El pecado de Sodoma
La mayoría de nosotros hemos oído el término “Sodomita”. Este término se refiere generalmente a las relaciones homosexuales. Pero, ¿cuál fue el pecado más generalizado de las ciudades de Sodoma y de Gomorra?
Todos tendemos a pensar que el pecado más grave de estas dos ciudades fue el tema homosexual y otros pecados relacionados. Pero la realidad es que la mayoría de los habitantes de estas dos ciudades no eran homosexuales ni pervertidos. Pero obviamente había un problema gravísimo por el cual Dios decidió destruir a ambas ciudades.
Cuando el patriarca Abraham quiso interceder ante Dios para que estas ciudades no fueran destruidas, El Creador le dijo lo siguiente en Génesis 18:32: “Y volvió a decir: No se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez: quizá se hallarán allí diez justos. No la destruiré, respondió Dios, por amor a los diez”.
El resto del relato menciona que solamente un justo se encontró en aquella sociedad. 2 Pedro 2:6-8 dice: “y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente, y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados (porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos)”.
Lot era el único que lamentaba y sufría todos los dias al ver la corrupción moral de aquellas dos ciudades. Pero, regresemos a la pregunta, ¿el hecho de que casi todos en aquella sociedad fueran injustos implica que todos ellos eran homosexuales o pervertidos? La respuesta es no. No todos eran homosexuales ni todos eran pervertidos.
El problema mayor de Sodoma y de Gomorra fue que todos sus habitantes se habían acostumbrado a vivir en medio de la corrupción. Todos se habían acostumbrado a vivir en medio del pecado y ya nadie lamentaba por las perversiones que había alrededor de ellos. Todos se habían cómodamente acostumbrado a ver la maldad. Nadie se sorprendía más por la corrupción moral que iba en aumento. Sus mentes se habían encallecido ante el pecado.
Génesis 19:4 dice: “Pero antes que se acostasen, rodearon la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo”.
No todos iban con la intención de pecar aquella fatídica noche. Pero todos, desde el más joven hasta el más viejo, iban a ver cómodamente el desarrollo de aquel terrible evento. Todos habían sido asimilados por aquella sociedad corrupta.
Nuestra sociedad actual está plagada de pecados de todo tipo, incluyendo el homosexualismo. Ciertamente en nuestra sociedad no todos son ni ladrones, ni homosexuales, ni malvados. Pero, ¿nos estamos acostumbrando cómodamente a vivir en esta sociedad que nada tiene que ver con el verdadero Dios? Tengamos mucho cuidado que nuestra mente no se encallezca y se acostumbre a la maldad de nuestro alrededor, porque estaríamos siendo cómplices e injustos igual.
Pidamos a Dios y hagamos un esfuerzo serio por no pecar, pero tampoco debemos dejar que nuestra mente se acostumbre a ver los pecados de esta sociedad del tiempo del fin.
Para Vida, Esperanza y Verdad les habló Saúl Langarica.