Hay un proverbio para eso: “envejecer: mejor que la alternativa”
Envejecer suele verse como una parte negativa y frustrante de la vida. ¿Qué podemos aprender en la literatura antigua acerca del envejecimiento?

¿Parece que la sociedad está obsesionada con el envejecimiento? “¡Compra esta crema anti edad con tecnología anti envejecimiento y beba de la fuente de la juventud para que los 80 sean los nuevos 20!”
Hipérbole aparte, el envejecimiento parece estar en la mente de todos, ya sea que estemos pasando por una crisis existencial o simplemente nos demos cuenta de que ya no podemos hacer las cosas que hacíamos a los 20.
Entre los aspectos positivos del envejecimiento que más se mencionan están adquirir más sabiduría y disfrutar de los nietos. Los aspectos negativos tienden a ser más frecuentes: la disminución de la cognitiva mental y la agilidad física, los dolores repentinos sin causa aparente y la aparición de las canas (o el cabello cada vez más fino).
La Biblia afirma que los ancianos deben ser tratados con el respeto debido (1 Timoteo 5:1-2), pero también deben ser ejemplos de conducta reverente y honorable (Tito 2:2-3). ¿Cómo podemos asegurarnos de demostrar estas cualidades en nuestra vejez? Sí, hay un proverbio para ello.
Proverbios e implicaciones
1. Proverbios 20:29: “La gloria de los jóvenes es su fuerza, y la hermosura de los ancianos es su vejez”.
¿Acaso las canas son algo bueno? A medida que la vida se complica con la edad, debemos recordar que Dios nunca quiso que los seres humanos permanecieran jóvenes para siempre. Envejecer conlleva grandes bendiciones. Otros proverbios mencionan cómo los jóvenes necesitan aprender sabiduría y discreción (Proverbios 1:4), cualidades que generalmente se adquieren con la edad y la experiencia. Cuanto antes aprendamos estas cosas, más errores dolorosos podremos evitar.
Implicaciones: debemos recordar a diario que ser diferente no siempre significa ser peor. Que parezca que la hierba era más verde al otro lado de la cerca no significa que lo fuera. La fuerza y la energía de la juventud son maravillosas, pero también lo son la sabiduría y la experiencia de la madurez. Los entrenamientos de baloncesto y los cursos universitarios son divertidos, pero también lo es ver reír a los hijos, salir de deudas y evitar situaciones difíciles, gracias a la sabiduría que traen los años.
2. Proverbios 19:20: “Escucha el consejo, y recibe la corrección, para que seas sabio en tu vejez”.
Debemos recordar a diario que ser diferente no siempre significa ser peor.
La vida está llena de enseñanzas, desde tocar una estufa caliente de niño hasta confiar nuestras posesiones a una persona poco fiable en la edad adulta. La mayor tragedia de envejecer sería no aprender de nuestros errores. El rey Salomón, autor principal de Proverbios, menciona en Eclesiastés 4:13 que es mejor ser un joven pobre pero sabio que un rey anciano que no acepta la corrección.
Implicaciones: dejemos que la experiencia de la vida nos guíe e instruya. Parte de lo que aprendemos proviene del ensayo y error: aprender qué funciona y qué no. Dentro de los límites de las leyes justas y beneficiosas de Dios, debemos salir de nuestra zona de confort y probar cosas que tengan buenas probabilidades de dar buenos resultados, para luego observar qué funcionó y qué no, o qué debemos evitar y qué debemos mejorar. Esto debe continuar hasta la vejez, pues no queremos que nos describan como “viejos y obstinados”.
3. Proverbios 3:1-2: “Hijo mío, no te olvides de mi ley, tu corazón guarde mis mandamientos; porque largura de días y años de vida y paz te aumentarán”.
La sabiduría y las leyes de Dios deben ser una fuente constante de positivismo en cada etapa de nuestra vida. Incluso cuando las cosas no salen como queremos (como cuando enfrentamos una muerte prematura), esto sigue siendo cierto: todas las etapas de la vida son mejores cuando Dios está presente. Otro proverbio compara el mandamiento con una lámpara, la ley con una luz y las reprensiones de la instrucción con el camino de la vida (Proverbios 6:23).
Implicaciones: debemos integrar a Dios y su Palabra de forma constante en nuestras vidas, a medida que envejecemos. Todo lo demás puede cambiar, desde nuestra apariencia hasta nuestros intereses, pero recordar la voluntad y la sabiduría de Dios debe permanecer inalterable. Ya tengamos 20 u 80 años, no debemos olvidar la ley ni la paz que ella nos brinda.
Hay muchos más proverbios como estos
Muchos otros proverbios tratan indirectamente acerca de aspectos del envejecimiento, pero los mencionados anteriormente nos dan una idea general: “El proceso y los resultados del envejecimiento, que pueden ser muy positivos, están directamente relacionados con lo que aprendemos de nuestros errores y cómo aplicamos la ley de Dios en nuestras vidas”. La próxima vez que escuchemos a los Rolling Stones cantar “Qué fastidio es envejecer”, recordemos que hay un proverbio para eso.
Le invitamos a leer estos artículos de Vida, Esperanza y Verdad para comprender mejor el proceso de envejecimiento:
Le invitamos a leer la siguiente entrada de este blog: “Hay un proverbio para eso: ¡Cierre la boca!”
Fecha de publicación: Enero 27, 2025