El amor de Dios, ¿es un amor sin condiciones?
El amor abnegado de Dios suele entenderse como un amor desinteresado, que no exige nada a cambio para tener una buena relación con Él. ¿Es esto realmente lo que enseña la Biblia?
El Diccionario de la Real Academia Española define el adjetivo "abnegado", como: "Que se sacrifica o renuncia a sus deseos o intereses, generalmente por motivos religiosos o por altruismo". Esta definición no hace ninguna mención a algún requisito que se deba cumplir para ser beneficiarios de este amor altruista. De allí que se pueda entender al amor abnegado como aquel que se brinda sin esperar nada a cambio… totalmente nada. Totalmente desinteresado. ¿Es este el amor que tiene Dios hacia los seres humanos?
El mejor ejemplo de amor abnegado
En base a la definición que encontramos en el diccionario, el mejor ejemplo de abnegación lo podemos encontrar en la Biblia, en el sacrificio de un ser sin culpa que entregó su vida por toda la humanidad. Se trata de Jesucristo, quien "padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios" (1 Pedro 3:18).
Cristo no sólo estuvo dispuesto a sacrificar su vida para que todos los seres humanos podamos recibir perdón por nuestros pecados, sino que además "el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz" (Filipenses 2: 6-8).
La Biblia declara que el ser espiritual que luego vino a ser Jesucristo, estuvo antes con Dios por toda la eternidad. Él es llamado el Verbo y se le reconoce como el autor de toda la creación (Juan 1:1-3). Entonces, Jesucristo al aceptar nacer como un ser físico en la Tierra no sólo renunció al increíble poder que tenía en los cielos, sino que también estuvo dispuesto a morir de la forma más terrible de la época, la muerte por crucifixión. Todo ello por nosotros, los seres humanos pecadores, para que pudiéramos tener una relación con Dios.
Si desea profundizar más en la trascendencia del sacrificio de Jesucristo, le invitamos a leer los artículos: "El más grande sacrificio de todos" y "Jesucristo fue el Dios del Antiguo Testamento".
¿Es el amor abnegado un acto sin condiciones?
Sin lugar a dudas, el sacrificio de Jesucristo representa de manera íntegra el significado de la palabra “abnegado”. Sin embargo, las Escrituras señalan que Cristo padeció una sola vez y que lo hizo para llevarnos a Dios (1 Pedro 3:18, énfasis añadido).
Sin embargo, su sacrificio no fue un acto de amor para perdonar nuestros pecados incondicionalmente. Tenemos que arrepentirnos primero. Dicho sacrificio fue con el propósito de abrirnos el camino para que podamos ofrecerle a Él una vida que le agrade. El cristianismo tradicional predica que si Dios perdona nuestros pecados tan pronto como lo aceptamos a Él en nuestra vida, entonces ya somos salvos para siempre. ¿Qué sucede entonces si no nos arrepentimos y volvemos a pecar y nos alejamos del estilo de vida que agrada a Dios? ¿Acaso Jesucristo murió también para darnos la licencia de pecar cada vez que queramos y aún así seremos salvos, sólo porque le hemos aceptado en nuestro corazón?
El sacrificio de Jesucristo no fue un acto de amor para perdonar nuestros pecados incondicionalmente. Tenemos que arrepentirnos primero.
Aunque algunos feligreses del cristianismo tradicional realmente piensan que es así, la Biblia demuestra lo contrario.
Luego de que los apóstoles recibieron el Espíritu Santo en el día de Pentecostés, Pedro pronunció un poderoso discurso para los moradores de Jerusalén: "Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo. Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:36-38).
Los judíos y las personas que escucharon el mensaje de Pedro reconocieron que el sacrificio de Jesucristo no perdonaba automáticamente sus pecados. Por ello, preguntaron, con profunda contrición, a los apóstoles acerca de lo que debían hacer. Pedro les explicó las condiciones para el perdón de sus pecados y también para el proceso de conversión que todos los cristianos debemos cumplir para ser beneficiarios del amor abnegado de Dios.
Este proceso de conversión incluye tres pasos:
1. Arrepentirse: Un profundo pesar por reconocer que hemos transgredido la santa, justa y perfecta ley de Dios. Sumado a un sincero deseo por dejar de pecar.
2. Bautizarse: Ser sumergido completamente en agua como señal de la muerte de una vida de pecado.
3. Recibir el Espíritu Santo: La recepción del Espíritu de Dios por medio de la imposición de manos de un ministro verdadero de la Iglesia de Dios.
Estos tres pasos son sólo el comienzo de una vida de cambio constante, alineada a los mandamientos de Dios. Y aun después de recibir el Espíritu Santo no estamos exonerados de culpa por nuestros pecados futuros. Cada vez que pecamos tenemos que pedir perdón a Dios y arrepentirnos de haber hecho lo malo. ¡No debemos caer en el engaño de que Dios nos ofrece un amor abnegado que nos perdona todos nuestros pecados para siempre, sólo porque le recibimos en el corazón y luego ya somos salvos!
Para conocer más acerca de lo que significa el verdadero arrepentimiento y cómo esto puede cambiar su vida, lea los artículos: "Arrepentimiento: compungirse de corazón" y "¿Cómo el arrepentimiento cambiará el mundo?".
Si pecamos sin arrepentimiento, ya no hay perdón
El problema con la idea del amor abnegado de Dios es pensar que éste es también un amor que lo perdona todo, sin condiciones. La idea de un amor de Dios sin límites ni condiciones, no está en la Biblia, sino en una sociedad engañada que ha cambiado la manera de entender los valores cristianos, empezando por el amor de Dios.
El amor de Dios por el hombre es abnegado y maravilloso, pero implica el arrepentimiento de parte del ser humano. No debemos creer que podemos pisotear vez tras vez el sacrificio de Cristo, pecando deliberadamente, sólo porque Dios nos ama.
En 1 Corintios 13:4-7, encontramos la definición más detallada en la Biblia sobre las características del amor de Dios. Si bien, tanto al inicio como al final, se destaca la cualidad de sacrificio, no debemos perder de vista que también se señalan las cualidades de no hacer nada indebido, ni gozarse de la injusticia, sino de la verdad. Además de otras cualidades que apuntan directamente al cumplimiento de la ley de Dios. Esta declaración de la Biblia debe ser tajante en el debate sobre si el amor de Dios es o no sin condiciones.
No nos debería quedar dudas, después de examinar estas Escrituras, que el amor de Dios por el hombre es abnegado y maravilloso, pero implica el arrepentimiento de parte del ser humano. No debemos creer que podemos pisotear vez tras vez el sacrificio de Cristo, pecando deliberadamente, sólo porque Dios nos ama.
En Hebreos 10: 26-27 se nos advierte: "Porque si pecáremos voluntariamente, después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios".
El amor abnegado de Dios
El amor abnegado de Dios no es un amor sin condiciones. El sacrificio de Jesucristo no fue simplemente para que nuestros pecados pudiesen ser perdonados, sino también para darnos la oportunidad de tener una relación de amor con Dios. Esa relación con Dios es posible sólo si nos arrepentimos, luego somos perdonados y nos esforzamos constantemente por dejar de pecar y alejarnos del mal. Si volvemos a pecar deliberadamente y no nos arrepentimos, volveremos a ser merecedores de la pena por el pecado, que es la muerte (Romanos 6:23).
Querido lector, el amor abnegado de Dios hacia el hombre es maravilloso. ¡Pero, el problema es creer y predicar que poseer este amor nos da licencia para hacer lo que queramos, sin importar cómo vivamos en adelante nuestra vida!
Si desea explorar más acerca de las cualidades del amor de Dios, lea el artículo "El camino hacia el amor de Dios".
Fecha de publicación: Julio 11, 2024