Sentirse pleno ayudando a otros
La ansiedad y la inseguridad de lo que pueda suceder en el futuro son factores que nos quitan la paz mental, pero Dios nos ofrece de su poder para ayudar a sentirnos plenos cuando pasamos por estas emociones.
Dentro de nuestros corazones siempre podremos encontrar una hermosa semilla que Dios ha puesto como un don para compartirlo, para animar e inspirar a otros.
¿Se ha detenido usted a buscar dentro de sí mismo cuál podría ser el don que Dios ha puesto en usted para compartirlo?
Recientemente tuve la oportunidad de escuchar unas palabras muy inspiradoras de parte de un hermano relativamente nuevo en la Iglesia. Dijo: “Me siento muy pleno, contento y tranquilo viendo a mi familia disfrutar de su estancia dentro de la Iglesia de Dios. Dios está realizando una hermosa obra de transformación en las vidas de mis hijos y eso me tiene muy contento y agradecido al ver el impacto que los hermanos de la Iglesia tienen al animar, ayudar y servir a otros”.
Me encantó escuchar a alguien decir “me siento muy pleno”. Fue ésta la expresión que me llevó a reflexionar acerca de qué es lo que nos puede hacer sentir plenos en esta vida.
Sentirse pleno
Según la RAE, Pleno, del latín “plenus”, es un adjetivo que significa “completo”, “lleno”. Esta definición nos invita a sumergirnos en uno de los aspectos más profundos y relevantes de nuestra presente existencia. ¿Qué me hace sentir pleno? ¿Existe algo que me motiva y me llena de alegría para seguir viviendo?
Conozco a gente que, aunque le sucedan cosas duras en su vida, transforman las vivencias difíciles en oportunidades para crecer y prepararse para servir mejor y ayudar en inspirar a otros que están pasando por momentos difíciles.
En las redes sociales existe una fuente inagotable de mensajes “motivadores”, pero que centran su consejería en evadir a las personas con problemas, evitar los problemas en sí o rodearse solamente con personas alegres. En otras palabras, dirigen la atención y la solución a evitar la realidad de los problemas y crear una “burbuja emocional” muy frágil.
Colapsado emocionalmente
Poner en perspectiva el hecho de que cada cosa que nos suceda formará parte de un proceso de crecimiento para ayudarnos a ser mejores es una muy excelente herramienta para salir adelante con nuevas lecciones aprendidas.
La ansiedad y la inseguridad de lo que va a suceder en el futuro son algunos de los grandes factores que nos quitan la paz mental.
Verse tratado injustamente es otro de los aspectos que muy rápidamente nos lleva a un estado de desánimo, así como también verse en un estado de frialdad y aislamiento espiritual y/o emocional, pero sin apoyo cercano.
Es aquí donde el mundo trata de buscar fórmulas para compensar los vacíos emocionales apoyados en la autocompasión o desviando la mirada sin sacar lecciones de los tiempos difíciles.
Hoy vivimos en tiempos donde el colapso emocional es muy fácil de alcanzar y muy difícil de salir, debido a que hemos ido perdiendo la capacidad de generar herramientas que nos ayuden a ver el vaso medio lleno y no el vaso medio vacío.
Fortalecerse en los momentos difíciles
Poner en perspectiva el hecho de que cada cosa que nos suceda formará parte de un proceso de crecimiento para ayudarnos a ser mejores es una muy excelente herramienta para salir adelante con nuevas lecciones aprendidas.
Sucesos malos o adversos siempre podrán pasarnos, pero en nosotros está la decisión de si queremos lamentarnos y auto compadecernos o sacar partido de la oportunidad para crecer y fortalecernos.
Tengamos presente lo siguiente: si nuestro corazón se llena de plenitud cada vez que podemos ayudar a alguien en sus momentos difíciles, entonces cada vez que nos suceda algo extraño, triste, lamentable, decepcionante o definitivamente malo, se convertirá en una bella oportunidad para aprender a crecer y llenar el corazón de bondad, de amor, de misericordia y de empatía por otros. Uno nunca sabe cómo Dios nos puede estar usando como instrumentos en sus manos para llevar la ayuda emocional o espiritual a una familia, amigo o hermano de la Iglesia. ¿Ha usted tenido alguna vez la bendición de haberse visto como instrumento en las manos de Dios para ayudar a alguien más? ¡Qué sensación más llena de plenitud cuando esto pasa!
Bondad y agradecimiento
Hoy en día es cada vez más difícil encontrar noticias que nos alienten. La sensación de agobio cada día crece más.
Por otra parte, el egoísmo, las malas intenciones y la falta de empatía, ahogan más y más las ganas de tener buenas acciones. ¿Qué hacer ante este escenario? ¿Hemos sido llamados como cristianos a vivir una vida llena de sufrimientos sólo porque así tiene que ser la vida en Cristo? ¿Cómo salir adelante en medio de cosas negativas que a veces nos suceden?
El poder de la oración se hace muy fuerte y patente en situaciones de tristeza y dolor. Dios no es ajeno a nuestras penas o sensaciones de injusticia.
El poder de la oración se hace muy fuerte y patente en situaciones de tristeza y dolor. Dios no es ajeno a nuestras penas o sensaciones de injusticia.
Nuestro Creador muchas veces y de muchas maneras nos enseña a ser bondadosos con situaciones o personas. Él nos ayuda a subir un peldaño más en bondad y agradecimiento y nos guía al entendimiento de los padecimientos que Él mismo recibió cuando estuvo en la Tierra la primera vez y de manera diaria todavía recibe a través de nuestras malas conductas y desobediencias a su ley.
Dios mismo es quien nos regala de su poder para ayudar a sentirnos plenos cuando pasamos por sufrimiento. Sólo con el poder de Dios podemos poner la bondad y el agradecimiento por encima del sufrimiento. Esto va más allá de nuestra propia visión física.
Gozaos en las pruebas
Santiago 1:2 nos da una perspectiva muy profunda para ayudarnos a crecer en medio de las pruebas: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas”. ¡Qué palabras más profundas y al mismo tiempo qué palabras tan desafiantes para nosotros! Sin embargo, con oración y meditación llegaremos al entendimiento de estos sabios consejos que Dios inspiró a través del Apóstol. Gozarse en las pruebas es una característica de Dios que Él puede poner en nosotros por medio de su Espíritu.
La humanidad entera pronto tendrá la oportunidad de vivir bajo el gobierno de Dios en el Milenio y todos van a necesitar de mucha contención emocional y empatía espiritual porque entrarán al Milenio dañados, con muchas preocupaciones y traumas que llevarán con ellos de este presente mundo malo. ¿Le gustaría a usted ser llamado o reconocido como un “Hijo de Consolación” (Hechos 4:36)? ¡Que gran honor si ahora estamos siendo preparados para ello a través de nuestro propio sufrimiento! ¡Gracias a Dios si estamos siendo preparados para una vida de plenitud para servir, alentar y animar a muchos, tanto en el tiempo presente como en la pronta venida de Cristo aquí a la Tierra!
Fecha de publicación: Mayo 13, 2022