Medite en estas cosas: “Si hay virtud alguna”.

El siguiente aspecto para meditar en Filipenses 4:8 es la virtud. La virtud puede ser difícil de encontrar en un mundo lleno de egoísmo y pecado, pero está ahí y debemos encontrarla.

Al examinar cada punto de meditación que Pablo incluyó en Filipenses 4:8, podemos deducir una lista de cosas en las que debemos evitar meditar: mentiras, deshonra, impureza, parcialidad, hipocresía, etcétera.

El siguiente punto para meditar en esta serie, resume lo opuesto de todas las cosas malas: la virtud.

La virtud puede ser demostrada por un padre adoptivo que dedica tiempo y esfuerzo a ayudar a un niño a tener una oportunidad decente en la vida.

Puede demostrarla un director ejecutivo que se niega a mentir acerca de por qué se están haciendo recortes en el empleo y que sacrifica parte de su propia riqueza para asegurarse de que la gente siga teniendo trabajo.

Cuando estamos rodeados de codicia y egoísmo, con todos los humanos buscando ser el número 1, ¿dónde podemos encontrar la virtud?

¿Qué significa virtud?

Thayer y Strong describen la palabra griega traducida como "virtud" de esta manera: hacer algo correctamente, un acto de gracia, valor, excelencia moral o bondad. La virtud es esencialmente elegir hacer lo correcto, independientemente de las presiones y situaciones difíciles. También podríamos llamarlo integridad.

Se espera que los cristianos escapen de los deseos del mundo, añadiendo virtud a la fe y a la virtud conocimiento (2 Pedro 1:2-5). El valor de ser virtuoso está muy por encima de cualquier piedra preciosa (Proverbios 31:10). Las personas virtuosas obtendrán una reputación positiva, incluso entre personas a las que nunca han conocido (Rut 3:11).

La virtud puede mostrarse en muchos ámbitos diferentes de la vida, pero generalmente surge por una oportunidad o tentación. Por ejemplo, la virtud se muestra por:

La virtud es esencialmente elegir hacer lo correcto, independientemente de las presiones y situaciones difíciles.

  • Sentarse solo en casa para escribir un correo electrónico amable a alguien cuando existe la tentación de ver pornografía.
  • Hacer actos de bondad por los demás cuando no es necesario.
  • Mantener nuestra fe y convicciones cuando la presión o una situación difícil nos tienta a ceder.

Entonces, la virtud se puede dar cuando uno está solo en una habitación, hablando con amigos o en situaciones altamente estresantes. La integridad a menudo se describe como hacer lo correcto cuando nadie está mirando. Pero se podría agregar más a eso: podríamos decir que la integridad es pensar, hablar y hacer lo correcto sin importar el estrés o la tentación que surja.

La verdadera virtud se muestra cuando somos probados para hacer lo contrario. La virtud no es sólo un ejercicio académico, sino lo que elegimos para hacer cuando una situación se complica.

Veamos algunas formas de pensar y hablar lo que es virtuoso.

1. Pensar lo que es virtuoso

Para pensar lo que es virtuoso, procure evitar:

  • Perversidad, o permitir que pensamientos sobre lo que está mal y lo que no es saludable aniden en nuestras cabezas. Hay muchos rincones oscuros de Internet y el mundo del entretenimiento (incluida la música, las películas y los programas de televisión) que existen para celebrar lo contrario a la virtud. Involucrarse en estas áreas oscuras para entretenerse puede llevar a una perspectiva distorsionada que trata etiquetar a la perversidad como virtud (Romanos 1:20-31).
  • Elaborar planes y maquinaciones para lograr objetivos (Proverbios 6: 16-19). La paciencia, el trabajo duro, el apoyo a los demás, la bendición de Dios y el tiempo y la oportunidad son factores normales en el esfuerzo por alcanzar las metas en nuestras vidas. Sin embargo, no hay virtud en la ambición egoísta (Filipenses 2:3) o en hacer las cosas deshonestas para obtener beneficios (Tito 1:11).

Para pensar lo que es de virtuoso esfuércese por abrazar:

  • La vida de Jesucristo, que fue el ejemplo perfecto de virtud. Cristo sintió todo el peso de las tentaciones, situaciones y circunstancias de la vida, que a menudo llevan a las personas a comprometer la virtud. Él dio el ejemplo perfecto de cómo mantenerse virtuoso a pesar de todo (Hebreos 4:15), a la vez que mostraba compasión y empatía por los demás.
  • Los ejemplos bíblicos de personas comunes, que demostraron un comportamiento virtuoso. Podríamos meditar en cómo Moisés renunció al placer pasajero del pecado para ser virtuoso (Hebreos 11:25). O cómo los profetas de Dios hablaron virtuosamente el mensaje de Dios a riesgo de sus propias vidas, al igual que Micaías (1 Reyes 22:1-28) o Zacarías (2 Crónicas 24:20-22). Otro excelente ejemplo es el patriarca José.
     
  • Ejemplos modernos e historias alentadoras de comportamiento virtuoso, en medio de las presiones. Necesitamos combatir los pensamientos ansiosos e irracionales que bombardean nuestra mente, diciéndonos que no podemos permitirnos ser virtuosos. Tener una biblioteca mental de ejemplos de personas comunes que muestran virtud puede ayudarnos a combatir ese pensamiento.

     Puede leer acerca de personajes que fueron buenos ejemplos, en nuestra sección “Mujeres de fe” de Vida, Esperanza y Verdad.

2. Hablando lo que es virtuoso

Para hablar lo que es virtuoso, evite:

  • Quejarse y discutir sobre asuntos pequeños e insignificantes (Filipenses 2:14). Cuando nos quejamos y discutimos con frecuencia, la virtud es lo último que expresamos. El discurso virtuoso es lo que eleva una conversación y hace que la gente se ría o se anime. ¿Con qué frecuencia un festival de quejas o una discusión hace esto?
  • Hablar de nosotros mismos. El orgullo y la arrogancia (que no son virtudes) pueden presentarse de muchas formas, pero la más notable es hacer sonar nuestra propia bocina en público (Proverbios 27:2). Si cada historia que contamos es acerca de nuestros logros o conocimiento, eso sería un problema. Ser humilde es un atributo importante de la virtud. ¿Presumimos, alardeamos o dominamos la conversación porque en el fondo sentimos que nuestras palabras son más importantes que lo que otros tienen que decir?

     Para obtener más información sobre la necesidad de ser humildes, lea “¿Qué pide Dios de nosotros? Humillarnos”.

Para hablar lo que es virtuoso, abrace:

  • Defender lo que es correcto, cuando se enfrenta a lo que es incorrecto. Cuando alguien en un grupo haga una broma o un comentario inapropiado, no se ría ni asienta con la cabeza. Diga, “No estoy de acuerdo” o cortésmente despídase. O, tal vez, puede hablar con la persona en privado y, con delicadeza, hágale saber sus preocupaciones sobre lo que se dijo.

    Ser virtuoso al hablar significa defender lo que es correcto en lugar de permanecer en silencio ante el mal. Se necesita sabiduría, discernimiento y valor, que Dios nos dará si se lo pedimos (Santiago 1:5).
  • La mentalidad y el objetivo de edificar a otros. Nuestra conversación será virtuosa si nos comprometemos a hablar palabras de aliento o favorables hacia los demás (Efesios 4:29). Nuestras palabras deben usarse para ayudar y animar a otros a hacer lo que es correcto.

    Imagínese a un amigo cariñoso que muestra empatía e ingenio para ayudar a una persona que está hundida hasta el cuello en una adicción dañina, en lugar de un farisaico sabelotodo que lo regaña e insulta.

     La diferencia es la virtud.

Haga lo que es virtuoso

La Biblia contiene varias listas de conductas virtuosas para que podamos saber qué hacer (Efesios 4:17-32; Colosenses 3:12-17; 2 Pedro 1:5-7) para reemplazar lo que no debemos hacer (Gálatas 5:19-21). Necesitamos estar muy familiarizados con los rasgos de carácter en estas listas para que podamos ponerlos en práctica en nuestra vida diaria.

Con una conciencia adecuada, podemos trabajar para prever las tentaciones y desafíos a nuestra virtud antes de que sea demasiado tarde. Podemos planificar con anticipación para evitar situaciones que pongan en peligro nuestra integridad.

Medite en lo que es virtuoso

Cuando pensamos en nuestro mundo, es importante pensar en lo que es bueno y correcto, para que se convierta en el filtro moral de nuestra mente. Pensar profundamente en lo que muestra integridad y virtud nos ayudará a protegernos de los ataques internos y externos.

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Acerca del autor

Eddie Foster

Eddie Foster

Eddie Foster nació en Ohio, y después de vivir en varias partes del noreste de los Estados Unidos, una vez más vive en Ohio, probablemente de manera definitiva esta vez. Vive en el área de Dayton con su esposa, Shannon, y su hija, Isabella. Ellos asisten a la congregación de la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial de Cincinnati/Dayton.

Eddie es graduado en ciencias de la educación infantil de la primera y segunda infancia del Bluefield State College (West Virginia) y una maestría en patología del habla y el lenguaje de la Universidad de Cincinnati. Trabaja en escuelas públicas, atendiendo a estudiantes de primaria y secundaria con impedimentos de habla y lenguaje y tambien a niños con otras discapacidades.

También le gusta escribir, especialmente sobre temas que ayudan a la gente a luchar y ganar la batalla contra los pecados, que él cree son la causa principal de la miseria. Es un apasionado en compartir los métodos de “cómo hacerlo” y los conocimientos que ha aprendido mientras pelea sus propias batallas para vencer el pecado y aprender del Dios de amor y sabiduría.

En su tiempo libre, disfruta viendo películas épicas de ciencia ficción. También le gusta el debate respetuoso de diferentes ideas, el jazz y el ritmo y los blues de los 70´s, escribir poesía y tratar de llevar alegría a la gente a través de la risa.

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