El presidente Donald Trump en Israel. ¿Qué podemos aprender de esta histórica visita?
El presidente Trump hace historia como el primer gobernante estadounidense en visitar el Muro Occidental o Muro de los Lamentos, cincuenta años después de que Israel recuperó este sitio histórico de la ocupación árabe. El presidente estadounidense estuvo acompañado en su visita a este sitio histórico por su familia cercana y varios líderes judíos.
Paseando por las callejuelas de la parte vieja de la ciudad, Trump y su esposa Melania se reunieron con los jefes de varias denominaciones cristianas y comenzaron su recorrido por uno de los sitios más sagrados de la cristiandad, la Iglesia del Santo Sepulcro, que la tradición cristiana atribuye como el lugar de la crucifixión, sepultura y resurrección de Jesús.
La cámara de seguridad mostró a la comitiva estadounidense, que sumaba cientos de personas, paseando por los callejones de la antigua ciudad de Jaffa, de camino al lugar reverenciado por los cristianos, bajo medidas de seguridad sin precedentes.
El presidente de Estados Unidos fue recibido fuera de la antigua iglesia por los patriarcas armenios y griegos ortodoxos de Jerusalém. Después de una breve parada para ser fotografiado, entró en el edificio, junto con su yerno y su hija, Jared Kushner e Ivanka Trump.
Desde ahí, la delegación estadounidense se dirigió de nuevo a la puerta de Jaffa, donde entraron en la caravana de decenas de vehículos para conducir hacia el Muro Occidental.
El Rabino del Muro, Shmuel Rabinovitch y el director de la fundación denominada: “Patrimonio del Muro Occidental”, Mordechai Eliav, se reunieron con Trump, revistiéndolo con un kipá negro en la entrada de la plaza.
Desde allí, Trump y su yerno Jared Kushner se acercaron a la sección del muro para varones, mientras que Ivanka Trump y Melania se dirigieron a la sección de mujeres.
Trump se acercó al muro, deteniéndose a tocar las piedras por unos 30 segundos y deslizando una nota hacia adentro. En la sección femenina, Ivanka Trump, que es judía, rezó con los ojos cerrados, antes de alejarse.
El presidente de Estados Unidos más tarde leyó un capítulo de los Salmos, junto con los rabinos.
El Muro Occidental es parte de los muros de contención del Segundo Templo, en el sitio original, y por lo tanto es el lugar más sagrado del pueblo judío. Fue recuperado junto con el resto de la ciudad vieja de Jerusalén en la guerra de 1967 y anexada por Israel como parte de su capital unificada.
La visita del lunes 22 de mayo se produce dos días antes de la celebración de los 50 años de la reunificación de esa ciudad de Israel.
Durante su visita relámpago, Donald Trump se reunió con el primer ministro Binyamin Netanyahu en el Hotel Rey David, seguido de una cena en la residencia del premier Netanyahu.
El Presidente Trump presentó una ofrenda floral en el museo Yad Vashem. Luego presentó un tema en el Museo de Israel, el cual fue el principal discurso de su viaje. Luego volvió por la tarde al aeropuerto Ben Gurion para dirigirse rumbo a Italia.
¿Qué podemos rescatar de esta histórica visita?
La Biblia nos habla de los fuertes lazos de familia que existen entre Estados Unidos e Israel. Estos lazos de hermandad literal incluyen el apoyo político, militar y financiero a esta pequeña nación por parte del gigante occidental, sobre todo cuando Israel se ha visto amenazado por sus enemigos, lo cual ha sucedido con mucha frecuencia.
Una de las señales más importantes que el Presidente Trump está entregando a la comunidad internacional es que Estados Unidos es íntimo amigo y protector de Israel.
Y esta señal la está entregando con completa transparencia, contundencia, claridad y elocuencia. Este viaje también fue para declarar con énfasis quiénes son los verdaderos enemigos terroristas.
Estados Unidos siempre ha liderado la coalición de defensa hacia Israel, comprometiendo enormes sumas de dinero y recursos militares a la hora de defender a esta pequeña nación de los ataques terroristas. Esto los hace Estados Unidos simplemente porque son hermanos de sangre con Israel.
Ambas naciones saben mucho del dolor que causa el terrorismo en sus pueblos, lo cual ha existido desde que el pueblo de Israel fue liberado de Egipto, en su tránsito por el desierto (Génesis 25:17-18).
La visita del Presidente Trump a Israel, como primer presidente estadounidense en visitar el Muro Occidental desde la instauración del Estado de Israel hace 50 años, fortalecerá aún más los lazos eclesiásticos, políticos, sociales y militares entre las dos naciones, porque son hermanos de sangre. Pero al mismo tiempo comprometerá a ambas naciones en el cumplimiento de una de las profecías más dolorosas para los tiempos del fin, ya que Dios también nos indica que en los postreros tiempos Jerusalén será una piedra pesada, “y que todas las naciones que la carguen serán despedazadas”… (Zacarías 12:3).
Viene un tiempo, que la Biblia le llama “la Gran Tribulación”, la cual será en contra de Israel y sus hermanos físicos y todos aquellos que apoyen a esta pequeña nación del Medio Oriente: “¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado” (Jeremías 30:7).
Pronto Estados Unidos e Israel actuarán nuevamente unidos, como hermanos que son, para enfrentar a países que los odian por diferentes razones. Pero estos dos países, después de haber sido atacados y humillados en la Gran Tribulación, serán liberados por el propio Jesucristo en su segunda venida, como dijo el profeta Jeremías en la escritura mencionada: “pero de ella será librado”.
Le sugerimos estudiar nuestro artículo Bendiciones de Abraham: cómo llegaron a ser los Estados Unidos y ¿Por qué escogió Dios a Israel? Para entender más ampliamente la relación familiar entre Estados Unidos e Israel.
Fecha de publicación: Mayo 30, 2017