Caso Roe contra Wade anulado: ¿cuál es el futuro del aborto en Estados Unidos?
La Corte Suprema ha dictado sentencia en el caso Dobbs contra Jackson. ¿Qué significa esta decisión? ¿Acabará con el aborto? ¿Qué piensa Dios acerca del aborto?
El viernes 24 de junio de 2022, la Corte Suprema de los Estados Unidos emitió su fallo en el caso Dobbs contra Jackson Women's Health Organization. El fallo causó conmoción en todo el país al anular dos decisiones anteriores de la Corte Suprema: Roe contra Wade (1973) y Planned Parenthood contra Casey (1992).
El caso se centró en una ley aprobada en 2018 por el estado de Misisipi que prohibía los abortos después de las 15 semanas de gestación. Los opositores argumentaron que la ley era inconstitucional basándose en el caso Roe contra Wade, que decidió que el aborto es un derecho constitucional garantizado por la 14ª Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos.
Inmediatamente después de conocerse la decisión, ambos bandos del debate en curso acudieron a las redes sociales para expresar su júbilo o su disgusto por la decisión. Los conservadores la celebraron como una de sus mayores victorias y un paso hacia el establecimiento de una “cultura de la vida” en Estados Unidos. Los liberales calificaron la decisión como un ataque a los “derechos de la mujer” y prometieron aumentar considerablemente sus esfuerzos políticos para restablecer y ampliar el derecho al aborto.
Las opiniones completamente opuestas ilustran las profundas divisiones políticas y morales existentes en los Estados Unidos. Algunos han llegado a afirmar que Estados Unidos es esencialmente dos países diferentes que nunca se reconciliarán y que siguen distanciándose cada vez más.
Qué permite y qué no permite la decisión
Lamentablemente, en nuestra cultura frívola de frases cortas y los tuits, a menudo los temas se simplifican y politizan tanto que la realidad se pierde, o es difícil de discernir.
Al leer de los mensajes del bando pro-vida se podría deducir que esta decisión es fundamentalmente pro-vida y que el aborto en Estados Unidos terminará inmediatamente.
Al leer los mensajes del bando pro-aborto se podría concluir que esta decisión fue recibida como un ataque directo a las mujeres de todo el mundo y que todos los abortos se limitarán a partir de ahora a peligrosas y turbias clínicas clandestinas.
Ninguna de las dos afirmaciones corresponde a la realidad de la decisión.
Para ser claros, la decisión Dobbs no prohibió el aborto en Estados Unidos. Simplemente llegó a la conclusión de que el aborto no es un derecho garantizado en la Constitución de Estados Unidos y que la legalidad y la moralidad del aborto deben ser determinadas por el pueblo de cada estado a través del proceso político.
Éste es un resumen de la decisión, extraído de la página 14 de la sentencia Dobbs:
“Es hora de acatar la Constitución y devolver el asunto del aborto a los representantes elegidos por el pueblo. La permisibilidad del aborto, y las limitaciones al mismo, deben resolverse como la mayoría de las cuestiones importantes de nuestra democracia: por los ciudadanos tratando de persuadirse unos a otros y luego votando”.
En la página 73 se encuentra un resumen más detallado:
“Nuestra decisión devuelve el asunto del aborto a esos órganos legislativos y permite a las mujeres de ambos lados del tema del aborto tratar de incidir en el proceso legislativo influyendo en la opinión pública, presionando a los legisladores, votando y presentándose a las elecciones. Las mujeres no carecen de poder electoral o político. Cabe destacar que el porcentaje de mujeres que se inscriben para votar y emiten su voto es sistemáticamente superior al porcentaje de hombres que lo hacen”.
Así pues, es importante entender que, lejos de ser un dictamen que defienda la inviolabilidad de la vida humana o declare que el aborto es un asesinato, la sentencia simplemente transfiere la problemática del proceso judicial al proceso legislativo y político.
Esta decisión histórica no pone fin al debate acerca del aborto en Estados Unidos —sencillamente lo politiza aún más. La batalla continuará durante años —a un nivel mucho más intenso. En muchos sentidos, ha comenzado de nuevo con un campo de batalla más amplio.
El aborto no se acabará por esta sentencia, pero será más limitado en algunos estados y probablemente más accesible en otros. Esto animará a ambas partes a luchar aún más por sus posiciones a través del proceso político, y podría convertirse en una situación en la que las leyes estatales y federales irán y vendrán en un futuro previsible.
También es probable que dé lugar a la creación de una red organizada que proporcione transporte y financiación para que las mujeres que deseen abortar viajen a los estados donde el procedimiento continúe siendo legal. También podría crear una industria completamente nueva de clínicas de aborto que operarían justo al otro lado de las fronteras de los estados donde el aborto está restringido.
La perspectiva bíblica acerca del aborto
Aunque la Corte Suprema tiene razón en su apreciación de que el aborto no se encuentra en la Constitución de Estados Unidos, la idea de que la moralidad del aborto debe ser determinada por la voluntad colectiva del pueblo demuestra una peligrosa debilidad de la democracia —y de todos los gobiernos humanos.
Esto no sólo relega el tema del aborto al ámbito de la subjetividad y la opinión pública, sino que niega que haya verdad y error absoluto cuando se trata de destruir lo que las decisiones previas de la Corte Suprema calificaron como “vida potencial”.
La Biblia enseña que los seres humanos fueron creados “a imagen de Dios” (Génesis 1:27) y nacen con el potencial de formar parte de la familia eterna de Dios (Hebreos 2:10). Dios no considera a un niño en el vientre materno como una “vida potencial” o como una simple acumulación de tejido sin vida. Considera a un niño no nacido como una vida humana (Génesis 25:22-24; Salmo 139:13-16; Jeremías 1:5; Lucas 1:13-15).
En su Evangelio, Lucas describe al no nacido Juan el Bautista como “la criatura” (Lucas 1:41, 44) —exactamente la misma palabra que usó para describir a Jesús después de su nacimiento en Lucas 2:16. La Palabra de Dios no distingue entre un feto y un bebé.
Una vida humana es una vida humana-independiente de si existe dentro o fuera del vientre de la madre.
La destrucción de la vida humana se llama “asesinato” e infringe el Sexto Mandamiento: “No matarás” (Éxodo 20:13). Si usted desea más información acerca de la perspectiva bíblica del aborto, lo invitamos a leer “¿Está mal el aborto?”.
El problema más profundo detrás del aborto
Pero también debemos tener en cuenta que el aborto no es un pecado que existe en un vacío. De hecho, es realmente la punta de un iceberg mucho más grande.
Normalmente, el aborto se lleva a cabo como consecuencia del pecado de fornicación —sexo fuera del matrimonio. Según un estudio del año 2010 acerca de por qué las mujeres recurren al aborto, la mayoría de los abortos se practican porque las mujeres consideran que no están preparadas económicamente o que no es el momento apropiado. Un gran porcentaje también puede atribuirse a que la mujer no siente que cuenta con el apoyo emocional de su pareja.
Dios no considera a un niño en el vientre materno como una “vida potencial” o como una simple acumulación de tejido sin vida. Considera a un niño no nacido como una vida humana.
Aquí es donde muchos defensores de la vida se equivocan al centrarse exclusivamente en la oposición al aborto. Su ira parece dirigirse únicamente a la decisión de la madre, y parece ignorar la responsabilidad del padre o el tema de la fornicación que dio lugar al embarazo en primer lugar.
Los defensores de la vida no parecen centrarse en defender y enseñar las normas de la moral sexual que están en el centro del tema del aborto. Y rara vez se les ve responsabilizando a los hombres por su participación en el embarazo egoísta de mujeres sin asumir ninguna responsabilidad posterior. Los hombres irresponsables son tan culpables del pecado del aborto como las mujeres que creen que no tienen más remedio que interrumpir su embarazo.
Desde la perspectiva de Dios, no basta con ser pro-vida. Debemos estar a favor de la justicia. Estar a favor de la justicia significa defender y enseñar todas las normas morales de Dios, y no enfocarse en un solo pecado.
Nuestro Creador creó el sexo para que un esposo y una esposa lo disfrutaran sólo dentro de los confines seguros y amorosos del matrimonio. Cada vez que se quebranta su norma, el resultado será miseria, sufrimiento y otros pecados. El aborto suele ser una consecuencia de esos pecados.
Si usted desea aprender más de las enseñanzas de la Biblia acerca de la moralidad sexual, lo invitamos a leer:
El aborto es sólo uno de los pecados que atormentan a nuestro mundo —particularmente a las naciones occidentales. Nuestros pueblos enfrentarán el castigo nacional por el pecado del aborto, así como por los muchos otros pecados que nuestras naciones practican y de los cuales hacen alarde. Esos pecados incluyen la promiscuidad sexual desenfrenada, la violencia con armas de fuego y un rechazo general de las normas morales de Dios.
La verdadera solución al aborto
La decisión de Dobbs no va a resolver el problema del aborto en Estados Unidos. De hecho, es probable que conduzca a más y más odio y división dentro de este país. Jesús dijo, en Marcos
3:25, que “si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer”.
Los Estados Unidos ha emprendido el camino de la destrucción debido a sus pecados nacionales, y debido a sus divisiones, al odio y la ira enardecida que ambos lados de esas divisiones tienen el uno por el otro. Si usted desea aprender más acerca de nuestros pecados nacionales y sus consecuencias, lo invitamos a leer “5 maneras en que nuestra cultura rechaza la moral bíblica” y “¿Por qué está Dios enojado con Estados Unidos?”
Sólo hay una solución real para el tema del aborto: el regreso de Jesucristo.
En definitiva, hay una gran esperanza reservada para todos los millones de niños cuyas vidas terminaron antes de nacer: la resurrección de todos los que han vivido.
Jesucristo no va a regresar y va a consultar la Constitución de los Estados Unidos o al electorado norteamericano para decidir el futuro del aborto. Como Rey de Reyes y Señor de Señores, va a enseñar y va a establecer su ley en todo el mundo.
Los seres humanos van a aprender “sus caminos” y “andará por sus sendas”, a medida que la ley de Dios sea enseñada y se extienda por todo el mundo desde Jerusalén (Miqueas 4:2).
Su ley no se va a limitar a tratar el pecado del aborto convirtiéndolo en un delito punible. Por el contrario, su gobierno va a abordar el problema desde la raíz —estableciendo y enseñando sus leyes morales y restableciendo el concepto de familia como el pilar central de la sociedad.
Él no sólo va a abordar la punta del iceberg de este pecado: su gobierno se va a ocupar de todo el problema, de principio a fin.
Y, en definitiva, hay una gran esperanza reservada para todos los millones de niños cuyas vidas terminaron antes de nacer: la resurrección de todos los que han vivido. Curiosamente, el libro del Apocalipsis describe esa resurrección incluyendo a “grandes y pequeños” (Apocalipsis 20:12, énfasis añadido). Los “pequeños” incluye a todos aquellos niños que hayan sido abortados.
Vivirán de nuevo.
El aborto no puso punto final a las vidas de esos bebes permanentemente; simplemente la retrasó temporalmente.
Esperanza para aquellos que han abortado
Si usted ha abortado y siente un profundo dolor, tristeza y arrepentimiento por ello, hay esperanza para usted y para su hijo. Hay dos verdades que queremos compartir con usted:
En primer lugar, puede arrepentirse de ese pecado y ser perdonado. El aborto, y el pecado de raíz que lo provoca, no es imperdonable. Si usted desea aprender más acerca del arrepentimiento, lo invitamos a leer “¿Cómo debemos arrepentirnos?”.
En segundo lugar, puede seguir adelante con la esperanza de Apocalipsis 20:12. Usted puede saber que su hijo vivirá de nuevo y tendrá la oportunidad de vivir una vida plena. Dios ama a su hijo y lo quiere en su familia. Dios no ha olvidado ni desechado a los niños que fueron abortados.
Aunque no pueda traer a ese niño de vuelta en esta vida, puede vivir con la esperanza de que su pecado puede ser perdonado y que su hijo vivirá de nuevo.
Centrarse en la verdadera solución
La decisión de Dobbs puede salvar, de momento, la vida de algunos niños no nacidos, y eso es algo positivo. Pero está lejos de ser una solución al problema del aborto, y no es la última palabra acerca de este asunto en la sociedad estadounidense. Lo único que ha hecho es renovar el debate y cambiar el frente de batalla político. Los hijos de Dios no deben depositar su fe en los sistemas políticos o judiciales humanos para resolver los problemas que aquejan a nuestra sociedad. Al buscar soluciones humanas, perdemos de vista la única solución real y verdadera al aborto y a todos los demás problemas de nuestra sociedad.
La solución hoy es el arrepentimiento personal y nacional, no sólo del pecado del aborto, sino de todos los pecados que abarca.
Pero en última instancia, la única solución real, permanente y significativa a este problema es el regreso de Jesucristo para instaurar su Reino y establecer una cultura global no sólo de vida, sino de justicia y verdad.
Fecha de publicación: Junio 29, 2022