Hay un proverbio para eso: Aceptar la corrección, o cómo no ser estúpido
Nuestra reacción instintiva ante la corrección, incluso cuando es respetuosa o constructiva, suele ser una justificación defensiva, no una reflexión profunda. ¿Estarían de acuerdo los Proverbios?

“¡Tú sí que sabes de esto!”. “Sólo tienes envidia”. “No, tú”. “Me da igual”.
¿Le suena? La mayoría hemos usado variaciones de estas frases alguna vez al enfrentarnos a críticas o correcciones acerca de algo que hemos dicho o hecho. Desafortunadamente, hoy en día es raro recibir críticas o correcciones constructivas y respetuosas. Pero a pesar de la agresividad del discurso social en línea, la crítica y la corrección pueden ser positivas. Pueden ayudarnos a identificar debilidades y brindarnos oportunidades para crecer. Sin embargo, la corrección también puede ser muy negativa, hundiéndonos y degradándonos para alimentar la arrogancia y la autoestima de otros.
La pregunta clave es: ¿qué hacemos cuando nos critican o nos corrigen, independientemente de cómo se comunique? Además, la Biblia dice que uno de sus propósitos es reprender y corregir (2 Timoteo 3:16). La forma en que recibimos las críticas, especialmente de la Palabra de Dios, pero también de otras personas, es un asunto de suma importancia.
Proverbios acerca de cómo aceptar la corrección y sus implicaciones
1. Proverbios 12:1: “El que ama la instrucción ama la sabiduría; mas el que aborrece la reprensión es ignorante”.
El propósito de los Proverbios es ayudarnos, por lo que a veces son directos. ¿Aceptamos esta corrección porque es cierta y lógica, o la rechazamos porque nos tacha de necios si la rechazamos? ¿Acaso preferiríamos que nos llamaran burlones (Proverbios 13:1) o insensatos (Proverbios 15:5)?
Sin importar la forma o la manera en que se exprese la crítica, siempre es más inteligente reflexionar acerca de ella.
Implicaciones: los Proverbios son muy claros: odiar e ignorar la corrección no es inteligente (para suavizar la franqueza). Sin importar la forma o la manera en que se exprese la crítica, siempre es más inteligente reflexionar acerca de ella, e incluso agradecer con alegría a la otra persona. No es fácil, pero es mejor que actuar con ignorancia.
2. Proverbios 20:30: “Los azotes que hieren son medicina para el malo, y el castigo purifica el corazón”.
A nadie nos gusta recibir críticas, porque todos queremos sentirnos bien con nosotros mismos. Sin embargo, sin críticas, nos estancamos en nuestras propias cámaras de eco de autoimportancia y racionalización. Necesitamos corrección para mantenernos en el camino correcto (Proverbios 10:17) y para asegurarnos de no causarnos sufrimiento innecesario (Proverbios 13:18).
Implicaciones: cuando llegan las críticas constructivas, ignorarlas puede ser perjudicial. A menudo recibimos comentarios hirientes, críticas y sugerencias de algún sabelotodo, pero también recibimos retroalimentación constructiva y respetuosa. Ambas pueden servir para identificar áreas de crecimiento y maneras de mejorar nuestra vida. Incluso si la corrección no se presenta de la forma o con la actitud ideal, podemos sacar provecho de la situación, identificando áreas en las que podemos mejorar.
3. Proverbios 25:12: “Como zarcillo de oro y joyel de oro fino es el que reprende al sabio que tiene oído dócil”.
Este proverbio ilustra la situación óptima para la corrección y la crítica: una persona sabia que corrige, pero al mismo tiempo recibe atención con receptividad. Cuando la corrección es sabia y se presenta con amor, la reflexión y el cambio deberían ser la respuesta natural. Aceptar la reprensión nos lleva a comprender (Proverbios 15:32), y evitar la terquedad, al recibir retroalimentación nos protege de la destrucción sin remedio (Proverbios 29:1).
Implicaciones: debemos abandonar las excusas para ignorar la corrección. Asimismo, debemos despojarnos del lenguaje moralista cuando reprendemos a los demás. Todos podemos ser más sabios al corregir y más receptivos al recibir corrección.
Hay muchos más ejemplos
Los numerosos proverbios que tratan específicamente acerca de dar y recibir corrección, presentan este tema básico: “Quienes son lo suficientemente sabios para aceptar la corrección, sea como sea, estarán mucho mejor que quienes la rechazan”.
Cuando nos sintamos tentados a ser ingenuos y sólo busquemos halagos, en lugar de una corrección firme (cuando sea necesaria), recordemos que hay un proverbio para eso.
Le invitamos a leer la siguiente entrada de esta serie: “¡No es justo!”.
Fecha de publicación: Febrero 10, 2025