Medite en estas cosas: “Todo lo que es verdadero”

Con esto comienza una serie de artículos acerca de lo que Filipenses 4:8 nos dice que meditemos. En esta publicación examinaremos lo que significa meditar en "todo lo que es verdadero”.

Cuando Pablo escribió a la Iglesia en Filipos, les aconsejó sobre a qué dedicar su tiempo. Les dijo a los filipenses que meditaran en ocho cosas específicas. Estas son cosas en las que se debe pensar interna y profundamente.

En esta serie daremos un vistazo a cada una de estas ocho cosas y exploraremos por qué debemos meditar en ellas en este tiempo.

Lo primero que dijo Pablo en qué debemos meditar fue “todo lo que es verdadero” (Filipenses 4:8).

Está bien, pero, ¿qué es la verdad?

Poncio Pilato hizo la misma pregunta cuando habló cara a cara con Jesucristo. Jesús acababa de decirle a Pilato que su propósito divino incluía dar “testimonio a la verdad” (Juan 18:37).

Después de escuchar esto, Pilato le preguntó: “¿Qué es la verdad?” (versículo 38). 

Hoy en día, hay muchas supuestas "verdades" para todos. Existe la verdad personal, formada por percepciones y experiencias más que por la observación objetiva. Hay una verdad estadística que se puede sesgar de un modo u otro para unir una narrativa ideológica. Incluso hay imágenes y videos falsos pagados y considerados verdaderos. A Benjamín Franklin se le atribuye haber dicho: "Una verdad a medias a menudo es una gran mentira".

Pero, ¿sobre qué verdad debemos meditar?

¿Qué significa la verdad?

Para comenzar respondiendo la pregunta de Pilato, la verdad es lo que es real. La palabra griega traducida como “verdadero” en Filipenses 4:8 se refiere a lo que no se esconde o no se oculta.

La mentira puede ser mucho más popular que ponernos a meditar y centrarnos en las complejidades de la verdad. Como dijo George Bernard Shaw: “Si quieres decirle a la gente la verdad, hazlos reír, de lo contrario te matarán”.

Para los cristianos, meditar en la verdad revelada por Dios en la Biblia, puede tener un impacto profundo en su vida diaria.La Biblia afirma ser la Palabra de Dios y también la fuente de la verdad (Juan 17:17). Incluso afirma que la verdad que contiene puede hacernos libres (Juan 8:32).

Muchos en el mundo están en desacuerdo. Pero para los cristianos, meditar en la verdad revelada por Dios en la Biblia, puede tener un impacto profundo en su vida diaria.

En su libro Change Your Brain, Change Your Life (Cambie su cerebro, cambie su vida), Daniel G. Amen MD enfatiza cómo una perspectiva espiritual que va más allá de nosotros mismos es vital para la salud general del cerebro. En prácticamente todos los estudios acerca de este tema, se encontró que era imperativo que el paciente se concentrara en lo que es verdadero (luchando contra los pensamientos irracionales o los patrones de pensamiento falsos) y que eso se viera influido por la búsqueda de un sentido profundo de propósito espiritual.

Cuando meditamos en la verdad, ésta debería afectar lo que pensamos, decimos y hacemos. Aquí hay algunas sugerencias sobre lo que hay que evitar y lo que hay que adoptar cuando se trata de pensar y decir la verdad.

1. Pensar en lo que es verdadero

Para pensar en lo verdadero, debemos evitar:

  • Teorías conspirativas sobre historia o política que contengan hechos suficientes para engancharse a un estudio cada vez más profundo, pero que terminan siendo sólo algo sin una conclusión real. Estas teorías a menudo son alimentadas por cobertura de noticias las 24 horas, podcasts y blogs que brindan un suministro ilimitado de asesinatos, crímenes, codicia y "verdad" mezclados con (en el mejor de los casos) suposiciones indemostrables. Estas teorías suelen centrarse en temas que nos harán sentir deprimidos, ansiosos o enojados.
  • La inmersión en mundos de fantasía de videojuegos, universos cinematográficos, series de libros y otros entretenimientos ficticios que están más cerca de la obsesión que un pasatiempo o interés sanos. No es saludable pasar grandes cantidades de nuestro tiempo en mundos de fantasía en lugar de en la realidad.
  • Definir la verdad utilizando sólo nuestra investigación favorita, fuentes de noticias sesgadas, interpretaciones personales de los hechos o nuestra visión personal del mundo.

Para pensar en lo verdadero, esfuércese por abrazar:

  • Pasar el tiempo adecuado con la Biblia para conocer la verdad que Dios revela y quiere que entendamos (1 Tesalonicenses 2:13).
  • Practicar la empatía y ver las cosas desde el punto de vista del otro, de modo que podamos salir de nuestros propios sesgos y prejuicios. Tenemos más posibilidades de entender la verdad cuando vemos más allá de nuestra estrecha perspectiva personal, que se basa en nuestras experiencias e intereses limitados.
  • Buscar una variedad de fuentes con diferentes perspectivas con respecto a eventos históricos reales y actuales. También es útil darse cuenta de que la visión oscura del mundo que vemos en las noticias no es la imagen completa.

2. Hablar lo que es verdadero

Para decir lo que es verdadero, evite:

  • Tratar de convertirse en un experto (hecho a sí mismo) en un tema del que realmente sabe poco. Es útil reconocer que es posible que sólo tengamos un lado particular de la historia.
  • Estar motivado por nuestro propio orgullo, prejuicio o parcialidad para convencer a otros de cosas que no sabemos si son ciertas. Podemos hacer que otros tropiecen cuando nos sentimos obligados a difundir “nuestra verdad” (Marcos 9:42).

Para decir lo que es verdadero, abrace:

  • Hablando siempre la verdad a nuestro prójimo (Efesios 4:25). Nuestro hablar será veraz cuando estemos meditando y pensando en cosas veraces. Debemos recordar que Dios ve la mentira y el engaño como una abominación (Proverbios 6:16-17, 19). Esto debería hacernos pensar con más cuidado en nuestras palabras. También debería llevarnos a disculparnos o corregirnos rápidamente si nos sorprendemos estirando o torciendo la verdad.

Siempre es mejor decir la verdad en lugar de utilizar la adulación o mentiras para evitar el dolor a la gente. Si necesitamos hablarle a alguien con palabras incómodas de la verdad, siempre podemos hacer todo lo posible para usar el tacto y la amabilidad en lugar de recurrir a las mentiras. A veces podemos no decir nada, pero cualquier cosa que digamos debe ser siempre veraz.

Para obtener más información acerca de la verdad, lea “¿Mentir o decir la verdad?”.

Haga lo verdadero

Al pensar y decir lo que es verdadero, nos guiamos a nosotros mismos a hacer lo que es verdadero. También vivimos la verdad al tratar a todas las personas con amor y compasión, y no recurriendo nunca a deshumanizar o devaluar a los demás.

Si no utilizamos la definición bíblica de verdad y error, nos encontraremos viviendo cualquier tipo de “verdad”, que será una mezcla de verdad y error, y nos haremos mucho daño a nosotros mismos y a los demás.  

Meditar sobre lo que es verdadero

Pensar en lo verdadero llenará nuestras mentes de esperanza y ánimo. La verdad —en oposición a una falsa o barata imitación de la verdad-- trae paz y satisfacción a nuestras vidas.

“Todo lo que es verdadero” es sólo la primera en la lista del apóstol Pablo de ocho cosas para meditar. En nuestra próxima entrega, examinaremos el pensamiento sobre “todo lo que es honesto” (Filipenses 4:8).

Para aprender más acerca de la verdad, lea “Hablar la verdad en amor”.

Sepa más

¿Qué es la verdad?

¿Es la verdad absoluta o varía según las circunstancias y opiniones? ¿Es acaso tan solo una cuestión filosófica? ¿Qué es la verdad según la Biblia?

Acerca del autor

Eddie Foster

Eddie Foster

Eddie Foster nació en Ohio, y después de vivir en varias partes del noreste de los Estados Unidos, una vez más vive en Ohio, probablemente de manera definitiva esta vez. Vive en el área de Dayton con su esposa, Shannon, y su hija, Isabella. Ellos asisten a la congregación de la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial de Cincinnati/Dayton.

Eddie es graduado en ciencias de la educación infantil de la primera y segunda infancia del Bluefield State College (West Virginia) y una maestría en patología del habla y el lenguaje de la Universidad de Cincinnati. Trabaja en escuelas públicas, atendiendo a estudiantes de primaria y secundaria con impedimentos de habla y lenguaje y tambien a niños con otras discapacidades.

También le gusta escribir, especialmente sobre temas que ayudan a la gente a luchar y ganar la batalla contra los pecados, que él cree son la causa principal de la miseria. Es un apasionado en compartir los métodos de “cómo hacerlo” y los conocimientos que ha aprendido mientras pelea sus propias batallas para vencer el pecado y aprender del Dios de amor y sabiduría.

En su tiempo libre, disfruta viendo películas épicas de ciencia ficción. También le gusta el debate respetuoso de diferentes ideas, el jazz y el ritmo y los blues de los 70´s, escribir poesía y tratar de llevar alegría a la gente a través de la risa.

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