¿Cuándo se logrará la paz mundial?

Las naciones miembros de la ONU han querido, desde hace décadas, ponerle fin a los conflictos bélicos en el mundo, pero en cada sesión de esta organización se ve más lejana la opción de alcanzar la paz. ¿Cuándo será el tiempo en que habrá paz por todos lados?

El Secretario General Antonio Guterres habla durante la reunión de la Asamblea General.

En la Asamblea General de las Naciones Unidas que se realizó en Nueva York, en septiembre pasado, el secretario general de la ONU, el señor Antonio Guterres, repasó la situación mundial con un discurso pesimista, debido a las condiciones hostiles y complejas que presenta la realidad mundial actual.

En una parte de su discurso expresó: “No nos hagamos ilusiones, estamos en aguas turbulentas, se acerca un invierno de descontento mundial. La crisis por el costo de la vida está causando estragos. La confianza se desmorona, la desigualdad se dispara y nuestro planeta está en llamas. La gente está sufriendo, sobre todo los más vulnerables”. El señor Guterres dio a entender que lograr una estabilidad a nivel global está siendo difícil, más aún cuando el conflicto entre Rusia y Ucrania parece no tener fecha de término.

Una organización desunida

A medida que se desarrollaba la asamblea recién pasada, los líderes de cada nación entregaron sus discursos, destacando en cada uno de ellos sus propios intereses y sin ningún enfoque en las necesidades de los demás. Entonces uno se pregunta: ¿cómo se podrá alcanzar la paz mundial que tanto busca la Organización de Naciones Unidas? Con cada asamblea queda claro que esta organización está compuesta por naciones desunidas, buscando cada una solucionar sus propios intereses, más que los globales.

Mientras Alemania y Europa están concentradas en que pronto termine la escalada de violencia entre Rusia y Ucrania, el resto del mundo sufre la hiperinflación que va en alza (el alto costo de la vida) y el cada día más difícil acceso al agua y alimentos en naciones muy vulnerables en África y en otros continentes.

En Latinoamérica y África los países piden más medidas contra la crisis alimentaria, agravada por la guerra en Ucrania, que ha provocado subidas exorbitantes en el precio de los alimentos.

Falta de credibilidad

En la misma asamblea de la ONU, el primer ministro del Japón, el señor Fumio Kishida, mencionó que: “debemos afrontar el hecho de que la credibilidad de la Naciones Unidas está en juego debido a muchos factores, entre ellos la agresión a Ucrania por parte de Rusia”, dando a entender que debido la débil influencia y posición que la ONU está teniendo a nivel mundial —ya que han pasado más de ocho meses desde que Rusia invadió a Ucrania— no ha podido detener ningún conflicto. Es más, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció una potente movilización de 300.000 reservistas “para defender la soberanía y la integridad territorial de Rusia”, poniendo cada vez más hostilidad y una lejana posibilidad de paz en la zona, y también en el mundo entero.

77 años buscando la paz mundial

Desde la fundación de la ONU, el 24 de octubre de 1945, ésta ha estado trabajando en la búsqueda de la paz mundial. Pero tal parece que la organización está desgastada y cada vez más carente de voluntad y efectividad para lograr estos objetivos. Cada vez más las reuniones de la asamblea se convierten en discursos carentes de sentido y de unidad para trabajar por la sobrevivencia y bienestar del mundo.

No existe ningún líder mundial que sea capaz de llevar a cabo este profundo proceso de cambio mental. Sólo el Creador tiene la capacidad de cambiar la naturaleza humana (Colosenses 1:17-21).En estos últimos años hemos visto cómo varias de las principales naciones miembros de la ONU han tratado de desvincularse de este organismo o bajar su apoyo económico a la organización, ya que no ven resultados reales o sienten que entre ellos mismos no hay acuerdo, y los países ricos con derecho a veto frenan toda decisión que no es de su interés y hay total falta de apoyo por el bienestar de las naciones integrantes.

De este modo, es muy difícil atender a las necesidades crecientes de los países, en medio de un mundo cada vez más polarizado, desigual y con una pobreza cada vez más galopante. En otras palabras, la ONU ha fracasado en su tarea de mantener la paz y la seguridad mundial.

Por fin habrá paz mundial… sin la ONU

Muchos se preguntan: ¿cuántas guerras han sido detenidas por la intervención de la ONU? La respuesta real es: ninguna.

Por más esfuerzos que hagan las naciones para frenar las guerras, estos han sido un fracaso porque siempre existen intereses económicos individuales que se obtienen en las desgracias que suceden a los demás.

No en vano nuestro Señor Jesucristo vendrá en breve para castigar a los abusadores y a destruir a quienes destruyen la Tierra: “El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos… Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra” (Apocalipsis 11:15,18).

La clave para que la paz se establezca en todo el mundo es que exista una profunda reconciliación entre la humanidad con su Creador en primera instancia y que luego exista una verdadera reconciliación entre los mismos seres humanos. Que unos se interesen realmente por el bienestar de los otros realmente.

No existe ningún líder mundial que sea capaz de llevar a cabo este profundo proceso de cambio mental. Sólo el Creador tiene la capacidad de cambiar la naturaleza humana (Colosenses 1:17-21).

Tal como lo dijera el señor Antonio Guterres en la apertura de la Asamblea número 77 de Naciones Unidas: el mundo no debe hacerse ilusiones de alcanzar la paz, porque se encuentra en aguas turbulentas y se acerca un invierno de descontento mundial.

La sociedad y los líderes de las naciones fracasan y seguirán fracasando. El mundo tendrá que darle paso al verdadero instaurador de la tan anhelada paz. Se necesita el establecimiento de una organización mundial que traiga paz, bienestar y seguridad. Esta organización vendrá pronto y será liderada por Jesucristo mismo, a través de la instauración del Reino de Dios en la Tierra.

Si usted desea saber más acerca de cómo será aquel tiempo, descargue nuestro folleto gratuito “El mundo que vendrá: cómo será”. Este folleto lo guiará a usted a través de las Sagradas Escrituras a descubrir cómo será ese nuevo mundo y la parte que usted puede tener en él.

Sólo Jesucristo traerá la verdadera paz a las naciones y establecerá un solo gran gobierno que se hará cargo de las reales necesidades de la humanidad, sin intereses políticos ni corrupción alguna, sencillamente por amor genuino por toda la humanidad.

También le invitamos a leer nuestro artículo “La paz mundial: cómo vendrá”.

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La paz mundial: cómo vendrá

Por las consecuencias extenuantes de la guerra, el hombre ha anhelado la paz. La Biblia explica cómo va a llegar este tan deseado estado de tranquilidad.

Acerca del autor

Sergio Carvajal

Sergio Carvajal

Sergio Carvajal nació y vive en la ciudad de Santiago en Chile. Es casado con Vanesa Navarrete desde el año 2004. Tienen dos hijos varones, Sebastián y Tomás.

Sus padres llegaron a la Iglesia de Dios en el año 1975 cuando él tenía 3 años. La guía y ejemplo de ellos le sirvieron de fundamento para vivir esta vida con sentido y preparación para la nueva vida en el Reino de Dios.

Aprender a confiar y sostenerse en Dios cada día, como viendo al invisible, se ha convertido en su convicción más profunda. Mirando hacia atrás, y ver todas las experiencias que ha tenido en la vida, difíciles o no, han sido muy necesarias en la vida de Sergio y forman parte del propósito que Dios ha trazado para su vida.

Ha participado de los Clubes de Oratoria y Graduados desde el año 1986 hasta el presente. En el año 2019 fue ordenado diácono.

Sus hobbies son estar con la familia, escuchar buena música y cantar en el coro de su congregación.

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