Vida, Esperanza y Verdad

Enemigos de la fe: la duda

Por Ted Japhet

La duda hizo que Pedro se hundiera y puede menoscabar nuestra fe también. Pero las Escrituras son muy claras al decir que no existe ninguna duda de que Dios va a cumplir sus promesas.

El tercer enemigo de la fe del cual nos advierten es la duda.

¿Usted por qué duda?

Muchas personas conocen la historia de Pedro caminando sobre el agua.

Después de haber obrado un milagro y alimentar a 5.000 hombres junto con sus mujeres e hijos, Jesús despidió a la multitud. Después llevó a sus discípulos a una barca para que fueran pasando a la otra ribera mientras el oraba (Mateo 14:22-23).

Una tormenta surgió y empezó a sacudir la barca (v. 24). Durante la tormenta, Jesús se acercó caminando sobre las olas (v. 25). Los discípulos se espantaron (v. 26). Jesús se identificó (v. 27); y Pedro, con su personalidad impulsiva le pidió a Jesús que lo ayudara para que él también pudiera caminar sobre el agua.

Jesús simplemente le dijo: “Ven” (vv. 28-29).

Es posible que Pedro estuviera nervioso, pero con valentía saltó de la barca y fue caminando en dirección a Cristo. Pero al parecer el rugido del viento y el mar agitado lo pusieron nervioso y se comenzó a hundir (v. 30). Jesús lo tuvo que salvar para que no se ahogara.

“Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?” (Mateo 14:31, énfasis añadido).

¿Qué es la duda?

Según Dictionary.com, duda significa:

  1. No estar seguro de algo; considerar algo cuestionable o improbable; vacilar en creer;
  2. Desconfiar.

¿Cómo podemos tener fe en algo de lo que no estamos seguros o que cuestionamos como improbable? Si nos rehusamos a creer en algo o no confiamos en ello, seguramente es porque no tenemos fe en eso, ¿verdad?

La duda es nefasta para la fe.

El poder de la fe

Jesús les dio a sus discípulos muchos ejemplos del poder de la fe y de la importancia de sobreponerse a la duda.

“Por la mañana, volviendo a la ciudad, tuvo hambre. Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera. Viendo esto los discípulos, decían maravillados: ¿Cómo es que se secó en seguida la higuera? Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho” (Mateo 21:18-21, énfasis añadido).

Vemos que Él dice que debemos tener fe y no dudar. Ése es un problema para la mayoría de nosotros. Podemos pensar que tenemos fe, pero cuando llega el momento de la verdad la duda nos puede paralizar. La duda acaba con la fe.

Examinar las pruebas y crecer en la fe

Muchas escrituras proféticas tienen la intención de darle esperanza a los cristianos para el futuro. Tengamos en mente un par de ellas:

  • “Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria” (1 Pedro 5:4).
  • “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero” (1 Tesalonicenses 4:16).

Concéntrese en estas firmes promesas y en la certeza de que Dios dice que las va a cumplir —para nosotros, si le obedecemos a Dios con fe. Dios es Todopoderoso y su palabra es verdad.

Recuerde lo que escribió el autor del libro de Hebreos: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1, énfasis añadido).

¡La fe es evidencia! Es estar absolutamente convencidos de que las promesas de Dios, que nos han sido dadas a través de sus profetas y apóstoles, son sólidas como una roca y se aplican a todos y cada uno de los miembros del cuerpo de Cristo.

Siempre que la duda aparezca en nuestras mentes, debemos acudir a Dios para que nos ayude a fortalecer nuestra fe. Debemos mantener en mente escrituras que nos provean evidencia de las promesas de Dios.

Éste es el tercero de cuatro artículos de la serie “Enemigos de la fe”. Para leer la parte 2, lo invitamos a ver “Enemigos de la fe: el temor”. Para continuar leyendo la serie, lo invitamos a ver la parte 4 “Enemigos de la fe: el razonamiento humano”.

Para leer más acerca de la fe viva lo invitamos a ver nuestra sección “La fe: creer y agradar a Dios”.

Acerca del autor

Ivan Vera

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