¿Estamos en la última generación?
La historia demuestra que ningún imperio ha sido permanente. El Imperio Babilónico, tan poderoso como era, dio paso al siguiente imperio. Lo mismo sucedió con el Imperio Medo-Persa y después con el Imperio Greco-Macedonio. Cuando el Imperio Romano estaba en su apogeo nadie podría imaginar que también pasaría a la historia. Para la sorpresa de muchos, todos estos imperios súper poderosos en su momento, dejaron de existir. Casi nadie los recuerda, excepto cuando estudiamos la historia universal.
Curiosamente casi nadie se ha puesto a analizar las verdaderas causas de la caída de estos imperios, pero dichas causas han sido básicamente las mismas. Cuando no aprendemos de la historia todos estamos propensos a repetirla. Y como casi nadie aprende de la historia, la humanidad ha sido una repetición de los mismos eventos que han hecho caer a los imperios anteriores.
Las causas de la caída de una de las civilizaciones más famosas de la historia las encontramos en Ezequiel 16:49-50: “He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso. Y se llenaron de soberbia, e hicieron abominación delante de mí, y cuando lo vi las quité”.
El profeta Ezequiel menciona cuatro cosas que hicieron caer a la sociedad de Sodoma… y como no aprendemos de la historia, estas mismas cuatro cosas son las que han hecho caer a varios de los imperios a través de los tiempos… y la historia no ha terminado aún.
Seamos sinceros y analicemos a nuestra sociedad a la luz de estas cuatro causas que hicieron caer a Sodoma y a otros imperios. Veamos a nuestro derredor: casi todos en el mundo están llenos de soberbia al pensar que pueden resolver sus problemas morales, espirituales y todo tipo, por medio de sus propias fuerzas, sin tomar en cuenta a Dios. Nada ha cambiado desde Adán y Eva.
Por otro lado, aunque existe mucha comida para todos en el mundo, ésta se encuentra mal distribuida al ser administrada por gobiernos corruptos e injustos que dicen servir a sus pueblos, pero en realidad se sirven de los pobres para enriquecer a unos pocos. Los que tienen exceso de comida pierden el tiempo fraguando cosas malas.
En tercer lugar, con toda la tecnología y todos los avances científicos, las personas dicen estar muy ocupadas, pero dedican muchas horas a las ociosidad al estar esclavizadas al teléfono inteligente, al internet, a la televisión, etcétera. Este tiempo de ociosidad mal usado ha causado muchos problemas. Como bien dice el dicho: La ociosidad es la madre de todos los vicios.
Finalmente, la sociedad de Sodoma pasó a la historia porque no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso. Dejaron de lado a los pobres, a los necesitados y se olvidaron de ellos. Otra vez, se aprovecharon de los pobres para hacer ricos a unos pocos.
Sinceramente hagamos la pregunta: ¿cuál es la diferencia de aquella sociedad que pasó a la historia con la sociedad de hoy? ¿Hemos nosotros aprendido la lección? La respuesta es obvia: no hemos aprendido de la historia y por lo tanto la estamos repitiendo y por lo tanto queramos o no nuestro destino será el mismo: Esta sociedad pasará a la historia para dar lugar a la sociedad que Dios establecerá sobre esta tierra dentro de no mucho tiempo: El Reino de Dios, el único que durará para siempre.
Les habló Saul Langarica para vida, esperanza y verdad.