¿En dónde quedaron el derecho, la justicia y la equidad?
En muchos países podemos observar una explosión de manifestaciones sociales, exigiendo más justicia y más equidad. ¿Por qué el mundo, tal como lo conocemos, es incapaz de proveer para su gente la verdadera justicia y equidad?
Estamos viviendo tiempos en donde en diversas partes del mundo se está experimentando una crisis social: en Chile, en Bolivia, en Ecuador, en Nicaragua, en Venezuela, etcétera. Muchos demandan justicia y equidad para los pueblos que llevan décadas viviendo bajo sistemas de gobiernos injustos, y que, a la luz de los resultados, no parecen gobernar por el pueblo y para el pueblo.
Los pueblos claman por sus derechos más elementales para poder vivir, pero al parecer gran parte de los gobiernos no tienen la voluntad de escuchar, ni mucho menos de proveer para ellos sus demandas más elementales y básicas.
En muchos países los derechos básicos se han convertido en un gran negocio. La salud, la educación, las pensiones justas, el cuidado hacia los mayores, y muchos otros aspectos, son un beneficio que llega no a muchos.
Para gran porcentaje de las personas, acceder a estos derechos básicos se ha convertido en un calvario casi de por vida.
En muchos países podemos observar una explosión de manifestaciones sociales, exigiendo más justicia y más equidad. ¿Por qué el mundo, tal como lo conocemos, es incapaz de proveer para su gente la verdadera justicia y equidad?
¿De dónde provienen la mayoría de los males?
Inequívocamente, y por más que existan analistas políticos, estadistas, periodistas, historiadores, sabios y doctos, la respuesta es una sola y está en una sola parte. 1 Timoteo 6:10 dice: “porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores”.
Dios estableció desde un inicio leyes santas y justas para que el hombre aprendiese a vivir por ellas y experimentara las bendiciones de obedecer al Dios Todopoderoso
Debemos entender que toda la corrupción, toda la falta de justicia y toda la falta de equidad tienen su raíz en esta precisa causa: “porque raíz de todos los males es el amor al dinero”, no sólo algunos males, sino todos. Veamos en la Sagradas Escrituras por qué es así.
Dios estableció desde un inicio leyes santas y justas para que el hombre aprendiese a vivir por ellas y experimentara las bendiciones de obedecer al Dios Todopoderoso. En Deuteronomio 24:17, Dios estableció como ley fundamental lo siguiente: “No torcerás el derecho del extranjero ni del huérfano, ni tomarás en prenda la ropa de la viuda”.
Si analizamos esta ley fundamental, vemos que lo que estaba instruyendo Dios era una filosofía de justicia y equidad para todos, en especial para los más desposeídos. No obstante, cuando miramos hacia los gobiernos en el mundo, podemos ver que esta ley fundamental de Dios está fuera de toda consideración y que probablemente no exista ninguna posibilidad de que sea establecida como patrón fundamental de gobierno, porque atenta contra los intereses de nuestros gobernantes.
Leamos nuevamente y reflexionemos: “porque raíz de todos los males es el amor al dinero”.
El profeta Isaías, por inspiración de Dios, escribió lo siguiente en Isaías 59:4: “No hay quien clame por la justicia, ni quien juzgue por la verdad; confían en vanidad, y hablan vanidades; conciben maldades, y dan a luz iniquidad”.
Qué descripción más precisa y actual de gran parte de los sistemas de gobierno del mundo, en especial cuando miramos a lo que está sucediendo en América Latina y en gran parte del África.
La realidad de los gobiernos
Muchos presidentes, diputados, senadores, como también miembros del poder judicial, se han visto envueltos en grandes escándalos, muchos de ellos por razones de corrupción y soborno.
Por esto Dios, hace miles de años, estableció también en su santa y justa ley los siguientes lineamientos para un reinado correcto. Deuteronomio 16:19: “No tuerzas el derecho; no hagas acepción de personas, ni tomes soborno; porque el soborno ciega los ojos de los sabios, y pervierte las palabras de los justos”.
Desglosemos brevemente lo que se menciona en esta escritura:
- No tuerzas el derecho. ¿Cuál derecho? En Deuteronomio 24:17 leímos que Dios establece un patrón fundamental de cuidado para los más desposeídos y una real solución para que no se expandiera la pobreza.
- No hagas acepción de personas.
- No tomes soborno. He aquí nuevamente “la raíz de todos los males” (1 Timoteo 6:10).
- El soborno ciega los ojos de los sabios. Cuánta verdad hay en estas palabras, con las cuales Dios advirtió que éste sería el resultado de dejarse influenciar por intereses de poder y/o económicos. Con esto podemos comprender por qué muchos gobiernos no logran ver lo que es tan obvio: la corrupción.
- Pervierte las palabras de los justos. Ésta es, adicionalmente, otra de las consecuencias de aceptar el soborno. Cuando los intereses personales están comprometidos con sobornos y corrupción, sólo van a beneficiar a unos pocos. Entonces los líderes comienzan a defender sus decisiones equivocadas con mentiras, engaños, evadiendo respuestas, lo cual no les permite dirigir a un país con derecho, justicia y equidad.
Urgen el derecho, la justicia y la equidad
Para Dios son muy importantes el derecho, la justicia y la equidad. Quizás usted pensaba que estos conceptos eran simplemente una creación de las leyes de este mundo. Pero no. Las leyes de este mundo mencionan estos conceptos, pero no los entienden ni muchos menos los practican.
Dios el Padre ha prometido que Jesucristo vendrá a instaurar su justicia pronto aquí a la Tierra. Eso es muy esperanzador. Hebreos 1:8 dice: “Más del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino”.
Nos espera el pronto establecimiento de un nuevo reino literal, donde ya no existirán gobiernos corruptos, opresores y usurpadores del derecho, la justicia y la equidad. En ese reino, Dios será el Rey de reyes y Señor de señores sobre toda la Tierra. Él gobernará esta Tierra para siempre.
Urge un cambio
Proverbios 1:2-7 dice: “Para entender sabiduría y doctrina, Para conocer razones prudentes, para recibir el consejo de prudencia, justicia, juicio y equidad; para dar sagacidad a los simples, y a los jóvenes inteligencia y cordura. Oirá el sabio, y aumentará el saber, y el entendido adquirirá consejo, para entender proverbio y declaración, palabras de sabios, y sus dichos profundos. El principio de la sabiduría es el temor del Eterno; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza”.
Debido a que el mundo no busca al Dios supremo, quien creó las leyes santas y perfectas, que traerían al hombre la verdadera justicia y equidad, esta es la razón de por qué el mundo no podrá cambiar sus malas costumbres e injusticias… por ahora.
Dios es dueño de toda la creación y Él nunca será corrupto y no hay nada que pueda corromperlo. Su reino en la Tierra terminará con toda corrupción y toda mentira. Éste será un cambio demasiado grande, demasiado sorprendente y demasiado real.
La única solución para que el mundo cambie, es que pronto sea establecido el Reino de Dios sobre la Tierra. Le invitamos a familiarizarse desde ya con El Reino de Dios, y el plan de salvación que Dios tiene para todos los seres humanos.
Fecha de publicación: Noviembre 8, 2019