¿Qué pide Dios de nosotros? Amar misericordia

El segundo de los requisitos de Dios para la humanidad que están registrados en Miqueas 6:8 es: amar misericordia. ¿Cómo podemos hacer esto cuando se supone que también debemos ser justos y equitativos?

Después de instruirnos a “hacer justicia”, lo siguiente que Dios nos pide que hagamos es: “amar misericordia” (Miqueas 6:8).

Parece que ahora nos piden que hagamos algo contrario a lo que es justo y equitativo. Se espera que optemos por la misericordia.

Para ilustrar, pensemos en los siguientes ejemplos. ¿A quién preferiría que se le hiciera justicia? ¿Quién debería recibir misericordia?

  1. Una persona me insulta en el trabajo a mis espaldas, y puedo hacerlo despedir por esto.
  2. Yo insulto a una persona a sus espaldas, y esta persona puede hacer que me despidan por esto.

Para la opción B, es mucho más fácil para nosotros decir, “¡Me encantaría ver misericordia en este caso!”. Para la opción A, es más fácil abordarla con una actitud de “juicio justo y equitativo”. No obstante, Dios quiere que pensemos de una forma diferente. Él quiere que mostremos misericordia con las personas mientras que hacemos lo que es justo y equitativo.

El misericordioso obtendrá misericordia

“Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia” (Mateo 5:7).

La misericordia se puede definir de varias maneras, pero su base está en el perdón. Perdonar a las personas por sus equivocaciones con nosotros es uno de los temas centrales de las enseñanzas de Jesucristo acerca de las relaciones humanas.

Perdonar a las personas por sus equivocaciones con nosotros es uno de los temas centrales de las enseñanzas de Jesucristo acerca de las relaciones humanas.En Mateo 6:12, el ejemplo de Cristo acerca de cómo orar incluye pedirle a Dios “perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”. Luego en el versículo 14, manifiesta que los dos dependen el uno del otro. Si queremos que Dios nos perdone, debemos perdonar a los demás.

Pero, ¿significa la misericordia que la justicia y la equidad simplemente son desechadas? En ninguna manera. Reconocer que la justicia y la equidad han sido vulneradas, es necesario hacerlo antes de que la misericordia y el perdón se pueden poner en práctica. Dios, en su inmensa misericordia, les da tiempo a todas las personas para que se arrepientan (Apocalipsis 2:21), pero a aquellos que no están dispuestos a aceptar esa misericordia y a esforzarse por cambiar, no se les va a permitir arruinar las vidas de otras personas para siempre. Cuando la misericordia y el perdón se ignoran y desprecian continuamente, entonces en algún momento esa cuenta se debe saldar.

Sin embargo, amar misericordia significa que no queremos que nadie tenga que saldar esa cuenta. Nuestro deseo debe ser que todas las personas se arrepientan de ser injustos y arbitrarios, así como es el deseo de Dios (2 Pedro 3:9). Amar misericordia también nos da una tranquilidad asombrosa de que Dios nos perdona.

¿Por qué esto es un requisito?

“Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso” (Lucas 6:36).

Al igual que cuando hacemos justicia, la misericordia es otro requisito simplemente porque es una característica del carácter de Dios: Él es misericordioso. En lugar de ejecutar el castigo justo y equitativo por nuestros pecados (la muerte), Dios, de manera misericordiosa, envió a su hijo para que recibiera ese castigo. La misericordia fue la motivación de ese asombroso y valeroso sacrificio.

La misericordia es un requisito porque Dios quiere que esa abundante y constante misericordia que nos da se manifieste en nuestras interacciones con los demás. Como seres humanos que cometemos cualquier cantidad de errores y hacemos cosas injustas y arbitrarias, necesitamos desesperadamente misericordia y perdón.

¿Cómo podemos estar seguros de que estamos cumpliendo con este requisito?

  1. Permitamos que Dios tome venganza mientras que nosotros practicamos la misericordia. Amar misericordia es confiar que las cosas injustas y arbitrarias que suceden van a ser rectificadas, ya que la venganza le pertenece a Dios (Salmos 94:1; Hebreos 10:30). Esto no significa que nos quedamos sentados siempre pasivamente sin hacer nada mientras que se cometen injusticias a nuestro alrededor, pero si se refiere a que nuestra respuesta debe ser la misericordia y no la venganza. Debemos amar a nuestros enemigos, no vengarnos de ellos. Amar misericordia significa confiar en el juicio perfecto y misericordia de Dios —ya que Él conoce cada situación y cada persona mucho mejor que nosotros. Confiamos en que Él se va a ocupar misericordiosamente de las personas de la mejor manera posible.
  2. Continúe mostrando misericordia aunque no lo hagan con usted. Jesús, cuando estaba siendo crucificado, impidió que sus seguidores utilizaran la violencia para protegerlo y le pidió a Dios que perdonara a los que lo estaban crucificando (Lucas 23:34). Es útil ver a cada ser humano con el que tenemos contacto, como un ser que necesita misericordia tanto como nosotros la necesitamos. ¿No estamos muy agradecidos con Dios de que no nos trate conforme a nuestros pecados y lo que merecemos (Salmos 103:10)? En lugar de concentrarnos en lo que merecen los demás, ocupamos mejor nuestro tiempo si le agradecemos a Dios por su misericordia para con nosotros.

Amar misericordia cuando lo único que queremos es un ajuste de cuentas es tan desafiante como hacer lo que es justo y equitativo consistentemente. Sin embargo, la Biblia nunca dice que los requisitos de Dios son simples y fáciles.

¡Amar misericordia!

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Acerca del autor

Eddie Foster

Eddie Foster

Eddie Foster nació en Ohio, y después de vivir en varias partes del noreste de los Estados Unidos, una vez más vive en Ohio, probablemente de manera definitiva esta vez. Vive en el área de Dayton con su esposa, Shannon, y su hija, Isabella. Ellos asisten a la congregación de la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial de Cincinnati/Dayton.

Eddie es graduado en ciencias de la educación infantil de la primera y segunda infancia del Bluefield State College (West Virginia) y una maestría en patología del habla y el lenguaje de la Universidad de Cincinnati. Trabaja en escuelas públicas, atendiendo a estudiantes de primaria y secundaria con impedimentos de habla y lenguaje y tambien a niños con otras discapacidades.

También le gusta escribir, especialmente sobre temas que ayudan a la gente a luchar y ganar la batalla contra los pecados, que él cree son la causa principal de la miseria. Es un apasionado en compartir los métodos de “cómo hacerlo” y los conocimientos que ha aprendido mientras pelea sus propias batallas para vencer el pecado y aprender del Dios de amor y sabiduría.

En su tiempo libre, disfruta viendo películas épicas de ciencia ficción. También le gusta el debate respetuoso de diferentes ideas, el jazz y el ritmo y los blues de los 70´s, escribir poesía y tratar de llevar alegría a la gente a través de la risa.

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