Debido a recientes protestas contra la difusión de noticias falsas, numerosas organizaciones mediáticas se han acusado entre sí de publicar falsedades indignantes. En 2016, el Diccionario Oxford eligió la palabra postverdad como su “palabra del año”, definiéndola como “relativa a circunstancias en las que los hechos objetivos son menos influyentes en la formación de la opinión pública que las emociones y las creencias personales”.
Las mentiras manipuladas que se hacen pasar por noticias son tan antiguas como las noticias mismas. Como precursora del estado de los medios en la actualidad, la “prensa amarillista” del siglo XIX era una carrera cuesta abajo que “difundía noticias ficticias, falsas entrevistas y tenía un obsesivo enfoque en el crimen”, según una reciente editorial de Wall Street Journal.
Según Jeffrey Herbst, esto culminó en el inicio de la Guerra Hispano-Estadounidense y fue en parte responsable del asesinato del presidente norteamericano William McKinley (“How to Beat the Scourge of Fake News” [“Cómo vencer el flagelo de las noticias falsas”], 12 de diciembre de 2016).
¿Dónde comenzaron las noticias falsas?
La industria moderna de las noticias falsas comenzó en nada menos que los sitios web de bromas satíricas. Los creadores de estas burlescas “noticias” descubrieron que podían atraer suficiente atención como para ganar dinero con anuncios publicitarios que recompensan por el alto tráfico hacia sus sitios. Y fue así como algunos portales comenzaron a producir títulos y artículos amarillistas que sirvieran como “anzuelos de clics”, aprovechando las redes sociales para incrementar sus ganancias con cada visita a un sitio web o cada vez que una noticia fuera compartida.
La proliferación de noticias falsas se convirtió aún en mayor noticia a finales de la campaña presidencial de Estados Unidos en 2016, cuando los medios tradicionales culparon a la propaganda rusa y las noticias ficticias de beneficiar la campaña de Donald Trump.
Antes de esto habían aparecido las noticias hiperpartidistas y a veces bastante distorsionadas que el público británico recibió durante la campaña del Brexit. Y quienes a menudo protagonizaron las controversias fueron fuentes gubernamentales respetables y organizaciones mediáticas establecidas, acusadas de divulgar falsa imparcialidad, ficciones polarizadas y titulares sensacionalistas.
Como si esto fuera poco, con las noticias falsas nadando en las mismas corrientes electrónicas que las exageraciones, opiniones agresivas e hipérboles políticas, quienes pertenecen a ideologías o partidos opuestos ahora usan el término para describir casi cualquier noticia, hecho u opinión que les parezca inconveniente.
Las redes sociales cambian todo
Aunque las noticias falsas existen desde hace mucho tiempo, su incrementada difusión a través de las redes sociales ha llevado el fenómeno a otro nivel. Poco después de las últimas elecciones en Estados Unidos, el New York Times informó que Google y Facebook enfrentaban “crecientes críticas por cómo las noticias falsas divulgadas en sus portales pudieron haber influenciado el resultado de las elecciones presidenciales”. Las críticas se basan en que ambas plataformas permiten la difusión de sitios de noticias falsas y sitios de teorías conspirativas sin fundamento real.
Según BuzzFeed —un sitio que de por sí muchos consideran semillero de noticias falsas— de los 21,5 millones de publicaciones compartidas, reacciones y comentarios acerca de historias políticas en Facebook en 2016, 10,6 millones corresponden a noticias falsas (Craig Silverman, “Here Are 50 of the Biggest Fake News Hits on Facebook From 2016” [“50 de las noticias falsas más populares en Facebook en 2016”] BuzzFeed, 30 de diciembre de 2016).
Decae la confianza en los medios tradicionales
El apogeo del internet, la televisión por cable, los Smartphones y las redes sociales han cambiado drásticamente la forma en que las noticias se transmiten y reciben. La actual preocupación en torno a las noticias falsas es en parte una disputa acerca de quién debería controlar las noticias y decidir qué es falso o verdadero.
Según una investigación presentada en el Foro Económico Mundial 2017, en Davos, Suiza, “la confianza pública en los medios tradicionales ha caído a niveles record. La gente favorece cada vez más a sus amigos y contactos de internet como fuentes de noticias y verdad”; todo esto porque “hoy en día las personas ven a los medios como parte de una élite” (Anna Nicolaou y Chris Giles, Financial Times, 15 de enero de 2017).
En una encuesta de Gallup en 2016, menos de un tercio de los estadounidenses dijo tener bastante o una cantidad razonable de confianza en que los medios “transmiten las noticias de forma completa, precisa e imparcial”. Como resultado, cerca de dos de cada tres americanos lee las noticias en redes sociales —44 por ciento específicamente en Facebook, según una encuesta de Pew realizada el año pasado.
Los números son aún más impactantes entre los adultos jóvenes. Según un estudio de mediainsight.org realizado en marzo de 2015, 88 por ciento de la última generación de adultos, entre 18 y 34 años, recibe las noticias de Facebook regularmente.
Con 1.800 millones de usuarios mensuales alrededor del mundo, Facebook sobrepasa por mucho a cualquier otro medio de noticias, aunque aún se muestra renuente a aceptar la etiqueta de compañía mediática. En cambio, prefiere el nombre de “plataforma tecnológica neutral”. Sin embargo, cuando Facebook comenzó a sugerirle a sus usuarios “elecciones sabias” de noticias para leer, fue criticado por ocultar historias de interés para el público conservador e introducir artificialmente noticias seleccionadas en el módulo de noticias más vistas.
Se expande la censura de noticias falsas
Intentos anteriores por detener la difusión de noticias falsas y rumores en la red habían sido considerados como una forma de censura. Pero ahora, incluso los grupos y medios que antes protestaron contra esta práctica están buscando una mayor regulación en el internet. Con los medios tradicionales perdiendo el monopolio de las noticias y los líderes europeos intentando absorber el impacto de una ola de elecciones populistas, los llamados a una pronta solución se propagan rápidamente.
Durante los próximos 12 meses, habrá elecciones en Alemania, Francia, los Países Bajos, Noruega, Hungría, Serbia y Eslovenia, donde los votantes decidirán no sólo cuál será su próximo líder, sino también cómo se verá el futuro de la Unión Europea.
Con las noticias falsas nadando en las mismas corrientes electrónicas que las exageraciones, opiniones agresivas e hipérboles políticas, quienes pertenecen a ideologías o partidos opuestos ahora usan el término para describir casi cualquier noticia, hecho u opinión que les parezca inconveniente.
En Alemania, la corriente política dominante está cada vez más preocupada por el efecto que las noticias falsas podrían tener en las elecciones federales de este año. Demostrando su miedo de que Rusia intente influenciar a los votantes alemanes, la canciller Ángela Merkel incluso ha advertido que las noticias falsas podrían “amenazar las elecciones” (Florian Lang, “The Fake Hype on Fake News in Germany” [“El falso alboroto por las noticias falsas en Alemania”], EU Observer, 9 de enero de 2017).
Un nuevo ministerio de la verdad
De hecho, Alemania ha propuesto una ley que permita multar a Facebook con hasta 500.000 euros por cada día que permita la circulación de una noticia falsa. También está pidiendo —con el apoyo de la mayoría de los alemanes— que la ONG de verificación de hechos alemana, Correctiv, sea quien determine qué artículos pueden publicarse en Facebook.
Y en un impulso aún más orwelliano, el Ministro de Interior alemán sugirió recientemente la creación de un Centro de Defensa Contra la Desinformación (Abwehrzentrum gegen Desinformation) que apoye la lucha contra las noticias falsas (“Germany Targets Russian Meddling” [“Intromisión rusa en la mira de Alemania”], The Christian Science Monitor, 23 de enero de 2017).
Según International Business Times, Merkel defendió estos programas diciendo que “El debate está ocurriendo en un ambiente mediático completamente nuevo. Las opiniones ya no se forman como hace 25 años. Hoy en día tenemos sitios ficticios, navegación automatizada, trolls —cosas que se autorregeneran reforzando opiniones con algoritmos y necesitamos aprender a lidiar con ellas”.
Medios de noticias “postverdad”
Pero Merkel no está sola en su denuncia contra el profundo impacto que las noticias falsas podrían tener sobre la opinión pública. En una entrevista con Financial Times, el jefe de antimonopolio italiano, Giovanni Pitruzzella, propuso un marco institucional coordinado desde fuera de la sede de la UE para identificar y sacar noticias falsas de la red, multando a sus creadores (“Italy Antitrust Chief Urges EU to Help Beat Fake News” [“El jefe de antimonopolio de Italia pide a la UE ayuda contra la difusión de noticias falsas”], 29 de diciembre de 2016).
“La postverdad en la política es una de las causas del populismo”, aseguró Pitruzzella, “y es una de las amenazas a nuestras democracias. Hemos llegado a una encrucijada: debemos decidir entre dejar el internet tal y como está, un salvaje viejo oeste, o crear reglas que tengan en cuenta la manera en que la comunicación ha cambiado. Personalmente, creo que debemos poner esas reglas y que la tarea le corresponda al sector público”.
Por su parte, en medio de los crecientes llamados de las capitales europeas y el Congreso estadounidense a la censura de noticias falsas, el expresidente Barack Obama aprobó un presupuesto de defensa que incluye fondos para contrarrestar la propaganda extranjera y la desinformación. Esto le permitirá al gobierno crear y diseminar historias basadas en los hechos reales para desacreditar cualquier noticia proveniente de medios extranjeros que el gobierno considere políticamente polarizada.
Velad, a pesar de las noticias falsas
A medida que nos acercamos al fin de esta era, Dios nos ordena directamente estar atentos a los eventos mundiales (Lucas 21:36) y discernir las señales de la segunda venida de Cristo. En cierta forma, Jesús fue un conductor de noticias que anunció con milenios de anticipación los eventos, condiciones y actitudes que veríamos en los tiempos del fin.
Mientras tantos actualmente confían en amigos y redes sociales como fuentes de información, la única fuente de noticias inspirada e infalible es la Palabra de Dios —con noticias profetizadas desde hace dos mil años y una credibilidad y autoridad inigualables. Para descubrir más acerca de lo que esta fuente dice acerca del futuro de la humanidad, descargue nuestro folleto gratuito El libro de Apocalipsis: la tormenta antes de la calma, disponible en el Centro de aprendizaje de VidaEsperanzayVerdad.org.
La actual inundación de fuentes de noticias y noticias falsas hará cada vez más difícil distinguir las “señales de los tiempos” (Mateo 16:3; 24:3). Los siguientes consejos pueden ayudarle a observar los eventos mundiales efectivamente.
Cómo distinguir las noticias falsas
- Evalúe con cuidado las noticias publicadas en redes sociales. Facebook puede ser útil para muchas cosas, pero no debería ser su principal fuente de noticias. El objetivo de muchos sitios es sólo obtener más “clics”, y Facebook modifica sus notificaciones para mostrarle versiones resumidas y fáciles de compartir de noticias que son de su interés, creando un círculo de información repetida que le ofrece perspectivas limitadas.
- ¿Noticia, opinión o propaganda? Grandes o pequeñas, casi todas las organizaciones mediáticas tienen una inclinación, preferencia o filosofía detrás —aunque en algunas sea mucho más obvio que en otras. Diversifique su consumo de noticias buscando varias fuentes confiables y leyendo diferentes perspectivas acerca de una misma historia. Es vital saber reconocer qué fuentes dan noticias y opiniones editoriales de calidad en lugar de propaganda, teorías de conspiración o sátiras.
- Considere la fuente. Pocos países gozan de libertad de prensa y muchos gobiernos —como Rusia y China, por nombrar dos— monopolizan las noticias adueñándose de los medios o imponiéndoles severas restricciones. No confíe demasiado en blogs o artículos sin referencia al autor o en sitios web con nombres de dominios extraños, como los “.co”, que están diseñados para emular sitios confiables con dominio “.com”.
- Vaya más allá del titular. Los títulos llamativos a menudo no cuentan toda la historia. La voraz lucha por tráfico de tantos sitios hoy en día ha provocado que las exageraciones amarillistas, los chismes falaces y los ataques verbales políticamente cargados superen por mucho en número a las noticias legítimas bien respaldadas y bien escritas.
- Observe el panorama completo. Esté más atento a los eventos mundiales y a las noticias de índole global que a la propaganda, los dichos o las problemáticas del momento. Invierta tiempo en leer historias más extensas y con vasto contenido histórico que le permitan comprender “el por qué” de los eventos mundiales.
Descubra más acerca de cómo cumplir la orden de Jesucristo de velar en nuestro artículo de VidaEsperanzayVerdad.org “Cinco tendencias proféticas que debemos observar”.