La Biblia es un bestseller en el que muchos buscan aliento. Pero también es un libro de corrección, lo cual puede hacerlo controversial, ¡e incómodo!
¿Le incomoda la Biblia? Debería.
¿Sorprendido? Millones leen las Escrituras buscando inspiración, aliento, esperanza y consuelo. Las leen para encontrar paz en tiempos de dificultad y eso es bueno. Todos necesitamos eso.
Pero gran parte de la Biblia fue escrita para corregirnos, y a nadie le gusta ser corregido, ¿verdad? Hay cosas en la Biblia que deberían consternarnos. Cosas que necesitamos saber y hacer, pero que puede ser incómodo escuchar.
La verdad es que, si leemos la Biblia, partes de ella nos harán sentir incómodos.
Veamos por qué eso es algo bueno y por qué deberíamos dejar que nos incomode.
Si queremos vivir una vida justa y buena, obviamente tenemos que evitar hacer el mal. Sin embargo, dentro de nosotros está el potencial (incluso la tendencia) de ser egoístas, orgullosos, corruptos y malvados. Debemos ejercitar el autocontrol acerca de estas tendencias. Tenemos que resistir al mal y hacer el bien activamente.
Pero ¿qué pasa si no estamos de acuerdo con lo que leemos en la Biblia acerca del bien y del mal?
Hay algunos estándares definidos en la Biblia que antes se aceptaban casi universalmente, pero eso ha cambiado. En la actualidad, muchos aceptan como bueno, e incluso celebran, lo que la Biblia dice que está mal.
Por lo tanto, escuchar las Escrituras puede incomodar y enfurecer a las personas y, como resultado, algunos las marginan y desacreditan —intentan activamente acallar lo que tienen que decir.
Vetos de la Biblia y desacuerdos acerca de la moralidad
En realidad, la Biblia ha incomodado a la gente durante miles de años.
A las personas no les gusta escuchar que sus ideas, pensamientos, emociones o acciones son incorrectos, incluso si la corrección es para su propio beneficio y bendición.
Los gobiernos marxistas, fascistas y comunistas han intentado vetarla de la vida cotidiana. Su objetivo era proteger al pueblo de lo que consideraban mensajes peligrosos de las Escrituras, mensajes que amenazaban la autoridad del gobierno y la ideología secular.
Ciertamente, hay algunos principios bíblicos de moralidad que aún casi todos aceptan, como no matar o no robar (aunque algunos encuentran excepciones incluso a esas reglas básicas si creen tener justificación).
Pero ¿qué hay de aquellos principios bíblicos con los cuales muchos no concuerdan?
Un creciente número de personas piensa que la Biblia es peligrosa, e incluso una amenaza para la sociedad. Piensan que es machista, racista, homofóbica, que enseña intolerancia y prejuicio.
Obviamente esto no es verdad. La Biblia enseña lo que es la moralidad, ¡y eso no es una amenaza! Es un estándar esencial para la sociedad.
Pero eso no detiene a quienes se sienten ofendidos por la corrección de las Escrituras.
Por qué deberíamos hacerle caso a la Biblia
La Biblia nos dice lo que es correcto e incorrecto, lo que es moral e inmoral, lo que es pecado y lo que no.
Pero ¿por qué deberíamos hacerle caso?
¿Por qué debería usted escuchar sus consejos?
Cuando Dios envió profetas a su pueblo para corregirlos y advertirles (lo cual les pareció incómodo), el pueblo intentó matarlos porque odiaban su mensaje y no querían escuchar.
La mayoría de los contemporáneos de Cristo se rehusaron a escuchar sus palabras y terminaron matándolo. Se sintieron ofendidos por sus enseñanzas, especialmente cuando estaban en conflicto con sus ideas y prácticas.
Jesús dijo acerca de su generación: “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!” (Mateo 23:37, énfasis añadido).
Lo que Dios quiere
Dios no envió profetas ni dio leyes para hacerle la vida imposible a su pueblo. No estaba tratando de oprimirlos. Ellos estaban pecando; estaban haciendo imposibles sus propias vidas y se estaban acarreando maldiciones. Lo que Dios estaba haciendo era tratar de volverlos al camino de vida que conduce a la paz y la felicidad. Estaba tratando de bendecirlos.
Pero no podía bendecirlos mientras ellos vivieran en pecado. Necesitaban dejar de pecar, arrepentirse y hacer lo correcto. Necesitaban comenzar a prestarle atención a Dios, quien los amaba y quería derramar bendiciones sobre ellos.
Así como quiere hacerlo con usted.
Lamentablemente, muchos querían seguir en sus caminos de pecado. No les gustaba escuchar que necesitaban cambiar. Eran palabras incómodas que no estaban dispuestos a atender.
Dos caminos
Esto es lo que la Biblia nos muestra: por nosotros mismos, los seres humanos siempre escogeremos el camino del pecado —el camino de acciones dañinas que empeoran nuestras vidas y las de los demás. Dios, sin embargo, quiere algo mejor para nosotros y nos muestra un camino mucho mejor: su camino.
Pero necesitamos confiar en que el camino de Dios es mejor y correcto en todas las circunstancias. ¿Por qué? Porque “Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 16:25). En otras palabras, cuando confiamos en nuestras propias ideas y sentimientos como guía, el resultado es destrucción.
Tenemos 6.000 años de historia humana que lo comprueban —un registro de guerras y fracasos, de personas pensando que su camino es el mejor, pero que siempre terminan en los mismos problemas.
Nuestro Creador, sin embargo, sí conoce el mejor camino. Pablo explica: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17).
La Biblia es la única fuente completa y verdaderamente inspirada por Dios en la que podemos confiar sin incertidumbre para guiar nuestra vida. Otros libros pueden proveer de información útil y ser de beneficio, pero sólo la Biblia fue inspirada por el Creador de la vida como una guía de la forma en que la vida funciona.
La perspectiva humana
El problema es que no todos se dan cuenta de esto. La Biblia a menudo se considera problemática, cuando el verdadero problema es el pecado. A las personas no les gusta escuchar que sus ideas, pensamientos, emociones o acciones son incorrectos, incluso si la corrección es para su propio beneficio y bendición.
Como resultado, permanecemos atrapados, cegados en el error y reticentes a considerar que Dios podría estar en lo correcto. Dios nos está mostrando el camino que funciona; el camino hacia nuestro mayor beneficio, incluso si no lo vemos al principio.
En conclusión
Si la Biblia no es la Palabra inspirada del Dios creador, entonces es sólo un conjunto de mitos y cuentos de hadas.
Pero si es la Palabra de Dios —si sus páginas están llenas de lecciones transformadoras e instrucciones del Dios omnipotente— entonces no importa cuán incómodos nos hagan sentir sus instrucciones. Son verdad, la verdad que necesitamos desesperadamente.
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Dios es amor (1 Juan 4:8, 16). No nos dice las cosas para lastimarnos; nos las dice para ayudarnos.
Cuando leemos la Biblia, a veces nos corrige por lo que hacemos, las malas actitudes que tenemos, e incluso las ideas y creencias incorrectas que hay en nuestra mente. Y puede ser incómodo, pero es por nuestro propio bien.
Cuando un padre corrige a su hijo, puede que al hijo no le guste al principio. El padre seguramente le explicará y enseñará con amor el camino correcto, como hacen los padres; lo mismo hace Dios como nuestro Padre.
El desafío de Dios para usted
Dios tiene un desafío para usted. ¿Hay algo en la Biblia que no le agrada escuchar? No lo desestime. Escuche atentamente su Palabra y podría sorprenderse.
Si aborda la Biblia con una perspectiva predeterminada, basada en lo que usted cree que sabe acerca de Dios y la Biblia, nunca la verá con honestidad.
Es posible tergiversar las Escrituras “para su propia perdición” (2 Pedro 3:16). Si quiere que la Biblia parezca decir algo que usted quiere que diga, en lugar de lo que realmente dice, probablemente puede lograrlo. Pero eso no es ser honesto, justo o razonable.
Dios nos muestra lo que es correcto, el camino que funciona y produce los resultados correctos en nuestras vidas ahora y, eventualmente, en su familia por la eternidad.
La Biblia provee de consuelo, calma y aliento. Deberíamos leerla para buscar ánimo, inspiración, tranquilidad y esperanza. Pero también debemos leerla para ser instruidos y corregidos. Si lo hacemos, nos presentará desafíos e incluso nos hará sentir incómodos, mientras nos enseña cómo vivir y crecer.
Si tomamos la Biblia en serio, nos desafiará a cambiar nuestras motivaciones, creencias y acciones.
La pregunta es: ¿dejaremos que la Biblia nos desafíe y nos cambie? ¿O rechazaremos la Palabra de Dios cuando nos haga sentir incómodos? ¿Permitiremos que la Palabra de Dios nos corrija de manera que nuestra vida sea mejor?
Porque puede ser mejor.
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