El día de descanso
Algunas personas creen que el mandamiento de observar el sábado ya no es válido para el cristianismo moderno; que de alguna forma fue sustituido por el Domingo.
Otros, dicen que fue abolido por Jesucristo. Usan argumentos como el nuevo pacto y la ley de Moisés para comprobar que el sábado fue abolido. Sin embargo, ninguno de estos argumentos o creencias son verdad, ni pueden ser sustentados o comprobados con la palabra de Dios.
Estos argumentos han sido usados en el intento de desaparecer uno de los mandamientos más significativos de la ley de Dios, el que señala quiénes forman parte de la Iglesia que fue fundada por Jesucristo mismo.
Es importante comprobar, de una vez por todas, cuál es la voluntad de Dios para usted, conforme a la observancia del 4° mandamiento.
En los días en que Jesucristo caminó sobre la faz de la tierra, la observancia del sábado era tan obvia y común, que jamás se hubiera pensado que siglos después llegaría a ser un punto de tanta controversia en el mundo cristiano.
¿Quién tiene la autoridad para cambiar alguno de los mandamientos? ¿Acaso algún hombre puede decir, por ejemplo, que hoy en día ya no es pecado cometer adulterio, robar o codiciar? ¡Claro que no! Entonces, ¿por qué se asume, en el mundo religioso, que el cuarto mandamiento puede ser alterado o invalidado?
Jesucristo observó y enseñó durante todo su ministerio a guardar el sábado. Todas las confrontaciones que tuvo con los religiosos de su época con respecto a este día fueron por la forma en que era observado y no si debían guardarlo como un mandamiento.
El Nuevo Testamento contiene muchas referencias que el séptimo día fue el día oficial de descanso en el tiempo de los apóstoles. Que fue un mandamiento clave y su fiel observancia en la iglesia de Dios del primer siglo nunca fue cuestionada. Nadie pensó jamás que siglos después dejaría de considerarse como un mandamiento de Dios. ¿Por qué habríamos de hacerlo nosotros ahora?
Compruébelo por usted mismo en las páginas de su Biblia y comprenda que Dios sí tiene un día especial de descanso para todo aquél que profesa conocerle y obedecerle.
Para Vida, Esperanza y Verdad, soy Lauro Roybal