Hay un proverbio para eso: los chismosos y sus chismes
Los chismes pueden parecer inofensivos, pero en realidad son algo que la Biblia condena severamente. ¿Podemos vencer los chismes? Sí, y hay un proverbio para ello.

Para lidiar con un problema tan antiguo como los chismes, necesitamos escritos que han existido casi desde que aquellos surgieron. Éste es sólo otro ejemplo de cómo el libro de Proverbios nos ofrece valiosas reflexiones para identificar una debilidad humana común y nos ayuda a mejorar nuestra comunicación e interacciones sociales.
“Tengo un secreto que no voy a contar… bueno… está bien… ¿te enteraste de…?”.
¿Alguna vez usted le ha dicho algo a otra persona acerca de alguien que jamás le diría a la cara?
Claro que sí, yo también lo he hecho. A veces nos sentimos culpables de inmediato, sabiendo que en realidad deberíamos hablar con la persona y resolver el problema o simplemente no mencionarlo. Pero si tenemos la costumbre de hablar mal de los demás a sus espaldas, sin sentir la menor culpa, entonces podríamos ser chismosos.
La Biblia establece el estándar más alto para los cristianos: no debemos hablar mal de los demás (Tito 3:2; Santiago 4:11). El chisme no suele ser una conversación acerca de acciones positivas ni cualidades de carácter. Generalmente implica decir cosas que no debemos decir (1 Timoteo 5:13). El chisme es un problema humano universal. Afortunadamente, hay un proverbio para ello.
Proverbios e implicaciones
1. Proverbios 17:9: “El que cubre la falta busca amistad; mas el que la divulga, aparta al amigo”.
Sin duda, algunos problemas deben abordarse. Pero en estas situaciones, debemos hablar de ellos con la persona afectada, o con alguien que realmente pueda ayudar, no con todos. La triste realidad es que a veces repetimos cosas malas de los demás para sentirnos mejor con nosotros mismos.
¿Acaso el chisme a las espaldas del otro une a las personas? La realidad es que siempre las separa, generando dudas y negativismo (Proverbios 16:28). Las amistades se dañan, no se fortalecen, al hablar mal de alguien a sus espaldas, revelar información vergonzosa o burlarse de alguna debilidad o error.
Implicaciones: cuando sintamos la tentación de hablar mal de alguien, sería bueno imaginar que está a nuestro lado, escuchando atentamente lo que decimos. Debemos asumir siempre que lo que digamos llegará a oídos de la persona de la que hablamos, ya sea por un “pajarito” (Eclesiastés 10:20) o a través de las personas con quienes chismeamos, quienes probablemente también chismean.
2. Proverbios 18:8: “Las palabras del chismoso son como bocados suaves, y penetran hasta las entrañas”.
Los humanos solemos disfrutar escuchando y hablando de los problemas ajenos, a menudo porque nos hace sentir mejor con nosotros mismos
Los humanos solemos disfrutar escuchando y hablando de los problemas ajenos, a menudo porque nos hace sentir mejor con nosotros mismos. Por eso el chisme es tan atractivo y por eso debemos luchar contra nuestra propia tendencia a él. Estas “pequeñas frivolidades” sólo cesan cuando se le pone fin al chisme y cuando se apaga la llama del rumor por falta de leña (Proverbios 26:20).
Implicaciones: deberíamos cambiar de tema o abandonar la conversación por completo, sin decir nada o explicando directamente que no nos gusta hablar mal de la gente a sus espaldas. Deberíamos hacer todo lo posible, excepto taparle la boca al chismoso (a menos que seamos nosotros quienes chismeamos, en cuyo caso ¡se recomienda encarecidamente cerrar la boca!). Si el chisme se alimenta del interés y la conformidad, se propaga como la pólvora. Si se le desalienta y se le pone fin, al menos por ese momento, no va más allá y se calma.
3. Proverbios 20:19: “El que anda en chismes descubre el secreto; no te entremetas, pues, con el suelto de lengua”.
Cuando caemos en la trampa del chisme y nos juntamos con quienes lo disfrutan, usamos nuestra boca para dañar a otros. Otro proverbio relaciona esto con la hipocresía (Proverbios 11:9). Por lo tanto, debemos cuidarnos de quienes disfrazan engañosamente el odio con sus labios, incluso cuando hablan con amabilidad (Proverbios 26:24-26). Debería inquietarnos el hecho de atacar a personas que no están presentes para defenderse.
Implicaciones: contienda. Hipocresía. Odio. Engaño. Adulación. Bienvenidos al mundo del chisme.
¡Aléjese de ese mundo! Piense en cómo se sentiría si sus pecados más vergonzosos, sus mayores inseguridades o incluso sus atributos físicos fueran objeto de burla o críticas en privado por parte de personas a las que considera amigas o al menos conocidas. Tenga esto presente cuando surja la oportunidad de chismear acerca de alguien.
Hay mucho más de donde vino esto
Como se mencionó en otros artículos de esta serie, el libro de Proverbios tiene mucho que decir acerca de la comunicación y la interacción social. El libro presenta un tema común acerca de estos asuntos: las relaciones interpersonales sanas se basan en la confianza, la compasión y el respeto; virtudes que son lo opuesto al chisme. Cuando alguien nos cuenta con regocijo información personal vergonzosa acerca de otra persona, o cuando no podemos evitar hablar mal de ese compañero de trabajo, recordemos que hay un proverbio para eso.
Le invitamos a leer la siguiente entrada de este blog: “El pecado, o cómo nos hacemos miserables”.
Fecha de publicación: Febrero 3, 2025