Estatua de Satanás en protesta a los Diez Mandamientos
Durante este mes de agosto, seguidores de Satanás en el estado de Arkansas, Estados Unidos, frente al Capitolio de la ciudad, se dieron cita para celebrar la presencia de la estatua de Baphomet, uno de los símbolos del satanismo, el cual tiene una forma de chivo alado sentado sobre un trono, donde destacan sus cuernos y un niño a cada lado mirando a la estatua.
Esta manifestación que reunió a muchos manifestantes a favor de la instalación de la estatua, se hizo en forma de protesta contra un monumento a los Diez Mandamientos que en el año 2017 fuera instalado en el mismo lugar.
Según los manifestantes, la presencia del monumento a los Diez Mandamientos va en contra de la primera enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que garantiza la libertad de religión para todos.
Hay que recordar que el monumento de los Diez Mandamientos en el Capitolio de Arkansas fue patrocinado por el senador republicano Jason Rapert. Menos de media hora después de su instalación, un hombre embistió con su auto contra el monumento, destrozándolo a propósito. El mismo hombre destruyó también el monumento de los Diez Mandamientos en las afueras del Capitolio de Oklahoma. Muchas personas admiraron la valentía de esta persona.
A la organización “Templo Satánico”, que agrupa a ateos y que impulsó la protesta, sólo se le permitió mantener la estatua de Satanás de 2,5 metros de altura por un tiempo, sobre un camión, mientras sus organizadores daban sus discursos. Sin embargo, los satanistas dicen que debería permitirse el establecimiento permanente de la imagen, en atención a la libertad de expresión. Obviamente, la estatua representando a Satanás generó protestas de la comunidad cristiana, mientras que Jason Rapert, el senador conservador, calificó la imagen de “ofensiva” y prometió luchar para que sea retirada.
Por supuesto, el señor Rapert rechaza la idea al mencionar lo siguiente: “Primero habrá un día muy frío en el infierno antes de que se nos obligue a tener erigida una estatua ofensiva permanentemente en los terrenos del Capitolio del estado de Arkansas”.
En un mundo escéptico de la existencia de Satanás y de los demonios, estas noticias no resultan trascendentes, sin embargo, la Biblia, que es la Palabra inspirada de Dios, afirma de la existencia de este ser maligno y de su presencia e influencia en este mundo. De hecho, Satanás engaña al mundo entero (Apocalipsis 12:9) y parte de este engaño consiste en tener a todas las personas escépticas acerca de su propia existencia.
La Biblia menciona claramente que Lucifer —quien después llegó a ser Satanás—, fue un ser creado: “Así ha dicho el Eterno el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad” (Ezequiel 28:12-15).
Lucifer se transformó en Satanás, el adversario de Dios. Se dejó llenar de maldad y pecado desde que quiso establecer sus propios mandamientos y su propio camino de vida. Su sistema de engaño ha sido establecido en todo el mundo.
En Ezequiel 28:16 se menciona: “A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector.” Satanás fue arrojado a la Tierra y acá ha desarrollado e incrementado toda su maldad.
Satanás fue arrojado a la Tierra en castigo por su rebelión: “¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo” (Isaias 14: 12-15).
Su altivez fue tan grande que fue condenado a morar en la Tierra, cumpliendo el rol de ser “el príncipe de la potestad del aire” (Efesios 2:2). Satanás es un ser invisible al ojo humano. Es un espíritu. Pero es muy activo, y transmite sus malas actitudes, sembrándolas en las mentes del ser humano para alejarlo de Dios. Él es quién posee la perfecta frecuencia para engañar al mundo entero.
Satanás estuvo presente cuando Jesucristo vino a la Tierra por primera vez y lo tentó para que pecará. Los Evangelios dan cuenta de lo que se ha llamado “la tentación de Jesús”. En Mateo 4:8-11 dice: “Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían”.
Las manifestaciones noticiosas como la de Arkansas, en Estados Unidos, dan cuenta de la gran influencia de este ser maligno. Él ejerce, sobre todos los seres humanos, una negativa influencia hacia desobedecer la ley de Dios de los Diez Mandamientos.
En Vida, Esperanza y Verdad exponemos abiertamente lo que la Biblia señala acerca de Satanás y lo que él ha hecho y también de lo que hará prontamente. Usted debe saber que a este adversario le queda muy poco tiempo, pero mientras tanto anda como “león rugiente, buscando a quien devorar”. Lo invitamos a leer los siguiente Versículos para meditar “Satanás tienta a Jesús con el mundo” y “Satanás, el dragón malvado”.
Fecha de publicación: Agosto 31, 2018