Hay un proverbio para eso: ¡cierre la boca!
Cuando hablamos más de lo que escuchamos, podemos sufrir graves consecuencias. El libro de Proverbios ofrece muchos consejos acerca de cuándo callar.

De todos los temas que se encuentran en el libro de Proverbios, uno de los más importantes es la comunicación y la interacción con los demás. Al fin y al cabo, la literatura sapiencial que revela los misterios del universo puede parecer inútil si no aprendemos también a llevarnos bien con los demás. ¡Saber cuándo dejar de hablar es fundamental en este tema!
“¿De verdad acaba de decir eso?”
Uno de los temas recurrentes de la ciencia ficción es la idea de los viajes en el tiempo. Pero ¿alguna ha pensado usted que la fascinación humana por retroceder en el tiempo a menudo se basa en el deseo de corregir errores del pasado y evitar equivocaciones? A menudo, nuestros mayores errores tienen que ver con cosas absolutamente estúpidas, hirientes y dañinas que hemos dicho a los demás.
La clave está en controlar lo que decimos antes de pronunciar palabras de las que nos arrepentiremos.
Muchas de nuestras disculpas contienen las siguientes frases:
- “Siento lo que dije”.
- “No quise decir lo que dije”.
- “Dije muchas cosas injustas”.
- “No puedo creer que acabo de decir eso; lo siento”.
Desafortunadamente, aunque nos arrepintamos de lo que hemos dicho y pidamos disculpas, nuestras palabras no se pueden retractar. Por lo tanto, la clave está en controlar lo que decimos antes de pronunciar palabras de las que nos arrepentiremos. La afirmación de Jesucristo de que seremos justificados o condenados por nuestras palabras (Mateo 12:37) refuerza la importancia de saber cuándo callar.
Pero, afortunadamente, hay un proverbio para ello.
Proverbios e implicaciones
1. Proverbios 10:19: “En las muchas palabras no falta pecado; mas el que refrena sus labios es prudente”.
Lo breve y conciso es mejor que lo largo y aburrido. Este proverbio nos exhorta a elegir nuestras palabras con cuidado y a no hablar por hablar. Otros proverbios mencionan cómo la charla ociosa conduce a la pobreza (Proverbios 14:23), cómo el justo estudia cómo responder (Proverbios 15:28) y cómo los sabios no dicen todo lo que piensan (Proverbios 17:27).
Implicaciones: las palabras, elegidas con cuidado, sabiduría y conocimiento, no se pronuncian con ira ni a toda velocidad. En las conversaciones, esfuércese por callar y escuchar a los demás. Al publicar en Facebook u otras plataformas de expresión personal, quizás sea buena idea leer algunos de los proverbios mencionados, antes de hablar con ira o comentar en una conversación que seguramente no llevará a nada bueno. Pregúntese: “¿Alguna de estas palabras será realmente beneficiosa… para alguien?”.
2. Proverbios 13:3: “El que guarda su boca guarda su alma; mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad”.
Sí, las palabras pueden destruir. Pueden ser terriblemente negativas, arruinando amistades, matrimonios e incluso civilizaciones enteras. Debemos cuidar nuestras palabras como si fueran una fortaleza y tener control absoluto acerca de lo que decimos. Otros proverbios afirman cómo los sabios instruyen con sabiduría (Proverbios 16:23), mientras que los impíos caen en la trampa de sus labios (Proverbios 12:13). Sin duda, cuidar nuestra lengua nos evita problemas (Proverbios 21:23).
Implicaciones: seamos conscientes al hablar. A veces, es necesario hablar poco. Otras veces, no es necesario hablar en absoluto. Debemos controlar lo que sale de nuestra boca y asegurarnos de que pase por un filtro. Las leyes y principios de la Palabra de Dios deben ser ese filtro. Si algo se nos escapa sin control, debemos aclararlo, corregirlo, reformularlo o disculparnos de inmediato, en lugar de permitir que se prolongue y nos lastime a nosotros y a los demás.
3. Proverbios 17:28: “Aun el necio, cuando calla, es contado por sabio; el que cierra sus labios es entendido”.
Este proverbio promueve claramente esta práctica: a veces debemos obligarnos a callar. Decirles a los demás que se callen es de mala educación y no suele solucionar las cosas, pero recordarnos mentalmente que debemos callarnos es una sabiduría básica que no debemos ignorar.
Otros proverbios describen cómo, a veces, la mejor reacción ante un necio y su necedad es simplemente no hablar ni responder (Proverbios 26:4-5; 23:9). A veces, deberíamos centrarnos más en comprender (reflexionar profundamente acerca de lo que otros han dicho y cuál debería ser la respuesta adecuada) que en expresar nuestros propios sentimientos (Proverbios 18:2).
Implicaciones: cuando oímos o leemos algo que nos provoca una reacción apasionada e impulsiva, debemos esperar. Es sabio esperar de cinco a diez segundos en una conversación, y esperar una hora, o simplemente dejarlo reposar, al usar redes sociales y correos electrónicos. No hay nada peor que darse cuenta de lo mucho mejor que podríamos haber estado si simplemente hubiéramos guardado silencio.
Hay muchos más como estos
Esta publicación sólo destaca algunos de los más de 50 proverbios relacionados con la comunicación. Estos proverbios comparten un tema común: “Una comunicación breve y reflexiva es mejor para nosotros y para los demás que una comunicación descuidada e imprudente”. En otras palabras, a veces es mejor callar. Cuando veamos que estamos a punto de meter la pata, recordemos que hay un proverbio para eso.
Lee la siguiente entrada de esta serie: “Hay un proverbio para eso: los chismosos y sus chismes”.
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Fecha de publicación: Enero 30, 2025