¿“Make America great again”?
“Parece que Trump no gusta a nadie… excepto a millones de votantes americanos”, así lo declaró un votante norteamericano tras emitir su voto durante la jornada electoral de los Estados Unidos donde el republicano Donald Trump fue elegido presidente, cargo que asumirá el próximo mes de enero.
El hecho central de esta elección de 2016 no es que un magnate inmobiliario y estrella de los reality shows, que nunca fue elegido para cargo público alguno, sea el próximo inquilino de la Casa Blanca, sino la enorme diferencia que mostraron durante sus discursos ambos candidatos: la demócrata Hillary Clinton y Donald Trump.
Con el lema “¡Make America great again!”, algo así como “Hacer a América grande de nuevo”, Trump está decidido a rechazar acuerdos de comercio e instituciones multilaterales, adoptando una línea mucho más dura respecto de la migración ilegal, y a modificar el esquema de alianzas de seguridad y defensa de su país, ese fue su discurso durante año y medio, mismo que lo ha llevado a ser el presidente número 45 de los Estados Unidos, un discurso que busca devolver el orgullo nacional estadounidense y con el que mostró una excesiva soberbia en sus mítines.
El riesgo de tener a un presidente Trump es precisamente esa soberbia y ese orgullo que busca devolverle a su nación, y que sus seguidores aprueban. Dios nos dice que su pueblo sería “orgulloso” y “soberbio” justo después de una decadencia de amor por las leyes de Dios ―y los últimos ocho años de gobierno en la Unión Americana se han caracterizado por aprobar leyes que van en contra de las Leyes de Dios― y antes de castigar severamente a los pueblos de Efraín y Manasés por alejarse de manera frenética de su Creador, El Eterno les advierte en Levítico 26:19: “Y quebrantaré la soberbia de vuestro orgullo, y haré vuestro cielo como hierro, y vuestra tierra como bronce”.
Recordemos, el magnate Donald Trump declaró el 27 de abril de este año durante un evento de campaña que quiere que Estados Unidos sea “predeciblemente impredecible”, pero también aclaró que no abandonará su posición básica, la cual permeará su gobierno: “Estados Unidos primero”.
Otro punto relevante que encontramos en las Escrituras, y por lo que algunos suponían una victoria de Hillary Clinton, está en el libro de Isaías 3:12, donde se menciona un tiempo cuando las mujeres podrían estar ocupando puestos de poder en el ámbito internacional: “Los opresores de mi pueblo son muchachos, y mujeres se enseñorearon de él. Pueblo mío, los que te guían te engañan, y tuercen el curso de tus caminos.”
Cada día son más las mujeres que ocupan puestos de relevancia en todos los ámbitos, y en el plano político tenemos a Angela Merkel al frente de Alemania y, claro está, de Europa también; Theresa May, Primer Ministro de Gran Bretaña (Efraín); o Christine Lagarde, Directora General del Fondo Monetario Internacional (FMI), por mencionar las más relevantes.
Los cristianos convertidos debemos estar orando sin cesar, atentos a los acontecimientos mundiales, pero sobre todo fieles a las leyes de Dios muy por encima de cualquier acontecimiento en la política internacional, estando confiados en la protección y misericordia de Dios que Él nos asegura recibirá su Iglesia verdadera en el tiempo del fin.
“Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis” (Mateo 24:44), y reitera versículos más adelante: “Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir” (Mateo 25:13).
Roguemos porque venga pronto el Reino de Dios, la única y verdadera solución a todos los problemas de la humanidad.
Fecha de publicación: Noviembre 25, 2016