Pronto tendremos disponible en español un nuevo recurso de Vida, Esperanza y Verdad, un libro diseñado para ayudar a los cristianos a profundizar su relación con Dios.
Parte de nuestra misión en Vida, Esperanza y Verdad es proveer herramientas y recursos para que nuestros lectores puedan desarrollar una relación profunda y significativa con Dios. Nos esforzamos por ser “imitadores de Dios como hijos amados” (Efesios 5:1) —por vivir con pureza mientras nos preparamos para el regreso de Jesucristo— y queremos facilitar el camino para que otros hagan lo mismo.
Con el tiempo, hemos descubierto que Dios nos da a cada uno herramientas espirituales diseñadas para ayudarnos a crecer como cristianos. Estas herramientas son fundamentales en nuestro camino para llegar a ser como nuestro Padre celestial —y, de hecho, Dios las diseñó como componentes básicos del cristianismo.
Decidimos escribir un folleto acerca de las cinco herramientas principales que los cristianos pueden usar para fortalecer su relación con Dios (la oración, el estudio de la Biblia, la meditación, el ayuno y la convivencia entre hermanos).
Pero nos encontramos con un obstáculo.
Había demasiado que decir.
¿Qué significa pedir “Venga tu reino”? ¿Por qué necesitamos orar si Dios ya sabe lo que necesitamos? ¿Qué podemos aprender de las oraciones registradas en la Biblia?
¿Cómo podemos unir todas las historias de la Biblia en una línea de tiempo clara? ¿Cuál es la mejor manera de aprovechar los recursos bíblicos que existen? ¿Por qué es importante cuál traducción de la Biblia usamos?
¿Cómo funciona la meditación? ¿Qué deberíamos tratar de lograr cuando meditamos?
¿Debe un ayuno durar exactamente 24 horas? ¿Cuál es el valor de un ayuno exactamente? ¿Cómo podría un ayuno ser contraproducente?
¿Cómo puede nuestra convivencia con otros miembros de la Iglesia afectar nuestra relación con Dios? ¿Qué pasos prácticos nos permiten tener una mejor convivencia entre hermanos?
La lista continúa... y un folleto no era suficiente. Había demasiadas preguntas que responder y no había suficiente espacio.
Así que desistimos de escribir un folleto…
Y decidimos escribir un libro. El libro se titula Cinco herramientas para el crecimiento espiritual: cómo desarrollar una relación más profunda con Dios.
Quiero contarles más acerca de eso, pero primero, hablemos de las cinco herramientas.
¿Qué se necesita para usar una herramienta?
La primera vez que usé un martillo, lo tomé de la parte superior del mango.
Ésa no es la mejor forma de tomar un martillo. Para eso podría usar una roca. Me tomó más tiempo, más fuerza y más energía martillar cada clavo de esa forma incómoda.
Pero en ese momento, no me interesaba usar el martillo con eficiencia. Me interesaba no aplastarme un dedo con un golpe torpe. El peso del martillo no me era familiar. No confiaba en mi habilidad para martillar con precisión y sabía que estaba a un golpe fuera de lugar para quedar con un pulgar hinchado y gritar y saltar como si fuera un personaje de Tom y Jerry.
Si alguien quiere sacar el mejor provecho de un martillo, o por lo menos hacerlo marginalmente más efectivo que una piedra, debe entender cómo está diseñado para funcionar. Tomarlo del final del mango (no de la parte superior), moverlo con un arco amplio (no con golpecitos cortos) y usar el codo como eje (no la muñeca) son pasos importantes para maximizar la fuerza detrás de cada golpe.
Obviamente, saber cómo funciona un martillo no significa que automáticamente sabemos martillar bien. Usted puede saber todo acerca de los martillos —su historia, cómo se hacen, el diseño y la filosofía que hay detrás, las marcas más conocidas y por qué la gente los prefiere, pero si nunca ha tomado un martillo para clavar un clavo, ese primer martillazo será una experiencia educativa.
Y eso no sólo sucede con los martillos. Usar cualquier herramienta en una forma efectiva requiere de dos cosas: conocimiento y práctica. Tiene que comprender cómo la herramienta debe usarse y tiene que acostumbrarse a usarla.
La práctica sin conocimiento nos impide usar una herramienta en todo su potencial —o peor aún, puede llevarnos a hacer las cosas más difíciles de lo necesario. El conocimiento sin práctica nos impide desarrollar habilidades con esa herramienta y nos impide lograr cosas con ella.
Ningún aspecto es suficiente por sí solo.
El objetivo del libro
Las principales cinco herramientas espirituales que Dios nos da tienen mucho en común con las herramientas físicas. Pueden ayudarnos a lograr cosas que no podríamos hacer por nosotros mismos, pero usarlas bien requiere de conocimiento y práctica.
No es suficiente con saber todo acerca de estas herramientas y nunca usarlas —y también es posible usarlas de forma ineficiente si no hacemos el esfuerzo de aprender cómo funcionan.
Es por eso que escribimos Cinco herramientas para el crecimiento espiritual. Esperamos que sea una referencia útil para todos los cristianos en su deseo de entender y dominar las increíbles herramientas que Dios nos ha dado.
Nuestro libro no está diseñado para leerse de una sola vez, interiorizarlo y dejarlo a un lado. Ni siquiera es necesario leerlo en orden. Éste es un libro al que puede volver una y otra vez para aclarar dudas o profundizar en cada herramienta individual.
Si quiere entender por qué es importante estudiar la Biblia, hablamos acerca de eso. Si necesita consejo acerca de diferentes formas de estudiar la Biblia, hablamos acerca de eso. Si quiere entender cómo los autores bíblicos usan el quiasmo para añadir énfasis a sus escritos, también hablamos de eso.
El libro no responde todas las preguntas, por supuesto. ¡Incluso un libro tiene sus limitaciones! Pero intenta abordar algunas de las mayores preguntas, ofreciendo algunos consejos.
Hemos dividido el libro en cinco partes (una para cada herramienta) y organizamos cada parte en capítulos y secciones que le ayudarán a encontrar lo que busca de la forma más rápida posible.
En lo que queda de este artículo, analizaremos más de cerca las cinco herramientas y cómo nuestro libro le ayudará a usarlas de forma efectiva.
Parte I: la oración
Orar es el acto de hablar con Dios y es una parte fundamental de nuestra relación con Él. Al fin y al cabo, una relación sin comunicación difícilmente puede llamarse relación. Pero a veces la oración puede sentirse como un ritual misterioso con reglas vagas y un propósito confuso.
La primera parte de Cinco herramientas para el crecimiento espiritual se enfoca en desmitificar la oración. Comenzamos examinando cada elemento de la oración modelo que Jesucristo les dio a sus discípulos y los analizamos de cerca para descubrir qué podemos aprender de las frases que usó.
En general, los elementos de la oración modelo nos enseñan cómo hablar con Dios acerca de tres áreas importantes de la vida: nuestra relación con Él como nuestro Padre celestial, su plan para la raza humana y cómo nuestros deseos y nuestras necesidades personales encajan dentro del todo.
También respondemos una serie de preguntas frecuentes acerca de la oración —todo desde “¿Qué tan largas deberían ser mis oraciones?” hasta “¿Qué pasa si Dios no responde mi oración?”— antes de analizar algunos ejemplos importantes y específicos de oración en las Escrituras. Estudiar cómo los hombres y las mujeres de la Biblia le han orado al Creador en una gran variedad de situaciones nos permite aprender valiosas lecciones para aplicar en nuestra vida de oración.
Parte II: estudio de la Biblia
El estudio de la Biblia es la otra parte de nuestra conversación con Dios. Dado que “Toda la Escritura es inspirada por Dios” (2 Timoteo 3:16), estudiar la Biblia es una poderosa herramienta que nos permite escuchar lo que Dios quiere decirnos. Combinado con la oración, el estudio de la Biblia nos permite tener una comunicación en dos sentidos con nuestro Padre.
Pero estudiar la Biblia a veces puede ser complicado y confuso. Con 66 libros escritos por diferentes autores en tres idiomas originales y a lo largo de cientos de años, es difícil saber por dónde comenzar.
El objetivo de la segunda parte de Cinco herramientas para el crecimiento espiritual es presentarle un resumen confiable de qué es la Biblia, cómo se formó, qué eras históricas cubre, cuáles son los diferentes estilos que usaron sus autores, por qué las traducciones son importantes, los diferentes enfoques que puede elegir para planificar sus estudios personales y cómo hacer uso de otros recursos bíblicos relacionados.
Mientras más tiempo dedique a entender la Biblia como el libro inspirado que es, más profundas y plenas serán sus conversaciones con Dios.
Parte III: la meditación
Diferentes culturas y religiones tienen definiciones a veces incompatibles acerca de esta práctica; pero la meditación bíblica tiene una función crucial en la vida de un cristiano. La tercera parte de Cinco herramientas para el crecimiento espiritual explica cómo se ve la meditación bíblica en la práctica y cómo fortalece nuestra conexión con Dios.
Esta sección también incluye una extensa lista de temas de meditación que puede usar cuando no está seguro de en qué centrar su atención. Encontrará referencias a listados bíblicos importantes, los nombres y títulos de Dios e incluso las palabras que se utilizan para describir los diferentes aspectos de la ley.
Parte IV: el ayuno
El ayuno se menciona varias veces en la Biblia, pero no siempre es claro cuál es el proceso del ayuno o lo que las personas esperaban lograr. La cuarta parte de Cinco herramientas para el crecimiento espiritual analiza cómo las personas usaban el ayuno en la Biblia y explica cómo podemos usar esta herramienta en nuestra vida respondiendo otra lista de preguntas frecuentes.
En esta sección también exploramos algunos ejemplos positivos de ayuno en la Biblia y lecciones importantes que podemos aprender de ayunos inapropiados —la clase de ayuno que Dios crítica e incluso condena. Estos pasajes nos enseñan cómo deberían (y no deberían) ser nuestros propios ayunos.
Parte V: la convivencia
Ésta es probablemente la herramienta más fácil de subestimar o pasar por alto. La convivencia entre hermanos es más que pasar tiempo con otros cristianos; Dios la diseñó para que su Iglesia se relacionara de una forma efectiva y positiva, creando oportunidades para el crecimiento que no podrían existir a nivel individual.
Dado que todos somos seres humanos imperfectos, la convivencia naturalmente ofrece la posibilidad de un profundo sentido de conexión —y un profundo sentido de rechazo.
Además de explorar cómo Dios espera que funcione la convivencia entre hermanos, la quinta parte de Cinco herramientas para el crecimiento espiritual analiza los pasos que podemos dar para que nuestra convivencia sea edificante para todos.
Esta sección incluye siete claves para la convivencia cristiana, consejos para relacionarnos con personas que provienen de diferentes contextos, e incluso consejos prácticos para conversar con nuestros hermanos.
Imitar a nuestro Padre celestial
Ser llamados a imitar a Dios puede ser intimidante, pero también es emocionante.
Dios nos llama sus hijos y Él se describe como nuestro Padre. Y así como los hijos naturalmente adquieren las costumbres, los hábitos y los comportamientos de sus padres, nosotros podemos ser cada día más como nuestro Padre celestial. De hecho, Dios nos invita a imitarlo.
Como sucede con los niños, nuestras imitaciones serán imperfectas. Jesucristo nos llamó a ser “perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (Mateo 5:48), pero ni Él ni el Padre esperan que seamos perfectos ahora, en este momento. La perfección es un proceso y mientras más tiempo pasemos con Dios a través de la oración, el estudio de la Biblia, la meditación, el ayuno y la convivencia entre hermanos, seremos más eficientes al imitarlo.
Con el tiempo, estará tan arraigada en nuestro carácter que imitaremos a Dios sin siquiera pensarlo.
Nuestro gran Dios está creando una familia y quiere que usted sea parte de ella. Le ha dado las herramientas que necesita para recorrer el camino y es nuestro sincero deseo que este libro le ayude a aprovechar esas herramientas al máximo.