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3 factores que explican por qué Estados Unidos está en declive

La situación de Estados Unidos en los últimos meses no ha sido nada buena… y pensar que a fines del año pasado se creía que el país iba a crecer como nunca y que la batalla por ganar la Guerra Comercial en el mundo se veía cercana. Sin embargo, hoy la realidad nos muestra algo completamente diferente.

La crisis del coronavirus está transformando radicalmente el panorama mundial y específicamente a los Estados Unidos, generando grietas que potencialmente muestran la posibilidad de una ruptura, que le quitará mucho protagonismo en el escenario internacional.

Los efectos del coronavirus han llegado a la Casa Blanca también. El desempleo está a niveles que no se habían visto desde la Gran Depresión de los años de 1930. También, el saldo de muertes por la enfermedad sobrepasa ya las 100.000 personas.

Hace apenas un poco de tiempo el presidente Donald Trump parecía seguro que su campaña lo llevaría a su segundo mandato, con el mensaje de que la recuperación económica era posible y que podría devolver el influyente status que antes Estados Unidos tenía en el mundo.

Dividirse causa autodestrucción

Un buen ejemplo que muestra cómo se presenta, a futuro, la situación en Estados Unidos es recordar una lección que nos brinda la Primera Guerra Mundial, en que Alemania perdió la guerra por hacer frente a diversos adversarios al mismo tiempo.

Alemania tuvo, con el apoyo de la débil Austria y el enfermo Imperio Otomano, un prolongado enfrentamiento contra tres de las potencias del mundo de aquel entonces: Francia, Inglaterra y Rusia —respaldados por Estados Unidos. En 1918 Alemania consiguió imponerse en el frente oriental y por poco lo consigue en el occidental. Lo impidieron la escasez de recursos, la imposibilidad de sostener las ambiciosas reformas tácticas y el debilitamiento interno de las tropas. Todos estos factores hicieron que Alemania perdiera la guerra.

Algo parecido le sucedió a Napoleón y también a otros grandes conquistadores de la historia. Ha sucedido antes y seguirá sucediendo: luchar contra muchos frentes mientras se está en debilidad es el principal factor para derrotas presentes y futuras. A la luz del escenario en Estados Unidos, veremos tres frentes de “batalla” que pueden acrecentar el declive de esta gran nación.

1. La Guerra Comercial  

Nada pareciera indicar que Estados Unidos quiera dar reversa a la Guerra Comercial. China, a cambio, ha dicho que "hará todo para evitar que el señor Donald Trump gane la carrera presidencial en noviembre".

"Por años, el gobierno de China ha espiado para robar nuestros secretos industriales. Hoy emitiré un edicto para asegurar más la vital investigación universitaria de nuestra nación y para suspender el ingreso de ciertos ciudadanos de China a quienes hemos identificado como posibles riesgos de seguridad", dijo el señor Donald Trump en una declaración a periodistas en la casa Blanca esta semana.

Hace unos días, el presidente Donald Trump afirmó que la "incompetencia" del país asiático fue lo que provocó la "matanza mundial" del coronavirus. El mandatario dice estar muy molesto por los efectos del coronavirus en la economía estadounidense y critica a China, donde el virus fue detectado por primera vez a finales del año pasado.

Sin lugar a dudas que el factor de la pandemia, hoy para el presidente Donald Trump es el frente más agotador, ya que ve en China un rival que debe vencer.

Al parecer las fricciones están aumentando la tensión entre Estados Unidos y China. Esto se advierte en los siguientes titulares noticiosos de esta última semana y que advierten al país asiático muy decidido y firme ante las amenazas:

 “Tras la decisión de Estados Unidos de revocar el estatus de Hong Kong y limitar el ingreso de estudiantes, China le advierte de represalias, si no corrige sus errores”.

“Cualquier palabra o medida de Estados Unidos que dañe los intereses de China, recibirá un firme contraataque”.

“El Ministerio chino de Seguridad instó a Pekín a prepararse para una confrontación militar con Estados Unidos en medio de la escalada de tensiones”.

Sin lugar a dudas que éste es un frente difícil, una batalla dura que busca la supremacía económica y el primer lugar en la geopolítica del nuevo mundo.

2. La deuda

Tal vez resulte difícil hablar de la situación económica de Estados Unidos, tratándose de una potencia mundial, pero en estos momentos los números hablan por sí mismos al ubicarse como el país más endeudado del mundo.

Según los datos del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, la deuda de la nación cerró este miércoles (3 de mayo) en 25 millones de millones de dólares, lo que equivale a una deuda de $75.989 dólares por cada ciudadano estadounidense y al 117 por ciento de su Producto Interno Bruto. Sólo en el último mes la deuda creció en 1 millón de millones de dólares.

Ser el país más endeudado del mundo implica que cada ciudadano estadounidense vive sólo para pagar sus tarjetas de crédito de las cuales sólo abona, mensualmente, al pago de los intereses. Esto hace que su deuda crezca mes a mes… y así hasta el infinito, ya que la capacidad de pago no sostiene al sistema.

Hoy el país además presenta un galopante desempleo como nunca antes visto en la nación más poderosa del mundo. Los números dicen que hasta el mes de mayo el país perdió más de 41 millones de puestos de trabajo, registrando una tasa oficial de desempleo del 14,7 por ciento. Esto sin contar a todos los que viven indocumentados y que suman alrededor de 15 millones de personas más.

El Banco Central americano (FED), en una medida desesperada, está emitiendo dinero casi gratis para que los ciudadanos norteamericanos sigan consumiendo. Pero el nivel de endeudamiento es tan grande que muchos están aprovechando ese dinero barato sólo para pagar deudas, evitando así consumir, lo que, junto con los efectos de la pandemia, ha frenado la productividad a niveles nunca vistos.

3. El aumento de la violencia interna

La muerte de George Floyd a manos de la policía, hace dos semanas, ha generado un estallido social sin precedentes en la historia de Estados Unidos. 42 estados de la nación obligaron a decretar el toque de queda en algunas de sus ciudades. La intención de los manifestantes de llegar hasta la Casa Blanca puso en duda la capacidad de disuasión tanto de la Guardia Nacional como del Ejército.

Los saqueos en las manifestaciones y la violencia extrema exhibida por algunos, muestra un resentimiento y descontento masivo que refleja la presión con la cual algunos viven.

No se recordaba tanta violencia ni tantas ciudades en toque de queda desde el asesinato de Martin Luther King en el año 1968.

¿Qué dice la Biblia?

Muchas de las personas que llegaron a colonizar los Estados Unidos tienen una conexión directa con el patriarca Abraham y sus descendientes. La Biblia muestra en el libro de Génesis 48:13-16 cómo José, el bisnieto de Abraham, fue vendido como esclavo por sus hermanos y se convirtió después en un poderoso gobernante en Egipto.

Los dos hijos de José, Efraín y Manasés, recibieron de su abuelo Jacob una bendición especial que había pasado desde Abraham. Estos dos hermanos —Efraín y Manasés— llegarían a ser muy prósperos. Actualmente, los descendientes de Efraín y Manasés, en su mayoría, son los pueblos de Gran Bretaña, Estados Unidos y los países de habla inglesa.

Hoy, tristemente, Estados Unidos muestra los tristes frutos de querer emanciparse de su Creador.Estados Unidos ha sido, sin lugar a dudas, la principal potencia del mundo hasta ahora. Claramente ha sido un país muy bendecido. Sin embargo, la Guerra Comercial, al aumento de la deuda, y el aumento de la violencia, entre otras cosas, están provocando un declive que parece no tener retorno.

Lamentablemente la decadencia moral también ha sido otro factor desintegrador de este hermoso país.

Todos estos puntos se hacen claramente visibles en esta otrora súper poderosa nación. Hoy, tristemente, Estados Unidos muestra los tristes frutos de querer emanciparse de su Creador. El profeta de Dios dice: “Oh Eterno, ¿no miran tus ojos a la verdad? Los azotaste, y no les dolió; los consumiste, y no quisieron recibir corrección; endurecieron sus rostros más que la piedra, no quisieron convertirse” (Jeremías 5:3).

Tristemente el Eterno castigará a Estados Unidos, y a los demás descendientes de Israel —y al mundo entero, en su momento—, por su alejamiento y rebeldía en contra de sus mandamientos. Sigue diciendo Dios: “¿Cómo te he de perdonar por esto? Sus hijos me dejaron, y juraron por lo que no es Dios. Los sacié, y adulteraron, y en casa de rameras se juntaron en compañías. Como caballos bien alimentados, cada cual relinchaba tras la mujer de su prójimo. ¿No había de castigar esto? dijo el Eterno. De una nación como esta, ¿no se había de vengar mi alma? (Jeremías 5:7-9).

Tristemente la situación que vivirán Estados Unidos y los países de habla inglesa será un tiempo de angustia cual nunca se ha visto en la historia: “¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado” (Jeremías 30:7).

Después de esa tremenda prueba, Estados Unidos y los países de habla inglesa, y el mundo en general, entrarán en un periodo de paz nunca antes visto… porque vendrá directamente del Dios Todopoderoso.

Dios menciona en detalle el destino presente y futuro de algunas naciones y también detalla el suyo y el mío. Él desea que todos nos salvemos de los tiempos difíciles que se avecinan. Lo invitamos a estudiar más acerca de Estados Unidos en la profecía en nuestro sitio de internet.

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Acerca del autor

Álvaro Matamala

Alvaro Matamala

Alvaro Matamala es Ingeniero en Administración de Empresas. Casado con Fabiola Jaufrett Silva. Tiene seis hijos, tres hombres y tres mujeres. Algunos de ellos ya están casados y le han dado nietos hermosos.

Llegó a la Iglesia de Dios en el año 1985 e inmediatamente ingresó a los Clubes de Oratoria y Graduados. Es amante de la lectura y el estudio de diferentes temas relacionados con la profecía bíblica. Es lector recurrente de los más destacados portales de noticias. Le interesan especialmente los temas relacionados con Israel actual.

Fue ordenado como ministro en el año 2015 y desde el año 2020 trabaja a tiempo completo para la Iglesia de Dios, una Asociacion Mundial en Chile, atendiendo las congregaciones de Curicó, Talca y San Carlos.

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