La lucha contra las obras de la carne: homicidios
En la decimoquinta publicación de esta serie acerca de las obras de la carne, vamos a discutir varias estrategias para desarrollar un mayor respeto por la santidad de la vida humana.
Usted se estará preguntando por qué un sitio web que se basa en la Biblia publica en su blog un artículo acerca del homicidio. Al parecer nuestro público no es de aquellos que matan a otras personas. Pero, como veremos, el tema del homicidio abarca muchas más cosas que matar sin piedad a otra persona.
El acto físico del homicidio —ya sea asesinato a sangre fría, un aborto o dispararle a un enemigo en el campo de batalla— es en realidad un pecado. Una acción homicida en todas sus formas es incompatible con el cristianismo —sin importar que algunos traten de justificarlo, racionalizarlo o normalizarlo.
Pero la Biblia define el homicidio en términos muy amplios. De hecho, clasifica el sentimiento de odio como un homicidio (1 Juan 3:15). Esta publicación va a analizar desde un “panorama general” el homicidio —el desprecio por la santidad de la vida, desde la idea en la mente hasta las acciones.
Mentiras acerca de los homicidios
Mentira 1: “La violencia en la televisión, en el cine y en los videojuegos es inofensiva”.
Es un hecho que los militares entrenan a sus soldados en el arte de matar, por medio de videojuegos en los que el tirador está en primera persona. El punto es hacerlos menos sensibles al sentimiento de matar a otro ser humano. Esto se llama desensibilización.
Dios creó la vida humana y tiene el derecho exclusivo de decidir cuándo termina.
Esto debería hacer que los padres se detuvieran a pensar. Algunos padres permiten que sus hijos adolescentes (e incluso los preadolescentes) pasen horas jugando juegos en los que el jugador abre fuego con ametralladoras en áreas llenas de gente, golpea las cabezas de extraños con bates de béisbol, atropella a la gente con autos y apuñala a la gente con espadas. Si les preguntan a muchos de esos niños cuál es su parte favorita en estos juegos, algunos dirán: “Tienes la oportunidad de matar gente”. Que un juego se convierta en una matanza no es normal ni inofensivo. En realidad, es extremadamente perjudicial en muchos aspectos.
“¡Pero son sólo píxeles! No estoy lastimando a nadie en realidad”. Pero la glorificación del homicidio digital le hace daño a alguien (incluso si nunca se hace en la vida real). Perjudica la mente del jugador porque disminuye su respeto por la vida humana.
Para más información acerca de los peligros de los videojuegos violentos, lea “El lado oscuro de los video-juegos”.
Mentira No. 2: “La gente puede decidir quién vive y quién muere”.
Dos de los componentes más importantes de un buen carácter —el amor y la compasión— son totalmente incompatibles con esta mentira. ¿Por qué tanta gente que se opone al aborto parece no tener ningún problema con que los soldados se maten entre sí en la guerra? ¿Por qué es tantas personas que se oponen a la pena de muerte y a la violencia armada no ven ningún problema en matar a niños que no han nacido?
El verdadero problema es que la gente no acepta que Dios creó la vida humana y tiene el derecho exclusivo de decidir cuándo termina. Ignoran al Dios de toda misericordia y sabiduría, que conoce perfectamente cada situación y es capaz de resucitar a cualquier persona. La clave para vencer esta mentira es aceptar totalmente a Dios como el dador de la vida (Job 33:4). Aquellos que interiorizan profundamente este concepto son muy sensibles ante cualquier forma de homicidio.
Estrategias para respetar la santidad de la vida
1. Reconocer la glorificación de los homicidios y rechazarla.
Un buen punto de partida es utilizar la sabiduría a la hora de elegir el entretenimiento. Honestamente hablando, esto puede requerir que nos deshagamos de algunas formas de entretenimiento que glorifican el homicidio. Esto requiere fuerza de carácter y convicción de conciencia. Incluso una buena historia con buenos gráficos no debería convertirse en una racionalización para interpretar a un personaje digital que mata a otros personajes digitales. Deshágase de ellos y esfuércese por encontrar formas de entretenimiento que no dependan continuamente de la violencia. ¡Hay muchos para elegir!
2. Ver a todas las personas como futuros miembros de la familia de Dios.
El plan de Dios es totalmente contrario a los homicidios —un mundo que vive en paz y seguridad bajo las leyes de Dios. Una de las profecías más descriptivas de la venida del Reino de Dios se encuentra en Isaías 11:9: “No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento del Eterno, como las aguas cubren el mar”.
Cuando Cristo gobierne la Tierra, se le va a enseñar a todos que la vida humana es valiosa. La idea de que matar puede ser admisible en ciertas circunstancias va a desaparecer. Toda vida es preciosa para Dios. Incluso se preocupa por la gente que hoy vive totalmente en contra de sus normas. Los cristianos deben acoger estas normas de amor y compasión ahora.
Para aprender más acerca de este tiempo de paz en el futuro, lea “No se adiestrarán más para la guerra”.
3. Aprenda a aborrecer y a despreciar los homicidios tanto como sea posible
Cristo llamó a Satanás “homicida desde el principio” (Juan 8:44). Los cristianos debemos aborrecer el homicidio porque nos hace pensar como Satanás y rechazar la autoridad de Dios para dar y quitar la vida. Ver como algo insignificante o simplemente como entretenimiento la muerte de una persona, debería hacer reaccionar nuestra conciencia.
Pongamos siempre los homicidios y los pensamientos homicidas en la categoría correcta: una obra de la carne que viola el Sexto Mandamiento.
Para más información acerca del tema del homicidio, lea los siguientes artículos:
Ésta es la decimoquinta de una serie de diecisiete partes: “La lucha contra las obras de la carne”. Para leer la parte 14, ver “Envidias”. Para continuar la serie, vea la parte 16 “Borracheras”.
Fecha de publicación: Marzo 3, 2015