Hay un proverbio para eso: integridad

El libro de los Proverbios revela muchas verdades acerca de la humanidad y el mundo que nos rodea, pero también es una guía para ayudarnos a aplicar esas verdades en nuestra vida. Uno de los temas principales del libro, expresado de diversas maneras, es la integridad.

¡Mentirosos, tramposos y ladrones!

¿Con qué frecuencia participamos, o vemos a otros participar, en lo siguiente?

• ¿Aprovecharse de los demás para su propio beneficio?
• ¿Mentir acerca de las comisiones de ventas, las declaraciones de impuestos o acerca de los propios talentos y habilidades?
• ¿Comportarse de una manera con algunas personas y de una manera completamente diferente con otras?

La respuesta, por cierto, es: “con demasiada frecuencia”. La integridad suele verse como un obstáculo para los negocios, una molestia para el individuo y una cualidad anticuada de una supuesta “era dorada” que nunca existió. Pero ¿qué es realmente la integridad y por qué tantos carecen de ella hoy en día?

Aquí está una definición sencilla: “la integridad es hacer siempre lo correcto, en el momento adecuado y por la razón correcta”. Cuando muchas personas no siguen este principio, las consecuencias son de todo tipo, desde estafadores que defraudan a personas mayores hasta estrellas del porno que arruinan la vida de los demás.

La Biblia ensalza la integridad. Es una cualidad que puede preservarnos (Salmos 25:21) y por la que Dios nos juzgará (Salmos 7:8). El libro de Proverbios tiene mucho que decir al respecto. Así que, sí, hay un proverbio para esto.

Proverbios e implicaciones

1. Proverbios 10:9: “El que camina en integridad anda confiado; mas el que pervierte sus caminos será quebrantado”.

La integridad es hacer siempre lo correcto, en el momento adecuado y por la razón correcta.

Como dice el refrán: “¡a veces podemos salirnos con la nuestra, pero no siempre!”. Basta con preguntar a los empleados de Wells Fargo que fueron sorprendidos creando cuentas bancarias falsas, a las organizaciones benéficas que cierran cada año por malversación de fondos, o a los políticos que prometen cosas para ser elegidos y luego, convenientemente, las olvidan tras ganar.

Otro proverbio menciona cómo la integridad guía, pero la perversidad destruye (Proverbios 11:3). La vida siempre presenta desafíos, de una forma u otra, y es prudente estar del lado de la integridad cuando esto sucede.

Implicaciones: en toda situación, priorice la integridad. A menudo nos enfrentaremos a situaciones difíciles y dilemas éticos y morales, y los cristianos deben afrontar esos momentos tratando de ver la situación desde la perspectiva de Dios. Entonces, nos preguntamos: “¿Qué querría Dios que hiciera yo aquí?”. También podemos aplicar esta reflexión a nivel humano: “¿Qué pensaría mi madre si me viera haciendo esto? ¿Qué pensarían las personas en la Iglesia y del trabajo si supieran que esto es lo que hago en mi tiempo libre?”.

2. Proverbios 27:19: “Como en el agua el rostro corresponde al rostro, así el corazón del hombre al del hombre”.

Dentro del concepto de integridad está la cuestión de la autenticidad: ¿somos quienes decimos ser? Todos tenemos debilidades y áreas qué mejorar en nuestras vidas, pero ¿pueden los demás discernir cómo es nuestro corazón a través de nuestras palabras y acciones? ¿Comprometeríamos nuestra integridad por algo tan insignificante como un pedazo de pan (Proverbios 28:21)? ¿Engañamos o practicamos la justicia con constancia (Proverbios 11:18)? ¿Acechamos a otros en secreto para atacar y sacar ventaja de los demás (Proverbios 1:11, 18)? Y lo más importante, ¿evitamos todo esto siempre o sólo a veces?

Implicaciones: sea usted mismo. Esto no significa divulgar todas sus debilidades ni decir lo primero que se le ocurra sin tacto ni delicadeza. Significa esforzarnos por tener un corazón íntegro y demostrarlo a los demás. Debemos hacer lo que decimos, de manera consistente con lo que hacemos y quiénes somos. Dios mira el corazón, no sólo la boca.

3. Proverbios 20:7: “Camina en su integridad el justo; sus hijos son dichosos después de él”.

Quizás no siempre lo pensemos, pero la integridad puede tener un impacto generacional. Cuando alguien es íntegro, la familia es bendecida, lo que a su vez bendice a la comunidad, a la ciudad, y así sucesivamente. Donar dinero o brindar servicios a los demás son ejemplos claros. Sin embargo, otros Proverbios muestran que la riqueza no es una prueba de integridad, ya que es mejor ser pobre y vivir con integridad (Proverbios 19:1) que ser rico y perverso en sus caminos (Proverbios 28:6).

Implicaciones: debemos esforzarnos por ser un ejemplo de integridad para quienes nos rodean, comenzando por nuestra familia. Seamos personas que eviten los chismes, las bromas obscenas, el lenguaje soez, la falsificación de hojas de asistencia y cualquier otra cosa que comprometa la integridad. Si bien cometeremos errores, podemos demostrar integridad en cómo respondemos ante dichos errores, nos disculpamos y aprendemos la lección.

Hay mucho más de donde vinieron estos

Podríamos escribir un sinfín de entradas de blog acerca de este tema, ya que la integridad (en sus múltiples formas) es uno de los temas centrales de la Biblia. Muchas otras perlas de sabiduría de este libro refuerzan el tema que ya hemos visto: “La integridad es lo que nos impide ser falsos, y la seguridad y la guía que nos brinda pueden transmitirse a las futuras generaciones y a la sociedad en su conjunto”. Cuando el ambiente que nos rodea entra en conflicto con la definición de integridad desde el punto de vista de Dios, recordemos que hay un proverbio para ello.

Cultivar la integridad se trata de tomar decisiones correctas de manera constante. Para obtener más información acerca de cómo tomar decisiones correctas, le invitamos a leer “Decisiones: siete pasos para tomar decisiones exitosas y que le agraden a Dios”.

Le invitamos a leer la siguiente entrada de blog de esta serie: “Hay un proverbio para eso: envejecer: mejor que la alternativa”.

Fecha de publicación: Enero 27, 2025