Un nuevo estilo de guerras
Desde que asumiera la presidencia el señor Donald Trump ha impuesto un sistema de proteccionismo a favor de Estados Unidos. No sabemos los detalles del por qué el señor Trump tomó esta decisión, ni estamos emitiendo juicios, sólo tratamos de analizar los resultados de este nuevo estilo de guerra que se ha generado.
La guerra comercial
Este estilo de guerra es un posible resultado del proteccionismo que ejerce un país en su favor. Describe la situación en la que los países toman represalias contra otro país, imponiendo barreras como aranceles y cuotas de importación. Esto genera una cadena de respuestas de “ojo por ojo, diente por diente” que aumenta las tensiones globales.
A principios del año 2018, en un tuit, el señor Donald Trump mencionó que: “cuando un país (Estados Unidos) está perdiendo muchos miles de millones de dólares en comercio con prácticamente todos los países con los que tiene negocios, las guerras comerciales son buenas”.
Ha sido tal el impacto mundial que ha generado en el último año esta guerra comercial, especialmente con China, que ha afectado a la economía global al punto de que, a principios del mes de junio, la directora-gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, envió una alerta a las principales economías del mundo mediante un discurso que se publicó en la página web del organismo. Ella dijo:
"Hay una creciente preocupación por el impacto de las tensiones comerciales actuales. El riesgo es que las tarifas más recientes entre Estados Unidos y China podrían reducir aún más la inversión, la productividad y el crecimiento. Los aranceles estadounidenses propuestos a México también son preocupantes. De hecho, hay pruebas sólidas de que Estados Unidos, China y la economía mundial son los perdedores de las tensiones comerciales actuales".
La reciente Cumbre del G20 celebrada el pasado fin de semana en Osaka Japón, no resolvió nada sustancial en la guerra comercial que Estados Unidos está librando contra China. En el mejor de los casos, se acordó una tregua sobre una escalada en los aranceles y otras medidas contra las empresas tecnológicas chinas. Y es que se trata de un nuevo estilo de guerra entre el poder económico relativamente decreciente de los Estados Unidos y un nuevo y peligroso rival en la supremacía económica, esto es, China.
Sin duda ésta es una guerra en desarrollo que esté perjudicando directamente al 62 por ciento de las economías mundiales, ya que reducen la inversión, la productividad y el crecimiento de las naciones.
La guerra cibernética
"Hay una creciente preocupación por el impacto de las tensiones comerciales actuales. El riesgo es que las tarifas más recientes entre Estados Unidos y China podrían reducir aún más la inversión, la productividad y el crecimiento.
El sistema GPS se ha convertido en parte fundamental de nuestro día a día. No sólo permite geo posicionarlo todo y a todos con gran precisión, sino que también sirve para sincronizar relojes de forma exacta.
Millones de plataformas dependen del correcto funcionamiento del sistema GPS, pero en Rusia y Estados Unidos lo están manipulando para enviar miles de señales falsas para alterar rutas o cambiarlas. Esto, por supuesto, es muy útil para engañar objetivos militares, pero ponen en riesgo aun a los vuelos tripulados. Recientemente en Oriente Medio muchos aviones comerciales reportaron pérdida de señal de sus GPS… en pleno vuelo. Las fuerzas de Rusia han estado interfiriendo las señales de los GPS para disminuir las posibilidades de que Estados Unidos pretenda intervenir en una supuesta guerra contra Irán.
El periódico estadounidense The New York Times, informó que la semana pasada el Comando Cibernético de los Estados Unidos realizó ataques en línea contra un grupo de inteligencia iraní, después de que los iraníes derribaron un dron estadounidense
¿Qué es una guerra cibernética?
Se define como "las acciones de un Estado o nación para penetrar en los ordenadores o redes de comunicación de otra nación, con el fin de causar daños o trastornos".
Es tal el daño mundial que puede causar este tipo de guerra, que ya existen en muchos países los llamados “ciber-ejércitos”, que están conformados por un grupo de personas dedicadas a defender a un Estado o país de posibles ataques, en lo que a la ciberseguridad se refiere, y a estar preparados si hubiera una ciberguerra. Se espera que, en un futuro próximo, con el auge de las nuevas tecnologías, los enfrentamientos entre países serán en estos términos.
En la guerra cibernética no se usan armas físicas, sino el campo cibernético, con la utilización de virus y hackers sofisticados que entran en las redes digitales del enemigo para anular y eventualmente dañar los sistemas informáticos. Los principales objetivos son los bancos, los sistemas financieros o militares, y todo el sistema de comunicación. Los combatientes de esta guerra son expertos en informática y en telecomunicaciones y casi nunca dan la cara. Por eso la tremenda peligrosidad de este nuevo estilo de guerra.
El mayor riesgo de la guerra cibernética es que puede ser conducida por grupos terroristas que pueden paralizar toda la infraestructura, los aeropuertos, los transportes, las comunicaciones, los servicios de agua y luz de un país entero. También pueden romper los secretos de los aparatos de seguridad de armas letales y hacerlas disparar o inutilizarlas. Y todo esto a partir de cientos de ordenadores operados desde diferentes partes del planeta, imposibilitando identificar su lugar para poder “enfrentarlos”.
Estamos, por tanto, frente a riesgos innombrables. Nuevas guerras están en acción y afectarán pronto, severamente, al mundo entero.
Las guerras del final de los tiempos
La Palabra de Dios menciona: “Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino” (Mateo 24:6).
Dios menciona en su Palabra el origen de las guerras: “¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No son de vuestras concupiscencias, las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y guerreáis, y no tenéis lo que deseáis” (Santiago 4:1).
Dios nuestro Creador conoce el origen de las guerras y también su resultado final. Al reflexionar acerca de lo que Dios dice del caos del mundo ocasionado por la codicia, podemos encontrarle toda la razón. ¿Sabía usted que el 1 por ciento de la humanidad controla más de la mitad de la riqueza del mundo? Es una profunda desigualdad que traducida éticamente significa una injusticia enorme. La codicia, la envidia y la competencia son el origen de las guerras.
Sin duda que estas actitudes de los seres humanos están generando nuevos estilos de guerra. La gran noticia es que todos los tipos de guerra se acabarán pronto; también la desigualdad y la injusticia. Jesucristo vendrá nuevamente a la Tierra para cambiar la mente del hombre y lo hará a través de su Espíritu Santo y el establecimiento de sus leyes eternas. ¡Qué gran noticia! Los gobiernos de este mundo pronto se someterán ante el poder bueno, justo y recto de Jesucristo.
Fecha de publicación: Julio 5, 2019