Vida, Esperanza y Verdad

La lucha contra las obras de la carne: adulterio

Este artículo, el primero de una serie que trata las obras de la carne mencionadas en Gálatas 5:19-21, discute varias estrategias para combatir el adulterio.

Una de las partes más famosas de la Biblia es la lista del fruto del Espíritu que se encuentra en Gálatas 5:22-23. Estos dos versículos enumeran nueve frutos —o resultados— del Espíritu Santo obrando en la vida de un individuo.

Pero inmediatamente antes de esta lista hay otra lista llamada las obras de la carne (Gálatas 5:19-21). Esta lista es la antítesis directa del fruto del Espíritu, y describe características que se encuentran en un individuo que no está siendo guiado por el Espíritu Santo. Es importante entender las obras de la carne porque representan las mayores debilidades que todo cristiano debe vencer y eliminar de su vida.

Esta publicación da inicio a una serie de publicaciones que examinan las obras de la carne, con la esperanza de que la comprensión de estas obras de pecado ayude a los lectores a superar cualquiera de estas obras que pudieran estar presentes en su vida.

El problema del adulterio

La institución del matrimonio es comúnmente ridiculizada, desaconsejada, redefinida y minimizada en el mundo de hoy. No es una sorpresa que las tasas de divorcio sean tan altas. Esta primera obra de la carne se enfoca en una de las principales causas del divorcio: el adulterio.

Los matrimonios felices requieren esfuerzo —y la solución a los problemas en el matrimonio es trabajar diligente y amorosamente para mejorar las cosas.El adulterio incluye pensamientos persistentes (generalmente de carácter sexual), así como acciones que son desleales hacia el cónyuge. Ocurre cuando uno o ambos en una unión matrimonial buscan la satisfacción sexual y emocional fuera del matrimonio. Esta obra de la carne destruye completamente los matrimonios y hace que lo que debiera ser una relación satisfactoria entre marido y mujer se deteriore.

Para entender por qué el adulterio es tan atractivo, primero tenemos que analizar algunas de las muchas mentiras que la sociedad ha usado para excusar la infidelidad a los votos matrimoniales de la persona.

Las mentiras acerca del adulterio

Mentira No. 1: “Los matrimonios necesitan algo más. Es ridículo pensar que las personas puedan satisfacer todas sus necesidades sexuales con una sola persona. No fuimos hechos de esa manera.”

Esta mentira desconecta el sexo del amor y el matrimonio. Hace que los seres humanos parezcan animales, con impulsos sexuales incontrolables. Jesucristo, por otro lado, enseñó que la unión sexual en el matrimonio hace que una pareja sea “una sola carne” (Marcos 10:8). Una relación matrimonial se consolida cuando todos los factores son fuertes: la conexión emocional, la amistad, el amor profundo y la unión sexual. La idea de que las personas tienen necesidades sexuales que deben ser satisfechas fuera del matrimonio es una malinterpretación del don del sexo.

Mentira No. 2: “Los matrimonios pueden ser restrictivos. Si usted está insatisfecho en su matrimonio actual y otra persona entra en su vida y es su verdadera ‘alma gemela’, es mejor deshacerse del cónyuge que lo retiene y estar con la persona que realmente lo puede hacer feliz”.

La raíz de esta mentira es que las personas culpan a la institución del matrimonio —en lugar de a sí mismos— de las deficiencias en sus vidas. Si alguno no está satisfecho en su matrimonio, la solución es trabajar para mejorar uno mismo y el matrimonio. Los matrimonios felices requieren esfuerzo —y la solución a los problemas en el matrimonio es trabajar diligente y amorosamente para mejorar las cosas.

Uno de los engaños más grandes de Satanás es definir la relación matrimonial como una cárcel. Es un hermoso compromiso que debe adquirirse libre y sabiamente. Ésta es una de las razones por las que es tan importante conocer verdaderamente a la persona antes de entrar en el pacto matrimonial.

Estrategias para combatir el adulterio

La clave para prevenir el adulterio es fortalecer su matrimonio y estar consciente de las posibles amenazas al matrimonio. Aquí hay algunas estrategias para tener en cuenta:

  1. No permita que otros definan su matrimonio. No le crea a cualquier amigo inconforme o divorciado amargado que le hable acerca del matrimonio, decida por usted mismo. ¡Use la instrucción bíblica y sus pautas! El matrimonio puede proporcionar la mayor alegría humana posible disponible para nosotros, si trabajamos en ello. Podemos tener la relación sexual más satisfactoria que podamos imaginar dentro del matrimonio, si trabajamos en ello. La sociedad puede burlarse del matrimonio todo lo que quiera, pero en última instancia, nosotros determinamos lo que serán nuestros matrimonios. Celebre cada pequeño éxito y aventura en el matrimonio, porque hay muchos todos los días que damos por sentado.
  2. Esté atento a las señales de alerta temprana y hable. Aunque sea un tema incómodo y muy delicado para uno o ambos cónyuges, hablen de su relación sexual. El adulterio se esconde en secretos y tentaciones, y a menudo es precipitado por el descontento. Discutan también las necesidades emocionales, ya que no todos los asuntos y roces con el adulterio se originan en el ámbito sexual. Cualquier cosa que usted decida ocultarle a su cónyuge es una señal de alerta automática que necesita ser analizada. Es mejor avergonzarse de los pensamientos peligrosos de inmediato que tener que ser sincero sólo después de años de adicción a la pornografía o después de una aventura. Nuestro matrimonio está en peligro si no podemos hablar abiertamente de sexo con nuestro cónyuge.
  3. Despreciar y aborrecer el adulterio por sus consecuencias. El adulterio, ya sea en pensamiento o en acción, debilita y puede destruir un matrimonio y la unidad familiar. También degrada completamente lo que Dios quiere que aprendamos de la unión matrimonial (Efesios 5:22-32). Además de todas esas consecuencias negativas del adulterio: “Mas el que comete adulterio es falto de entendimiento; Corrompe su alma el que tal hace” (Proverbios 6:32). El egoísmo y la infidelidad que acompañan al adulterio destruyen el carácter de un individuo. Todas estas son razones para odiar el adulterio y evitarlo a toda costa.

Aunque la lista de las obras de la carne no implica necesariamente un orden, es interesante que la primera sea el adulterio. Tal vez esto se deba a la destrucción que la trasgresión del séptimo mandamiento causa en tantas vidas.

¡Evite el adulterio en todas sus formas a toda costa!

A continuación, hay más material acerca de los temas tratados en esta publicación:

Ésta es la primera de una serie de diecisiete partes acerca de la lucha contra las obras de la carne. Para la parte 2 de esta serie, ver “Sexo fuera del matrimonio”.

Acerca del autor

Eddie Foster

Eddie Foster

Eddie Foster nació en Ohio, y después de vivir en varias partes del noreste de los Estados Unidos, una vez más vive en Ohio, probablemente de manera definitiva esta vez. Vive en el área de Dayton con su esposa, Shannon, y su hija, Isabella. Ellos asisten a la congregación de la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial de Cincinnati/Dayton.

Eddie es graduado en ciencias de la educación infantil de la primera y segunda infancia del Bluefield State College (West Virginia) y una maestría en patología del habla y el lenguaje de la Universidad de Cincinnati. Trabaja en escuelas públicas, atendiendo a estudiantes de primaria y secundaria con impedimentos de habla y lenguaje y tambien a niños con otras discapacidades.

También le gusta escribir, especialmente sobre temas que ayudan a la gente a luchar y ganar la batalla contra los pecados, que él cree son la causa principal de la miseria. Es un apasionado en compartir los métodos de “cómo hacerlo” y los conocimientos que ha aprendido mientras pelea sus propias batallas para vencer el pecado y aprender del Dios de amor y sabiduría.

En su tiempo libre, disfruta viendo películas épicas de ciencia ficción. También le gusta el debate respetuoso de diferentes ideas, el jazz y el ritmo y los blues de los 70´s, escribir poesía y tratar de llevar alegría a la gente a través de la risa.

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