¿Es real el diablo?
La gente ignora o desdeña cada vez más la idea de que existe un ser llamado Satanás. Cuando Jennifer Senior entrevistó al juez de la Corte Suprema de Estados Unidos, Antonin Scalia, para la revista New York, se sorprendió cuando el juez Scalia dijo: “Incluso creo en el diablo”. La entrevistadora reaccionó como si la creencia del juez Scalia en el mal, fuera extraña y anticuada.
Entonces, ¿cuál es la verdad? ¿Existe el mal? ¿Existe el diablo? Si es así, ¿quién es el responsable del mal?
La Biblia aborda el tema del mal, y culpa a un ser sobrenatural al que Dios llama diablo y Satanás. Usted puede sorprenderse o desconcertarse que un Dios todopoderoso tolere a un adversario malvado. Pero si profundiza en este enigma, se descubren algunos hechos sorprendentes. Las Escrituras nos dicen, en el libro de Ezequiel, que Satanás no fue creado para ser malvado. Más bien, Dios creó originalmente a un ser angelical llamado Lucero, con perfecto esplendor y bondad, quien con el tiempo se convirtió en un enemigo perverso y malvado de todo lo que Dios representa.
¿Cómo pudo suceder esto? Para comprenderlo, debemos avanzar en la historia de la humanidad. El plan de Dios fue crear seres temporales —humanos— que pudieran prosperar en un mundo utópico llamado Tierra. Nuestro Creador deseaba nutrir y educar a estos humanos para que fueran como Él. Quería que se amaran unos a otros y le mostraran reverencia. Su meta a largo plazo era que su creación se uniera a Él en su nivel —el nivel de Dios— para disfrutar de su compañía y explorar juntos la expansión de su Reino.
Dios sabía muy bien que sería imposible inyectar su carácter en un ser creado. El carácter —la capacidad de discernir el bien y el mal, y de elegir conscientemente el bien en cada ocasión— es algo que no se puede inyectar. Aquí es donde Satanás entra en la ecuación. Para responder a la pregunta planteada anteriormente, Satanás es la personificación del mal. Fue creado sin pecado, pero eligió el mal en su rebelión contra Dios. Satanás y sus caminos son un ejemplo constante de vivir en oposición al camino de Dios.
Dios, por el contrario, es bueno por toda la eternidad.
La humanidad, comenzando con Adán y Eva, tenía una opción: escuchar a Dios o escuchar a Satanás.
Los seres humanos eligieron, por voluntad propia, desechar las enseñanzas de su Creador. Al hacerlo, han dejado un río de lágrimas y dolor grabado en la historia. Este marcado contraste entre el bien y el mal nos ha acompañado desde que los humanos fueron expulsados del Edén. Ahora debemos tomar una decisión: vivir la vida amorosa y abundante que Dios dispuso, o rebelarnos contra su forma de vida y elegir el mal.
El juez Scalia tenía razón: Satanás y el mal existen. Dios quiere que elijamos su camino de vida, pero nunca seremos obligados contra nuestra voluntad. En definitiva, nuestro Creador desea que nos unamos a Él en el Reino de Dios.
¿No es hora de profundizar en el camino de Dios? Observe a su alrededor y aprenda de la historia. ¿Ve usted el amor y la paz floreciendo en un mundo influenciado por Satanás? ¡Desde luego que no! Usted puede empezar a reconocer el mal y rechazarlo. Sumérjase en este tesoro de conocimiento aquí mismo, en el sitio web de Vida, Esperanza y Verdad. Tome la decisión hoy de descubrir cómo el bien puede transformar su vida, hacia una vida de alegría y abundancia.
Para Vida, Esperanza y Verdad, soy Britton Taylor
