Nacidos fuera del matrimonio
Francia es el país de la Unión Europea con el mayor porcentaje de nacimientos extramatrimoniales.
Cada vez más francesas tienen hijos sin casarse previamente por la iglesia o por lo civil. En ese país, seis de cada diez niños nacen fuera del matrimonio, según un estudio publicado esta semana por el Instituto Nacional de Estadística y de Estudios Económicos (INSEE, por sus siglas en francés).
Las cifras muestran que el esquema tradicional de casarse primero y tener hijos después, es ahora ampliamente minoritario en Francia y en muchos otros países.
De 1901 a 1978, menos del 10 por ciento de los nacimientos tenían lugar fuera del matrimonio en Francia, con la excepción de algunos años durante las dos guerras mundiales. Desde 1979, el porcentaje de nacimientos extramatrimoniales no ha dejado de aumentar, llegando a ser del 20 por ciento en 1986, el 40 por ciento en 1997 y el 60 por ciento en 2017.
En España el 45,9 por ciento de los nacimientos que se produjeron en el 2016 tuvieron lugar fuera del matrimonio, una tendencia cada vez mayor y que se está dando en toda la Unión Europea. En la región, la tasa de mujeres que conciben sin estar casadas con su pareja llega ya al 43 por ciento, según los datos publicados por la oficina de estadística europea.
Un nuevo modelo de familia
La proporción de estos nacimientos ha aumentado alrededor de 15 puntos desde el año 2000, por lo que la oficina de estadística europea habla claramente de un “cambio de patrón” en el modelo de familia europeo, ya que los números apuntan a que, en unos años, más de la mitad de los recién nacidos tendrán padres y madres no casados.
¿Qué está sucediendo con el matrimonio? ¿Por qué los jóvenes están decidiendo convivir y no casarse? ¿Cuán grave es el problema?
A continuación, se presentan algunas apreciaciones objetivas del destino que está tomando el matrimonio en estos tiempos.
En los Países Bajos: “El Matrimonio está amenazado por una tendencia de alcance mundial”—editores del libro The End of Monogamous Marriage?
En América Latina el sicólogo Fabio Lacolla expresó lo siguiente: "La monogamia está siendo abatida por el espíritu de la época. Los corazones de los jóvenes son como piedras que se usan para cruzar el río de la individualidad. La fidelidad es sólo con uno mismo y la lealtad va dejando de pertenecerle al otro para volverse propiedad privada. El amor es un utilitario de la modernidad y, como tal, dura hasta que deja de ser útil”.
Inglaterra: “Algunos ven el cambio, en los conceptos de matrimonio, como el mayor trastorno social de este siglo”—Sunday Telegraph de Londres.
Según muchas personas, el matrimonio ya no tiene que ser un ritual religioso. Para muchos jóvenes que desean convivir primero, su concepto es que el matrimonio es anticuado y no permite ganar experiencia. Ellos piensan que “para estar seguros de que la persona que escogieron es la apropiada, hay que convivir primero con ella”.
Hoy existen contratos de hecho, es decir, acuerdos verbales entre jóvenes para ver si la relación funciona. “Si en dos años funciona, seguimos. Y si no funciona, terminamos”. Si quieren seguir juntos, extienden el “contrato” a cinco años… y así sucesivamente. Se llaman matrimonios Beta. Estos son contratos de intentos, pruebas y ejercicios de convivencia.
En un artículo acerca de la historia del matrimonio del autor Héctor Barnes expone lo siguiente: “Efectivamente, el matrimonio no es lo que era antes”.
¿Qué dice nuestro Creador?
La respuesta que viene de la Palabra de Dios es clara. Fue Él quien creó el matrimonio y la familia —es nuestro Creador quien dictó las normas acerca de esta institución sagrada. Por lo tanto, deberíamos tener en cuenta sus instrucciones. Simplemente hablando, sus mandamientos prohíben las relaciones sexuales fuera del matrimonio. En la Biblia se menciona en numerosas partes está prohibición. Éxodo 20:14 dice: “No cometerás adulterio”. En Gálatas 5:19 dice: “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia”. En 1 Corintios 6:18 menciona: “Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca”.
El matrimonio es un regalo de Dios y Él lo creó para que los esposos conciban hijos y desarrollen el concepto de familia. Dios es familia.
Existen muchas consecuencias emocionales en una relación de simple convivencia. Los hijos son los que más sufren. Dios desea el compromiso —en realidad es un pacto—, en el que un hombre y una mujer que se aman se comprometen seriamente el uno con el otro y con Dios. El Creador desea que las probabilidades de éxito de un matrimonio ayuden a construir una familia feliz.
Muchos de los que leen las estadísticas acerca del aumento de los divorcios y de cómo crecen las tasas de los hijos nacidos fuera del matrimonio, no están interesados en prestar atención a estas advertencias. Todas estas parejas están solamente interesadas en “su propia vida” y en que nadie (incluyendo a Dios) se meta en sus decisiones.
Ojalá entendiéramos que Dios quiere salvarnos de las penosas consecuencias que sobre el mundo están generando estos nuevos modelos de convivencia.
De seguro usted querrá éxito en su relación de matrimonio y de familia. Lo entendamos o no, para obtener la bendición de parte de Dios, hay que elegir casarse, entregarse el uno al otro en matrimonio en un compromiso serio y de largo plazo. Los resultados muestran que ésta es la única solución para tener familias estables y contentas. Por supuesto que estos matrimonios también tienen problemas, pero los solucionan juntos, porque ambos tienen la conciencia de trabajar en ello con seriedad.
En Vida, Esperanza y Verdad queremos que usted siga aprendiendo acerca de las bendiciones del matrimonio de un hombre y una mujer. Le recomendamos seguir instruyéndose en este tema, con los artículos “Viviendo juntos antes del matrimonio” y “¿Qué es el matrimonio?”.
Fecha de publicación: Septiembre 14, 2018