Centro de aprendizaje Iniciadores del Estudio Bíblico

Extranjeros, peregrinos y fe

Descargar

Seguir a Jesucristo significa unirse a una larga lista de personas que creían que eran extranjeros y peregrinos —viajeros que simplemente pasaban por este mundo. Este iniciador del estudio bíblico le ayudará a examinar cómo debe ser la vida de un peregrino.

Hebreos 11:1-3, 8-10, 13-16

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía…

Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios…

Conforme a la fe murieron todos estos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.

Preguntas

  1. En Juan 17:9-19 Jesús ora por sus discípulos que están “en el mundo” aunque “no son del mundo”. ¿Cómo se refleja en su propia vida esta diferencia? ¿Cómo vive usted en el mundo sin ser parte del mundo?
  2. En Filipenses 3:20-21 Pablo explica que “nuestra ciudadanía está en los cielos”, es decir, en el reino de los cielos (Mateo 18:3), que Jesucristo establecerá en la Tierra (Apocalipsis 11:15; 21:10-11). ¿Se ve a usted mismo cómo un ciudadano del Reino de los cielos, o como un ciudadano del país físico en el que vive? ¿A qué se debe esto?
  3. El Reino es nuestra patria, pero ninguno de nosotros ha estado allí y ni siquiera lo ha visto. Hebreos 11 dice que los extranjeros y peregrinos que vinieron antes que nosotros estaban tan enfocados en las promesas de Dios que era como si pudieran ver esas promesas a la distancia. ¿Qué estrategias ha aprendido en este capítulo que lo ayudarán a mantenerse enfocado y visualizar el Reino de Dios?
  4. En Gálatas 3:26-29 Pablo también explica que nuestra identidad como cristianos debe estar por encima de todo lo demás en nosotros. Independientemente de su nacionalidad, estatus social o género, “todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”. Pablo no tenía ningún problema en hacer uso de su ciudadanía romana (Hechos 22:25-29), pero sus epístolas no se centran en cómo ser un mejor romano o lo que los romanos deberían hacer. ¿Es posible que estemos permitiendo que nuestra nacionalidad influya en nuestra religión? Si es así, ¿a qué se debe esto? ¿Qué cree que piensa Dios al respecto?
  5. ¿Qué significa poner su fe antes que su país, su origen étnico, su género y su cultura local? ¿Cómo puede esto cambiar su identidad? ¿Cómo puede cambiar sus prioridades y la forma en que vive?
  6. ¿Qué tan involucrado debe estar un cristiano en la política de su país? ¿Por qué? (Vea Juan 18:36; Daniel 2:20-21; 4:34-35.)
  7. En 1 Juan 2:15-17 Juan advierte lo siguiente: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo”, porque este mundo es temporal y está lleno de cosas que se oponen a Dios. ¿Por qué el mundo es así? (Vea Efesios 2:1-3 y Apocalipsis 12:9.)
  8. Si no debemos amar las cosas de este mundo, ¿cómo espera Dios que nos acerquemos a las personas de este mundo? (Vea Juan 3:16; 2 Corintios 5:18-21; Lucas 10:25-37; Gálatas 6:10; Santiago 1:27.)
Ask a Question