La disposición de Cristo a morir por nosotros hizo posible el don de la justificación. ¿Qué es justificación? ¿Cómo encaja ésta en el plan de Dios para usted?
“…Por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida” (Romanos 5:18).
Justificación es un estado legal delante de Dios, en el cual somos absueltos de toda culpa y vergüenza. Una persona es justificada por medio de su fe en Jesucristo, cuya sangre derramada “y la sangre de Jesucristo su hijo nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1:7). Ser justificados nos conducirá a la vida eterna.
La Biblia menciona que gracia, fe y la sangre de Cristo son las que justifican a la persona. La justificación no es algo que podamos ganar. No podemos ser justificados de pecados pasados por las obras de la ley (Romanos 3:20), aunque una vez somos justificados debemos esforzarnos por no merecer la pena de muerte otra vez. Justificación es un proceso que dura toda la vida. Nuestra fe en Cristo se perfecciona continuamente por buenas obras (Santiago 2:22). Cuando pecamos debemos confesar nuestros pecados a Dios y Él es fiel en perdonar (1 Juan 1:19). Por lo tanto, “¿quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica” (Romanos 8:33). Lea más acerca de cómo podemos ser justificados en los artículos relacionados.