Isaías es citado en el Nuevo Testamento más que ningún otro profeta. ¿Por qué los escritores del Nuevo Testamento consideraron el mensaje de Isaías tan valioso?
El nombre de Isaías hace referencia a la salvación de Dios, lo cual describe su mensaje perfectamente. Su ministerio abarca un período de aproximadamente 40 años, que comenzó en los últimos años del rey Uzías (Isaías 6:1), y continuó durante los reinados de Jotam, Acaz y Ezequías.
Isaías estaba casado con una profetiza y ellos tuvieron dos hijos (7:3; 8:3). Sus nombres tienen significados específicos que se relacionan con las predicciones proféticas de su padre. Sear-jasub (7:3) significa “un remanente regresará”, y muestra como un remanente volverá a Dios después de haber sido castigado por sus enemigos.
El otro hijo se llamaba Maher-salal-hasbaz, que significa “rápido para arruinar” lo que parece referirse a la destrucción de los reyes aliados Rezín and Peka a manos de los asirios.
De acuerdo a la tradición en el Talmud, Isaías sufrió una muerte espantosa. Él fue atado entre dos tablas y aserrado por debajo. Es probable que Isaías haya sido uno de los héroes de la fe que se mencionan en Hebreos 11:37.
Isaías es llamado el profeta mesiánico porque Dios lo inspiró y motivó a dar mensajes que hablaban de un tiempo futuro, cuando Israel y todas las naciones serán libres del sufrimiento y dolor humano bajo el gobierno del Mesías.
El Nuevo Testamento registra que Isaías “vio su gloria [de Cristo] , y habló acerca de él” (Juan 12:41).
The Lion Handbook to the Bible [Manual de la Biblia de Lion] afirma: “Isaías fue un visionario, sus escritos abarcan libremente toda la escala del tiempo. Un minuto él está describiendo el juicio de Dios sobre la Jerusalén que él conocía (los asirios estaban a punto de atacar). Y al siguiente minuto nos encontramos con el juicio universal de Dios sobre la maldad —el fin del mundo como lo conocemos; el comienzo de un reinado perfecto de paz y justicia” (David and Pat Alexander, p. 378).
Contexto histórico de Isaías
Las visiones mesiánicas de Isaías son urgentes e inminentes, cuando consideramos que desde su juventud Isaías vivió bajo la amenaza de la invasión asiria, y presenció la destrucción del reino del norte de Israel por los asirios (722 a.C.). Luego, pocos años después, alrededor de 701 a.C., también estuvo presente cuando el aterrador ejército asirio estaba parado frente a los muros de Jerusalén. Dios había escuchado sus oraciones, y milagrosamente intervino y derrotó al ejército del rey Senaquerib de Asiria (Isaías 36 y 37).
Isaías no estaba vivo para presenciar la caída del reino del sur de Judá entre los años 604 y 586 a.C.
Acerca del autor
El libro de Isaías se divide aproximadamente en dos partes: los capítulos 1-39 y del 40-66. Algunos críticos y eruditos de la Biblia contienden que Isaías no escribió la segunda parte. Ellos atribuyen esta sección a un autor desconocido llamado Deutero-Isaías, o un segundo Isaías. Otros argumentan un tercer autor desconocido o Trito-Isaías para los capítulos 55-66.
En este artículo no es posible abarcar todos los detalles de estos argumentos. Sin embargo, aquí presentamos algunas razones por las cuales creemos que Isaías sí escribió el libro completo:
- El libro en su totalidad afirma ser el trabajo de un solo Isaías (1:1; 7:3; 20:2; 38:4; 39:5).
- No hay ninguna evidencia histórica, ni tampoco en sus escritos que tales autores hayan existido.
- El hecho de que los escritores que escribieron el Nuevo Testamento —hombres inspirados por Dios— atribuyeron ambas secciones al mismo autor es una evidencia convincente de que Isaías sí escribió el libro entero:
- Juan el Bautista citó Isaías 40:3 en Mateo 3:3.
- Jesús citó Isaías 61:1-2 en Lucas 4:18.
- Juan 12:38 es una referencia a Isaías 53:1, mientras que Juan 12:40 es una cita directa de Isaías 6:10.
- El apóstol Pablo citó Isaías 53:1 en Romanos 10:16.
Los rollos del Mar Muerto confirman la veracidad de la preservación de Isaías
En 1947 un muchacho árabe beduino y sus amigos estaban buscando una cabra perdida en una región ubicada siete millas al sur de Jericó, cerca del Mar Muerto, cuando accidentalmente descubrieron una cueva parcialmente derrumbada. Dentro de la cueva ellos encontraron algunos jarrones que contenían varios rollos antiguos de cuero, los cuales contenían escritos. Aun cuando el muchacho y sus amigos no entendían el gran valor de estos rollos, igual se llevaron este descubrimiento con ellos.
Eventualmente estos rollos llegaron al monasterio Sirio Ortodoxo de San Marcos en Jerusalén, quienes a su vez los hicieron llegar a la Universidad Americana de estudios orientales. Estos rollos resultaron ser muy significativos, como lo indicia Halley’s Bible Handbook “[El manual de la Biblia de Halley]: “Uno de estos rollos fue identificado como el LIBRO DE ISAÍAS, escrito 2.000 años atrás, y 1.000 años más antiguo que cualquier otro manuscrito del Antiguo Testamento de la Biblia hebrea. ¡Este fue un DESCUBRIMIENTO INCREÍBLE!”
Halley continua: “Esencialmente es el mismo libro de Isaías que se encuentra en nuestra Biblia, es una voz del pasado con 2.000 años de antigüedad… confirmando así la veracidad de nuestra Biblia. W.F. Albright lo llama: ‘el descubrimiento más importante de cualquier manuscrito de nuestro tiempo moderno’” (pp. 286-287).
Resumen de Isaías
Aquí mostramos un posible resumen de Isaías.
Capítulos 1-5: El mensaje de Dios acerca del juicio y paz sobre Israel y Judá.
Capítulo 6: La visión de Isaías y su llamado a servir.
Capítulos 7-12: El castigo y aflicción que vienen sobre Israel; un tiempo futuro de victoria a través de la intervención personal del Príncipe de Paz (9:6-7).
Capítulos 13-23: Una serie de profecías en contra de las naciones vecinas.
Capítulos 24-27: Se emite juicio sobre todo el mundo; la ceguera espiritual de las naciones será quitada (25:7).
Capítulos 28-31: Más exhortaciones acerca del pueblo de Israel y Judá.
Capítulos 32-35: El Reino del Mesías vendrá después de una devastación mundial.
Capítulos 36-39: Acontecimientos durante el reino de Ezequías; el rey Senaquerib de Asiria invade Judá.
Capítulos 40-48: Dios promete consolar y cuidar de su pueblo; la ascensión y caída de Asiria y Babilonia son profetizados; el reino de Ciro rey de Persia fue profetizado 150 años antes de su nacimiento (45:1).
Capítulos 49-55: Dios redimirá y consolará a su pueblo; increíbles profecías acerca del sufrimiento y muerte de Cristo siglos antes de su primera venida.
Capítulos 56-64: Acusaciones de Dios en contra de Israel, la vergüenza de Sion y su futuro glorioso; la oración del pueblo para que Dios los libre.
Capítulos 65-66: Formas de adoración que son aceptables e inaceptables; Dios responde al pueblo; promesa de un cielo y tierra nueva.
El mensaje Dios es de exhortación, consuelo y esperanza
Es el deseo de Dios que todos nosotros no sólo escuchemos el mensaje, sino que también actuemos de acuerdo con las advertencias que Él nos ha dado a través de sus profetas desde la antigüedad. Los profetas prometieron que después de estas terribles calamidades y desgracias nacionales, el Mesías —Jesucristo— vendrá a establecer su Reino, el cual traerá paz, prosperidad y una vida verdaderamente abundante a todas las personas alrededor del mundo.
Isaías proclamó muchas advertencias a aquellos que testarudamente rechazaban reconocer su culpabilidad. “¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos…! Dejaron al Eterno, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás” (Isaías 1:4).
Las consecuencias de estos pecados fueron devastadoras (vv. 5-15).
Isaías continuó amonestando al pueblo: “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” (Isaías 5:20). ¿Puede acaso esta amonestación estar dirigida también a nuestras “naciones cristianas” del presente, las cuales han elegido dejar de lado completamente los valores y estándares bíblicos inspirados por Dios, y han seguido su propias ideas y razonamientos humanos?
El fracaso moral de nuestras naciones hoy en día es evidente. La mayoría de las personas ni siquiera pretenden tratar de seguir lo que Dios considera bueno y malo, sino que creen que sus propios caminos son más justos que las enseñanzas claras y tajantes que encontramos en la Biblia. ¿Acaso no son las naciones del presente, un reflejo del desastroso período que se describe durante los jueces de Israel, cuando “cada uno hacía lo que bien le parecía” (Jueces 21:25)? ¿Cuántos van a escuchar el mensaje de advertencia, reconocer sus transgresiones, y volverse a Dios antes que las calamidades ocurran?
La Biblia dice: “Por cuanto llamé, y no quisisteis oír. Extendí mi mano, y no hubo quien atendiese, Sino que desechasteis todo consejo mío Y mi reprensión no quisisteis, También yo me reiré en vuestra calamidad, Y me burlaré cuando os viniere lo que teméis… como un torbellino… Entonces me llamarán, y no responderé” (Proverbios 1:24-28).
Hay buenas noticias para el futuro
La palabra evangelio como se usa en la Biblia generalmente se malentiende. El término en español es traducido del hebreo basar y del griego euangelion, los cuales básicamente significan “buenas noticias” o “buenas nuevas”.
El evangelio es primeramente un mensaje de esperanza con la anticipación de un futuro glorioso, y no de un anuncio pesimista y sombrío que muchos creen fue el mensaje que describieron los profetas de Dios, incluyendo Isaías. ¿Se predicó el evangelio solamente en el Nuevo Testamento?
¡Puede que a algunos de nuestros lectores les sorprenda el saber que el profeta Isaías predicó el mensaje del evangelio! Leamos Isaías 40:9: “Súbete sobre un monte alto, anunciadora [basar o buenas nuevas], de Sion; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro!” (énfasis añadido).
Es fascinante ver como ciertas frases que leemos en Isaías también las encontramos en algunas escrituras del Nuevo Testamento que describen el evangelio. Por ejemplo, “¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: Tu Dios reina!” (Isaías 52:7).
El apóstol Pablo citó esta escritura en Romanos10:15-16 y aplicó estas palabras al mensaje del evangelio en el Nuevo Testamento: “¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio?”.
El mensaje de Pablo es de esperanza y paz. Es un mensaje de buenas noticias —de buenas nuevas— acerca del regreso de Jesucristo, quien gobernará directamente sobre todas las naciones (Isaías 2:1-4).
El mensaje de Isaías se cumplió con la primera venida de Cristo
Ahora veamos como Jesús también citó a Isaías como prueba que Él estaba en armonía con el mensaje del evangelio que Isaías predicó.
Mientras visitaba Nazaret, Jesucristo entró a la sinagoga del lugar, y le pidieron que leyera del libro de Isaías. El citó parte de un pasaje que se encuentra en Isaías 61:1-3 y luego, ante la sorpresa de todos los que estaban presentes, Él cerró el libro sin haber terminado de leer el pasaje completo (ver Lucas 4:16-21).
¿Por qué hizo esto Jesucristo?
La comisión de Jesucristo en la Tierra se dividía en dos partes. El propósito de su primera venida era cumplir con las escrituras del Antiguo Testamento tales como el pasaje que Él citó de Isaías 61. La parte del pasaje que Él omitió se refiere a un tiempo futuro cuando Él establecerá el Reino de Dios sobre toda la Tierra.
Por inspiración de Dios, Isaías anunció ambas partes del mensaje del evangelio mucho antes de su cumplimiento.
Acerca de Jesucristo el Mesías
Aquí hay algunas escrituras en Isaías que mencionan a nuestro Salvador y Rey venidero, Jesucristo —quien es el centro y corazón del evangelio:
- Su reino prosperará y permanecerá para siempre (2:2-4; 25:6-9; 61:1-11).
- Su futuro reino y gobierno (9:1-7).
- Condiciones del mundo bajo su reinado (11:1-16; 32:15-20).
- Él encierra y sujeta a Satanás el diablo (14:12-17; compare Apocalipsis 20:1-3).
- Un cántico de confianza en Cristo (26:1-9).
- ÉL consuela y apacienta a su pueblo (40:1-31).
- Él es una luz a los gentiles (49:6-7).
- El sufrimiento de Jesucristo y su muerte son profetizados (52:14-15; 53:1-12).
- Los sufrimientos de antaño serán olvidados bajo el gobierno de Cristo (65:16-25).
- El Sábado se observará en el Reino de Dios (66:23).
¿Está usted listo para recibir su recompensa?
¡Dios no solamente ofrece gratuitamente el increíble regalo de la vida eterna a quienes se arrepientan y se vuelvan a Él, sino que también promete darles una recompensa (Romanos 6:23; Tito 1:2)!
“He aquí que el Eterno el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará, he aquí su recompensa viene con Él” (Isaías 40:10). Esta escritura se refiere al galardón que Jesucristo traerá con Él a su regreso para dar a aquellos que se han esforzado en vivir una vida —en acción y pensamientos— agradables a Él. Él va a recompensar a quienes sean siervos fieles y estén haciendo su obra (Mateo 24:45-47; 25:14-21).
Fíjese en Apocalipsis 22:12 “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra”.
¿Estamos verdaderamente preparándonos para recibir el galardón prometido cuando Jesucristo regrese? Para estudiar más acerca de este tema, vea “Mi galardón conmigo” y la sección acerca del “Reino de Dios”.