Las dos breves epístolas de 2 y 3 Juan mencionan la palabra “verdad” 11 veces en 27 versículos. ¿Por qué puso Juan tanto énfasis en la verdad?
La epístola (carta) llamada 2 Juan nos dice que fue escrita por “el anciano”.
La mayoría de los eruditos aceptan la antigua tradición de que “el anciano” que se menciona en los primeros versículos era el apóstol Juan, ya que la forma que se escribió esta carta refleja la voz de una autoridad amorosa, y por lo tanto esto sugiere que el autor sería alguien diferente a un anciano local o miembro de la Iglesia de Dios.
“Las cartas que llamamos 2 y 3 Juan son similares en palabras, estilo, ideas, y carácter a 1 Juan, y es muy probable que fueran escritas por el mismo autor, quien se refiere a sí mismo simplemente como ‘el anciano’” (Zondervan Illustrated Bible Dictionary, [Diccionario bíblico ilustrado de Zondervan] p. 754 —ver 2 Juan 1:1; 3 Juan 1:1).
Algunos señalan que el mismo hecho de que este sea un libro corto, puede ser prueba de su autenticidad.
“El hecho de que estas dos cartas sean breves [2 Juan y 3 Juan] es la mejor prueba de su legitimidad. Son tan cortas… que nadie se hubiera tomado el trabajo de inventarlas, y después añadir el nombre de Juan. Una hoja estándar de papiro medía diez por ocho pulgadas, y cada una de estas cartas cubría casi exactamente el largo de un hoja” (Barclay’s Daily Study Bible: The Letters of John and Jude, [Comentario al Nuevo Testamento de Barclay: Cartas de Juan y Judas] p. 127).
La señora elegida y sus hijos
El libro de 2 Juan es dirigido a la “señora elegida y a sus hijos”.
¿Quién es esta “señora”?
Hay diferentes opiniones al respecto de este punto. Algunos asumen que es una referencia a una iglesia o congregación y sus hijos espirituales, mientras otros argumentan que se refiere a una señora específica quien era miembro de la Iglesia de Dios.
La palabra griega para “señora” es kuria, que es una forma femenina del masculino kurios, la cual significa “maestro” o “señor”.
“Primero que todo, no es claro si Juan se refiere específicamente a un individuo o metafóricamente a toda una congregación”, afirma The Expositor’s Bible Commentary [Comentario de la Biblia del expositor]. “Sin embargo, la mayoría de los comentarios de la Biblia, concluyen que ‘la señora elegida’ es una referencia general a toda una congregación, así que ‘sus hijos’ serían los miembros individuales de la congregación” (edición revisada, pp. 513-514).
La teoría de que Juan se dirige a una congregación, es ratificada por el hecho de que en algunos versículos (6, 8, 10, 12), se usa el plural cuando se dirige a kuria, y por lo tanto es mucho más probable que se refiera a una iglesia y no a una persona específica.
Resumen de 2 Juan
- Saludos a la señora elegida (vv. 1-3).
- El amor es caminar en los mandamientos de Dios (vv. 4-6).
- Advertencia sobre el engaño religioso (vv. 7-11).
- Despedida (vv. 12-13).
El propósito de 2 Juan
Juan estaba preocupado porque los miembros estaban siendo engañados a rechazar la verdad de Dios, y que esta verdad fuera remplazada por dogmas inventados por humanos. Por esto mismo, él los alentó a que continuaran caminando en la verdad, rechazando estos falsos maestros que trataban de introducir creencias contrarias a las verdaderas doctrinas de Cristo establecidas en su Iglesia.
El apóstol afirma: “Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo” (2 Juan 9, énfasis añadido).
Juan da mucha importancia y énfasis en preservar la verdad bíblica dentro de la Iglesia.
Caminando en la verdad
Como cristianos, tenemos que esforzarnos a caminar en obediencia a los mandamientos de Dios con todo nuestro ser y de una manera activa. Tenemos que confiar en que Él nos ayuda, nos apoya, y nos perdona misericordiosamente cuando nos arrepentimos, y nos damos cuenta que necesitamos cambiar.
En esta corta epístola de 13 versículos, Juan usa la palabra “verdad” cinco veces y “amor” cuatro veces. La palabra “mandamiento(s)” es usada cuatro veces; y el verbo activo “caminar” o “caminando” se usa tres veces.
Como cristianos, tenemos que esforzarnos a caminar en obediencia a los mandamientos de Dios con todo nuestro ser y de una manera activa. Tenemos que confiar en que Él nos ayuda, nos apoya, y nos perdona misericordiosamente cuando nos arrepentimos, y nos damos cuenta que necesitamos cambiar.
La verdad que proviene de Dios no es temporal, ni es algo pasajero, sino que es “la verdad que permanece en nosotros, y estará para siempre con nosotros” (2 Juan 2).
“Tal verdad ‘estará para siempre con nosotros’ porque viene del ‘Espíritu de verdad’ [el cual] estará con ‘vosotros para siempre’ (Juan 14:16), y porque el aceptarla lleva a la vida eterna” (Expositor’s Bible Commentary, [Comentario de la Biblia del expositor] edición revisada, p. 514.)
¿Qué es la verdad?
Cuando Jesucristo oró al Padre antes de su crucifixión, afirmó: “tu palabra es verdad”, lo que es una clara referencia a la Palabra inspirada de Dios —la Biblia (Juan 17:17). Y es a través de esta verdad que los verdaderos cristianos son “santificados” (Juan 17:19), lo que significa que “el creyente es apartado por Dios” (El diccionario expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento exhaustivo de Vine).
El “caminar” en verdad delante de Dios, significa esforzarse en imitar y seguir el ejemplo que Cristo dejó: “El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo” (1 Juan 2:6). Los patriarcas de la antigüedad “caminaron” con Dios. Entre ellos se incluye Enoc (Génesis 5:24) y Noé, quien era “un hombre justo… [y] con Dios caminó” (Génesis 6:9).
Abram, el padre de los fieles, caminó con Dios en verdad
La Biblia afirma que Dios mandó a Abram diciéndole: “anda delante de mí y sé perfecto” (Génesis 17:1). Abram cumplió obedientemente la orden de Dios. La Biblia dice: “por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes” (Génesis 26:5).
Esto demuestra la disposición de Abraham a caminar con Dios en verdad. Él se llegó a conocer como “el amigo de Dios” (Santiago 2:23; Isaías 41:8), tomando así su merecido lugar entre los ejemplos bíblicos de fe viviente (Hebreos 11:8-10).
¿Pueden aplicarse estos ejemplos a nosotros en el siglo 21?
Los acontecimientos y ejemplos del Antiguo Testamento han sido registrados para nuestro beneficio (Romanos 15:4; 16:26; 1 Corintios 10:11).
Juan escribió: “Mucho me regocijé porque he hallado a algunos de tus hijos andando en la verdad, conforme al mandamiento que recibimos del Padre”. Y también agregó: “Y éste es el amor, que andemos según sus mandamientos; que andéis en amor, como vosotros habéis oído desde el principio” (2 Juan 4, 6).
Cuando caminamos fielmente y en forma constante en este camino, estamos haciendo “las cosas que son agradables delante de él” (1 Juan 3:22).
“Yo le conozco”
¿Qué dice Dios de las personas que dicen “Yo lo conozco”, pero que rehúsan “caminar” en sus caminos?
Dios llama a tales individuos “mentiroso[s]” porque la verdad no está en ellos (1 Juan 2:4). Otro escritor del Nuevo Testamento afirma lo mismo: “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos” (Santiago 1:22; ver también Romanos 2:13).
¿Qué le agrada a Dios realmente?
“El que dice que permanece en él, debe andar como él [Cristo] anduvo” (1 Juan 2:6). ¡Esta es la prueba y desafío que enfrentan los verdaderos cristianos!
Para un estudio más profundo, lea los artículos en la sección “Epístolas Generales”.