¿Qué pide Dios de nosotros? Hacer justicia
El libro de Miqueas hace una lista de tres acciones que Dios requiere de su pueblo. En esta serie nosotros analizaremos cada una de ellas y descubriremos cómo podemos estar seguros de que las estamos cumpliendo.
Hay varias listas en la Biblia que nos dan una gran información acerca de conceptos muy complejos. Por ejemplo, tenemos la lista de cosas que Dios abomina (Proverbios 6:16-19), en que consiste la religión pura que está en Santiago 1:27 y aun la conclusión de lo que importa en la vida en general que está en (Eclesiastés 12:13-14).
Una de esas listas la encontramos en Miqueas 6:8 que nos dice lo que Dios requiere de nosotros. Este versículo es algo maravilloso porque toma un concepto muy complejo y lo expresa en tres puntos increíblemente sorprendentes: “Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios”. En esta serie corta vamos a explorar estos tres puntos y examinar las formas es que podemos asegurarnos de que las estamos practicando en nuestra vida.
¿Qué es hacer justicia?
En su esencia hacer justicia es ser justo. Cuando meditamos acerca de la justicia, con frecuencia pensamos en seguir ciertas reglas: “aquellos que siguen las reglas son justos y aquellos que no, son injustos”. Sin embargo, históricamente la humanidad ha diseñado reglas que son justas para algunos e injustas para otros. A pesar del hecho de que muchos quieren tener un mundo más justo nada ha logrado cambiar la tendencia humana de quebrantar las reglas en favor de algunos para poder sacar ventaja sobre los demás.
La Biblia revela que Dios es un ser que practica una justicia perfecta. Él nunca miente, nunca muestra parcialidad y siempre es un ejemplo de amor.
Pero la ley moral de amor de Dios es totalmente diferente. Puede ser considerada el tratado de la “quinta esencia” de justicia y equidad. Las leyes de Dios son exponencialmente mejores que las reglas creadas por los seres humanos que tratan de una forma notoria de beneficiar a unos pocos en lugar de beneficiar a todos. Piense acerca de cómo la equidad está conectada estrechamente con esas leyes.
Piense en una situación en la cual se espera que usted haga lo correcto y reemplace la palabra correcto con justo.
- ¿Es justo sentir celos de la vida de alguien más en las redes sociales? Las plataformas como Facebook pueden fácilmente convertirse en una herramienta digital por la cual se borran muchas cosas y de esa manera se presenta la vida de alguien como fantásticamente atractiva. Entonces, ¿es justo que nosotros nos sintamos deprimidos por nuestras vidas porque tenemos un retrato incompleto de la vida de alguien más? ¿Es justo que otros piensen negativamente de ellos porque comparten una parte de su vida? El Décimo Mandamiento dice que no debemos codiciar. Codiciar es algo injusto para todos.
- ¿Es justo usar la pornografía o tener un amorío extra marital? ¿Es justo usar a otra persona para obtener gratificación sexual? ¿Es justo que nosotros destruyamos nuestras relaciones, mentes e ideas acerca del sexo involucrándonos en una actividad tan negativa? No, no es justo. El Séptimo Mandamiento dice que no debemos participar en ninguna práctica sexual fuera del matrimonio. La ley de Dios es justa, tanto con nosotros como con nuestra pareja (o nuestra futura pareja).
Hacer justicia es adherirse a las reglas de equidad que ha sido fijadas por nuestro Dios sabio e imparcial.
La Biblia revela que Dios es un ser que practica una justicia perfecta. Él nunca miente, nunca muestra parcialidad y siempre es un ejemplo de amor. Su propósito para el hombre es hacerlo semejante a Él. Así que para poder ser como Él tenemos que aprender a practicar la justicia también. Sin hacer la justicia estas características sorprendentes de Dios serían imposibles de emular.
¿Como podemos cumplir este requisito?
- Luche contra la injusticia en su propio ambiente. La senda de la justicia se asemeja a una luz que cada vez es más intensa hasta que alcanza toda la luz del día (Proverbios 4:18). Los seres humanos normalmente no son justos. Promover la justicia y la equidad significa que debemos asegurarnos de tratar a otros justamente. Y donde podamos tener control o influencia, debemos tratar de ayudar a rectificar situaciones donde la justicia y la equidad se ven comprometidas.
- Compare sus pensamientos y acciones con las reglas de Dios de justicia. Hacernos preguntas puntuales acerca de nuestras motivaciones en las decisiones, nos puede ayudar a ver dónde necesitamos más justicia en nuestros pensamientos y acciones. Por ejemplo: ¿es realmente justo basar toda mi opinión en un error que vi que alguien cometió?
Hacer justicia es algo exigente, y plantea desafíos, pero es algo necesario. Afortunadamente las reglas de Dios de justicia están disponibles, son consistentes y prácticas. Si no nos adherirnos a esas reglas divinas de la justicia quedaremos atrapados en la injusticia humana que todos tenemos a nuestro alrededor. Permanezcamos afuera de ese enredo y practiquemos ese requisito simple de Dios: hacer justicia.
Fecha de publicación: Mayo 31, 2022