Rodéese de personas buenas

¿Qué clase de personas nos rodean? Las personas que están dentro de nuestro circulo social, tienen injerencia en nosotros. ¿Será positivo o negativo ese impacto?

He visto películas que contenían un lenguaje profano desde que tenía unos 10 u 11 años de edad. (Mis padres intentaron evitar esto a toda costa, pero en algún momento se descuidaban y yo aprovechaba o las veía en casa de algún amigo.)

El punto es que estuve expuesto a esto.

Pero en realidad nunca usé un lenguaje obsceno… esto fue hasta que un circulo de amigos en la escuela primaria me invitaron a formar parte de su grupo. El lenguaje soez parecía divertido y rebelde, así que comencé a encajar en este grupo usando un lenguaje soez cada vez que estaba con ellos, lo cuál se extendió hasta gran parte de la secundaria.

No fue sino hasta que mi padre (un pastor cristiano) me llamó aparte cuando me escuchó usando una muy mala palabra, que me di cuenta que mis amigos y su lenguaje inapropiado me estaban influenciando negativamente.

No obstante, la influencia funciona en las dos direcciones.

Una influencia positiva

Ésta es otra historia (más positiva) de mi juventud.

Decir que durante mi adolescencia odiaba las matemáticas sería una sutileza. Las matemáticas siempre han sido un verdadero desafío para mí, así que no vi una buena razón para aprender más que lo básico.

Las personas que nos rodean influyen en nuestras vidas, ya sea positiva o negativamente.Luego asistí a una clase de física en la escuela a cargo de un profesor cautivador y con gran conocimiento. Estaba lleno de estudiantes que querían aprender y que trabajaban muy bien en equipo.

Entonces, pensé: estaba disfrutando esta clase debido a mi profesor y a mis compañeros, no sólo porque finalmente las matemáticas tenían sentido. Si mis clases anteriores de matemáticas hubieran estado llenas de influencias positivas, ¿habría tenido una percepción diferente de las matemáticas?

Las personas que nos rodean influyen en nuestras vidas, ya sea positiva o negativamente. Es probable que pensemos que somos inmunes a las personas que están en nuestros círculos y que sintamos que simplemente estamos alejando la influencia y no empapándonos de ella. Pero eso simplemente, no es verdad.

Versículos de la Biblia acerca de la presión social

La Biblia menciona este principio en varios lugares, y enfatiza el lado bueno y el lado malo de la influencia.

  • La Biblia nos dice qué: “las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres” (1 Corintios 15:33). Es prudente alejarse de las personas cuya influencia nos lleve a tomar decisiones destructivas.
  • Negativa: “No erréis, las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres” (1 Corintios 15:33).
  • Positiva: “Hierro con hierro se aguza; Y así el hombre aguza el rostro de su amigo” (Proverbios 27:17, lo invitamos a leer “Hierro con hierro se aguza”).
  • Negativa y positiva: “El que anda con sabios, sabio será; Mas el que se junta con necios será quebrantado” (Proverbios 13:20).

Entonces, ¿cómo podemos hacer cambios en nuestras vidas para rodearnos del tipo de personas que nos ayudan a crecer y mejorar, en lugar del tipo de personas que nos influyen negativamente?

¿Qué pasa cuando no puedo controlar quién me rodea?

La Biblia nos dice que “las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres” (1 Corintios 15:33). Es aconsejable mantenerse alejado de las personas que pueden influir en nosotros para que tomemos decisiones destructivas. 

No siempre podemos controlar qué tipo de personas nos rodean —por ejemplo, nuestros compañeros de clase, compañeros de trabajo, familiares y demás.

Habrá momentos en los que tengamos que interactuar con influencias poco saludables, incluso a diario. En esos casos, deberíamos tratar de reducir al máximo el contacto con esas personalidades tóxicas.

No tenemos que ser cortantes, secos o groseros con estas personas con las que no es positivo compartir, pero tampoco tenemos que pasar tiempo con ellas después de clase o del trabajo.

Lidiar con este tipo de personas puede ser muy difícil, sobre todo cuando no tenemos más opciones que estar cerca de ellas con frecuencia a lo largo de la semana, incluso quizás durante varias horas.

La Biblia nos anima a vivir en paz con todas las personas, en la medida que podamos controlar esto (romanos 12:18). No obstante, también nos advierte específicamente acerca de dejarnos afectar por las malas influencias —esas influencias negativas que sólo buscan que “os conforméis a este siglo” (Romanos 12:2).

Cuando nos vemos atrapados en este tipo de situaciones, requerimos de la sabiduría de Dios para poder manejar ese tipo de influencias poco saludables. Debemos pedirle a Él esa sabiduría (Santiago 1:5).

¿Qué pasa cuándo puedo controlar quién me rodea?

Cuando podemos controlar qué tipo de personas nos rodean, debemos buscar a los héroes y no a los villanos. Analicemos los siguientes ejemplos, de cierta forma hiperbólicos, de personalidades y rasgos de carácter.

  • Portadores de malas noticias y pesimistas negativos: “Todo está mal siempre. Ay de mí y ay de todos. Los resquicios de esperanza son un mito diseñado para hacernos olvidar lo horrible que es la realidad”.
  • Positivos y tienen los pies en la tierra: “Las cosas no están fáciles, pero podemos salir adelante si trabajamos juntos. No todo es terrible, y podemos utilizar lo bueno para superar lo terrible”.
  • Ansiosos y desconfiados: “vienen por mí, vienen por nosotros. No hagan nada que represente un desafío o todo acabará muy mal. Al final, las cosas no saldrán bien para nadie”.
  • Caminan por fe e investigan: “He pasado algún tiempo investigando esto en fuentes fidedignas, y creo que es una buena idea. Esta información los puede ayudar a tranquilizarse un poco”.
  • Egoístas y pecadores: “Tienen que velar por sí mismos. Si lo que hacen los hace sentir bien, ¿a quién le importa lo que piensen los demás? Los demás deberían darnos libertad y dejarnos vivir como queremos”.
  • Buenos samaritanos y luz en el mundo: “Ese chiste estuvo terrible y no me siento cómodo con eso. Vamos a ayudar a esa persona o por lo menos llamemos a la policía. No voy a ponerme en tela de juicio por dinero”.
  • Sabelotodo, sólo debemos preguntarles: “Me encanta criticar, pero no tolero que me critiquen. Realmente, no me interesa una conversación. Permítanme contarles los hechos —y por favor, no me interrumpan”.
  • Humildes y autocríticos: “Qué curioso, siempre estoy haciendo cosas así. No estoy seguro de eso,  voy a investigar y les contesto. He luchado con eso y sé lo difícil que es”.

¿Qué tipo de personas quiere que lo rodeen?

De acuerdo, hay que admitir que los seres humanos reales son mucho más complejos que estos estereotipos y ejemplos hiperbólicos. Pero podemos extraer de ellos algunas reglas básicas.

Hay momentos en nuestras vidas en los que todos podemos ser ansiosos, orgullosos, negativos y egoístas. También hay momentos en nuestras vidas en los que todos podemos ser positivos, racionales, generosos, valientes y fieles.

La diferencia radica en el concepto de la regla y la excepción a la regla. ¿Cómo son por regla general?

  • ¿Son negativos en los momentos en que las cosas se tornan difíciles? O ¿son negativos cuando el panorama parece alentador?
  • ¿Son arrogantes y actúan como sabelotodo cada vez que abren sus bocas? O ¿simplemente es una vergonzosa excepción a su regla general de ser humildes y soportar las bromas?

Rodearnos de buenas personas significa usar la sabiduría y el discernimiento para decidir qué influencias queremos en nuestras vidas y qué influencias no queremos.Rodearnos con personas buenas significa valernos de la sabiduría y el discernimiento para decidir que tipo de influencias queremos y no queremos en nuestras vidas. Cuando elegimos cuidadosamente las personas que nos rodean y pasan tiempo con nosotros, debemos escoger rodearnos con personas qué, como regla general, demuestren una personalidad y camino de vida sano.

Si como regla general, sus vidas y personalidades son predominantemente toxicas, con sólo algunas excepciones sanas a esa regla, es prudente que evitemos pasar mucho tiempo con ellas.

Naturalmente, el hecho de que elijamos rodearnos de influencias sanas y positivas no significa que debamos descartar, odiar o abandonar a otros que parezcan predominantemente tóxicos. Los cristianos, después de todo, estamos llamados a demostrar amor hacia todas las personas (1 Corintios 16:14; Gálatas 5:14).

Los hijos de Dios debemos ser siempre amables, generosos y misericordiosos con todas las personas, incluso con aquellas que no queremos que nos influencien de forma negativa.

En ocasiones, Jesucristo entraba en contacto con recolectores de impuestos codiciosos, prostitutas y otras personas que llevaban un estilo de vida tóxico. Él no los aborrecía ni los evitaba cómo si fueran una plaga. Era amable con ellos. Pero nunca aprobó su estilo de vida y tampoco pasaba mucho tiempo con ellos.

Él mostraba misericordia y compasión, de la misma forma que nosotros debemos hacerlo con cada persona que nos topamos. Pero Él no participaba de sus comportamientos y actitudes destructivas. Constantemente les señalaba un mejor camino y les daba un ejemplo perfecto del camino de vida correcto (Juan 5:14; 8:11).

Rodearnos de buenas personas significa usar la sabiduría y el discernimiento para decidir qué influencias queremos en nuestras vidas y qué influencias no queremos. De nuevo, cómo regla general, debemos analizar cómo viven sus vidas.

El hecho de que tomemos la decisión de no pasar tanto tiempo con algunas personas, esto no significa que seamos elitistas o hagamos acepción de personas.

¿Qué tipo de influencia queremos en nuestra vida?

La influencia es poderosa.

Debemos usar el discernimiento y la sabiduría según Dios para seleccionar cuidadosamente las influencias de las que nos rodeamos.

Algunas personas en nuestras vidas nos van a influenciar a hacer cosas como usar constantemente un lenguaje soez, mientras que otras nos van a influenciar a hacer cosas como encontrar valor en las matemáticas.

Pueden imaginar cuál de estas dos influencias trajo beneficios para mí y cuál no.

Definitivamente vale la pena rodearse de personas buenas.

En otras palabras, “No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal” (Romanos 12:21).

Acerca del autor

Eddie Foster

Eddie Foster

Eddie Foster nació en Ohio, y después de vivir en varias partes del noreste de los Estados Unidos, una vez más vive en Ohio, probablemente de manera definitiva esta vez. Vive en el área de Dayton con su esposa, Shannon, y su hija, Isabella. Ellos asisten a la congregación de la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial de Cincinnati/Dayton.

Eddie es graduado en ciencias de la educación infantil de la primera y segunda infancia del Bluefield State College (West Virginia) y una maestría en patología del habla y el lenguaje de la Universidad de Cincinnati. Trabaja en escuelas públicas, atendiendo a estudiantes de primaria y secundaria con impedimentos de habla y lenguaje y tambien a niños con otras discapacidades.

También le gusta escribir, especialmente sobre temas que ayudan a la gente a luchar y ganar la batalla contra los pecados, que él cree son la causa principal de la miseria. Es un apasionado en compartir los métodos de “cómo hacerlo” y los conocimientos que ha aprendido mientras pelea sus propias batallas para vencer el pecado y aprender del Dios de amor y sabiduría.

En su tiempo libre, disfruta viendo películas épicas de ciencia ficción. También le gusta el debate respetuoso de diferentes ideas, el jazz y el ritmo y los blues de los 70´s, escribir poesía y tratar de llevar alegría a la gente a través de la risa.

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