¿Llegó la paz? Cumbre en Singapur
Para muchos, la cumbre estaba destinada al fracaso. Para otros, esta reunión era simplemente un “cara a cara” entre los líderes de Estados Unidos y de Corea del Norte, que nada cambiaría.
No obstante, el resultado final de la histórica cumbre entre el presidente estadounidense y el líder norcoreano, llevada a cabo en Singapur este martes 12 de junio, dejó un positivo balance aparente para el mundo.
"Sólo los valientes consiguen la paz", dijo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, este martes en una rueda de prensa en Singapur, tras su histórica cumbre con el líder norcoreano, Kim Jong-un.
Ambos presidentes acordaron la desnuclearización de Corea del Norte y la suspensión de las maniobras militares de Estados Unidos en la zona, como garantía de seguridad.
El presidente Trump se mostró satisfecho con el resultado del encuentro, aunque subrayó que las sanciones contra el país comunista no se levantarán hasta que el régimen se deshaga de su arsenal nuclear de manera efectiva.
Cumplir con el acuerdo tomará tiempo
El acuerdo alcanzado este último martes entre Washington y Pyongyang no establece ningún plazo para la desnuclearización de la península coreana, ni menciona que tenga que ser "completa, verificable e irreversible", como había defendido la Casa Blanca antes del encuentro.
No obstante, y dado que el término “desnuclearización” no significa lo mismo para ambas partes, esto implica que el resultado final puede diferir en 180 grados, ya que la “desnuclearización” aludida por el líder norcoreano, puede celebrarse sólo si ésta es entendida en Pyongyang como “el desmantelamiento completo, verificable e irreversible de todas las armas y programas nucleares norcoreanos”, lo cual comprende una tarea que puede llevar mucho tiempo, o inclusive, nunca concretarse.
Esto último será muy difícil de realizar, debido a que el desarrollo atómico alcanzado por Corea del Norte tiene un valor demasiado alto en el liderazgo del gobierno de Kim Jong-un.
Tareas en la agenda común
Respecto de la paz verdadera con la hermana Corea del Sur, cuyo conflicto terminó, supuestamente, en 1953 sólo con un armisticio, el presidente Trump se mostró confiado en que pueda firmarse pronto. "El pasado no debe definir el futuro", dijo Trump, quien agregó: "Como demuestra la historia, los adversarios pueden convertirse en amigos."
En la declaración firmada por Kim y Trump en Singapur, ambos líderes se comprometen a trabajar por una paz "duradera y estable" en la península coreana. El tema de los derechos humanos también se abordó durante la charla, a lo cual Trump señaló, "se habló de ello y se seguirá hablando en el futuro".
Según el presidente de Estados Unidos, Corea del Norte ya comenzó a desmantelar una importante base de pruebas de misiles apenas después de su encuentro con Kim, lo cual constituye una positiva señal de buena voluntad tras la reciente cumbre.
¿Un mensaje de esperanza y una visión de paz para el mundo?
El presidente Trump subrayó que de la cumbre en Singapur emana "un mensaje de esperanza" y una "visión de paz" para el mundo, ya que el encuentro con el líder norcoreano fue muy "sincero, directo y productivo".
El encuentro entre los dos líderes fue catalogado como “todo un éxito”, seguido de un apretón de manos histórico y un ambiente casi amistoso.
Ambos líderes acordaron mirar hacia adelante y refundar sus relaciones. Esto parece prometedor y causa un alivio general en el mundo; más aún si consideramos que sólo hace pocos meses ambos líderes se realizaban mutuos insultos y provocaciones hasta por redes sociales.
¿Quién gana más con esta cumbre?
En las semanas anteriores, el presidente estadounidense había generado un notable deterioro en la diplomacia a nivel internacional. Por lo tanto, surgía la importante necesidad de presentar “logros” en materia de política exterior ante los Estados Unidos.
Gracias a la cumbre, y por insólito que se vea, ahora el señor Trump se presenta como un gran político en el escenario internacional, quien finalmente puede traer la paz a un conflicto de décadas que parecía imposible de solucionar sin llegar a la guerra.
Por su parte, Kim Jong-un también salió ganando con esta cumbre. Para el descendiente de la dinastía norcoreana, el acuerdo logrado con Washington fue un enorme éxito. Logró por una parte ser reconocido como un importante líder internacional, capaz de mover e incomodar a la mayor potencia del mundo. También logró sostener conversaciones al mismo nivel con el presidente estadounidense y definitivamente logró un importante paso de disuasión para que su régimen no termine como el de Sadam Hussein o Gadafi.
Al mismo tiempo, Kim logró que China y Rusia le cubrieran las espaldas. Ambas potencias protectoras estuvieron indirectamente sentadas en la mesa de negociaciones en Singapur; al igual que Japón, que, a través de Estados Unidos, no quiere perder su influencia en la región.
¿El comienzo de la despedida de una superpotencia?
Si a mediano plazo se lograra establecer la paz en la península coreana, entonces surge la siguiente pregunta: ¿cómo piensa Estados Unidos mantener su presencia a futuro en Asia?
A nivel económico, Estados Unidos ya no podrá hacerle frente a la superpotencia china. Sin embargo, a nivel de política de defensa, Estados Unidos se sigue viendo como una potencia mundial que desea ponerle límites a una China cada vez más segura de sí misma.
En la cumbre de Singapur, el presidente Trump puso de relieve una vez más el rol central de la potencia norteamericana a través de los buques de guerra que patrullan los mares y visitan puertos de países aliados, cuyo mensaje para el vecindario es siempre el mismo: “Estados Unidos apoya a sus aliados y se enfrenta a sus rivales”.
Sin embargo, aumentan las dudas sobre si Estados Unidos todavía enviaría a soldados jóvenes a luchar, e incluso a morir, en otras partes del mundo en nombre de la democracia y la libertad.
Con su premisa de "América primero", los aranceles punitivos y la suspensión de varios acuerdos internacionales, Donald Trump ha generado un clima de mucha desconfianza en Asia. De ahí que la cumbre realizada en Singapur, más allá de todo su simbolismo, marque el principio del fin para Estados Unidos como policía del mundo.
Tiempo de preparase
En 1 Tesalonicenses 5:2-3, el apóstol Pablo, inspirado por Dios, nos alerta: “Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá, así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores de la mujer encinta, y no escaparán”.
Estamos viviendo tiempos en donde la economía, la sociedad y la política internacional están sustentadas sobre bases muy frágiles, corruptas y carentes de respeto por los más débiles.
En los versículos del 4 al 9, el apóstol nos exhorta de la siguiente manera: “Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios. Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan. Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo. Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo”.
La paz duradera nunca llegará al mundo a través de gobiernos humanos. Sólo el Rey de Reyes y Señor de Señores (Jesucristo), tiene el poder y la facultad para instaurar un nuevo orden mundial que no tendrá fin, y que no requerirá de negociaciones internacionales de paz.
Si desea conocer cómo será instaurada la paz verdadera en el mundo, no deje de leer nuestro artículo de Vida, Esperanza y Verdad titulado “La paz mundial: como vendrá”.
Fecha de publicación: Junio 14, 2018