionado con el siglo X a.C.
¿Puede usted hablarnos un poco acerca de la perspectiva minimalista de la arqueología?
El mayor debate que comenzó cerca de 40 años atrás tiene que ver acerca de cuánta historiografía ha sido preservada en el texto bíblico. El punto más extremo “minimalista” ha sido desarrollado en Copenhague, Dinamarca, que afirma que la Biblia fue escrita solamente en la era helenística, entonces toda la descripción de David, Salomón y Roboam era algo mitológico sin ningún dato histórico real en él.
Creo que el mayor debate gira en torno al siglo X a.C., porque más tarde en el siglo IX a.C. se encontró un documento asirio acerca de Acab. Nosotros tenemos la Estela de Mesa en Moab, que menciona a Omri y al hijo de Omri; más tarde tenemos a Senaquerib y Ezequías. Entonces las personas no debaten mucho acerca de la última parte del reino de Judá. Pero el comienzo, el siglo X, es realmente el meollo del debate.
Antes de eso tenemos el período de Jueces, pero realmente David viene y une el reino. ¿Piensa usted que la arqueología va a probar eso?
Yo solamente estoy hablando acerca del reino de Judá. ¿Por qué? Porque de un solo sitio Khirbet Qeiyafa, usted no puede hablar de un gran imperio o un gran reino. Tal vez en el futuro descubriremos un nuevo sitio o sitios adicionales y entonces vamos a tener un cuadro más completo.
Si usted me pregunta: ¿qué sabemos hoy? Actualmente sabemos que el reino de David tenía ciudades fortificadas que han sido encontradas por los arqueólogos: Khirbet Qeiyafa, Beth Shemesh, Tel en-Nasbeh, Khirbet al-Ra’i. Todas ellas están en la periferia del reino de Judá y en la ruta principal que conducía de las planicies de la costa a las montañas, a Jerusalén. Entonces usted puede ver que esto puede ser el corazón del área urbana del reino de David. Y luego están estos pueblos en un área más grande, por supuesto.
Entonces, ¿qué va a pasar el próximo año? ¿Dónde piensa usted que va a estar excavando?
No estoy seguro de lo que vaya a pasar el próximo año, pero si estoy seguro es que hoy estamos aquí a 18 metros de una muralla de una ciudad y casas que colindan con la muralla de Roboam. Entonces esto es un gran descubrimiento. Nada parecido a esto ha sido hallado anteriormente en la arqueología bíblica.