Superando el desánimo

El desánimo es un problema para muchos. Puede causarnos daño mental y emocional. También puede evitar que avancemos. ¿Cómo poder superar esta emoción negativa?

La mayoría, si no todos, hemos experimentado el desánimo en algún momento de la vida. Parece ser un hecho inevitable. La mayoría estaría de acuerdo en que no es un estado mental productivo, pero todos podemos ser atrapados por él.

La raíz de la palabra —desánimo— significa perder la confianza y la esperanza a causa de las dificultades y los fracasos. El desánimo puede paralizarnos, impidiéndonos que avancemos en la vida. Y, para ser honesto, este mundo es cualquier cosa, menos alentador. El fracaso, incluso en cosas pequeñas, es un miedo que está siempre presente para muchos.

Superar el desánimo es una tarea de grandes proporciones, pero no estamos solos al enfrentarlo.

¿Qué herramientas nos da la Biblia para que podamos enfrentar y vencer el desánimo?

El ejemplo perfecto: Jesucristo

El ejemplo de Jesucristo es el modelo a considerar mientras tratamos este tema. Él era un ser humano y “fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Hebreos 4:15). Esto incluía no sucumbir a la tentación de permitir que el desánimo hiciera que Él se rindiera y fracasara como Salvador de toda la humanidad.

Una profecía que se encuentra en Isaías 42 nos da una idea de cómo Jesucristo enfrentó y derrotó la tentación de ceder al desánimo: “No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia; y las costas esperarán su ley” (Isaías 42:4).

La pregunta para nosotros es: ¿Por qué Jesús “no desfallecería ni se desanimaría”? ¿Qué podemos aprender de Isaías 42:4 que nos ayude a entender cómo nosotros también podemos vencer el desánimo? 

Jesús se enfocó en su plan y propósito

El enfoque y el propósito de Jesús iban mucho más allá de este mundo temporal. Él estaba enfocado en el Reino de Dios, cuando Él estableciera la justicia y la paz en esta tierra. Sabía que su papel era ser el Salvador de toda la humanidad y el futuro Rey de justicia sobre toda la tierra.

Jesús no iba a permitir que nada en su vida lo desanimara tanto, que lo hiciera fracasar en el cumplimiento de ese propósito.

Esto no significa que fue fácil. Tampoco significa que no sufrió como ser humano.

Significa que Él nunca permitió que su enfoque flaqueara. Él nunca perdió de vista el plan que Él y su Padre habían puesto en marcha antes de que comenzara el tiempo. Estaba absolutamente decidido a no fallar en llevar a cabo este plan.

Tres claves para superar el desánimo

Consideremos algunas maneras en las que podemos seguir el ejemplo de nuestro Señor en vencer el desánimo.

1. Reconocer la naturaleza temporal y las limitaciones de la vida física.

Si nos enfocamos únicamente en esta vida temporal, podemos desanimarnos y decepcionarnos. La clave para evitar el desánimo es considerar que esta vida como un campo de entrenamiento, un período breve para formar el carácter y establecer una relación íntima con Dios. Jesús vio su vida física como temporal, y nosotros también deberíamos hacerlo.

Los cristianos sabios ven la vida física por lo que es y miran más allá, hacia una realidad mayor y más permanente.Eso no quiere decir que las decisiones y experiencias de esta vida no son importantes. Debemos establecer y lograr metas en esta vida. Podemos experimentar el éxito físico.

Al mismo tiempo, sin embargo, debemos reconocer la naturaleza fugaz y temporal de la vida y que a veces nos decepcionará.

Como enfatiza el libro de Eclesiastés, la vida tiene sus limitaciones y decepciones. Podemos vencer el desánimo esperando esas desilusiones, pero no podemos permitir el ser consumidos por ellas.

Los cristianos sabios ven la vida física por lo que es y miran más allá, hacia una realidad mayor y más permanente.

Para saber más acerca de nuestro propósito en la vida, lea “¿Por qué nació usted?”.

2. Cambie su enfoque hacia la realidad espiritual.

El enfoque de Jesucristo siempre estuvo enfocado a la realidad espiritual.

Él vino de esa realidad e iba a regresar a ella al final de su tiempo como ser humano. Nada en su existencia física temporal iba a distraerlo de eso. Estaba decidido a no permitir que el desánimo lo distrajera de las metas espirituales y del propósito de su ministerio. Sabía que la eternidad superaba con creces cualquier prueba y sufrimiento temporal.

Debemos seguir su ejemplo.

El pensamiento en donde nuestra mente se enfoque determinará cómo reaccionaremos y lidiaremos con las dificultades y pruebas que causan desánimo. Tener una comprensión clara de nuestro potencial espiritual, como se revela en la Biblia, es la clave. Este futuro es donde nuestro enfoque debe estar cuando lidiamos con las realidades de esta vida.

La tendencia a ceder al desánimo se vuelve menos preocupante cuando aprendemos a reenfocar nuestras mentes en la realidad espiritual de la eternidad.

3. Determinar que el fracaso no es una opción.

El actor Ed Harris, que interpretó a un director de vuelo de la NASA, Gene Kranz, en la película Apolo 13 de 1995, hizo esta famosa declaración cuando el Control de la Misión intentaba que la tripulación del Apolo 13 regresara del viaje con vida: “El fracaso no es una opción”.

Cuando suceden cosas malas en la vida, debemos analizar nuestras opciones y determinar que el fracaso nunca será una de ellas.

Esta frase, en realidad, se inspiró en un comentario hecho por Jerry Bostick, controlador de vuelo del Apolo 13, en una entrevista, años después de la crisis: “Cuando sucedían cosas malas, simplemente exponíamos con calma todas las opciones, y el fracaso no era una de ellas. Nunca entramos en pánico y nunca nos dimos por vencidos en encontrar una solución”.

Esta declaración es una excelente guía para enfrentar y superar el desánimo. Claro que suceden cosas malas en la vida, pero en lugar de desanimarnos y rendirnos, debemos analizar nuestras opciones y determinar que el fracaso nunca será una de ellas.

Mantener nuestro enfoque claro en el futuro que Dios tiene para nosotros nos ayudará a hacer esto.

Debemos permanecer firmes y avanzar hasta el final de nuestra vida natural. Este fue el enfoque del apóstol Pablo en Filipenses 3:14: “Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”.

No se desanime

Permanecer enfocados en nuestro propósito y en nuestro futuro eterno, nos dará las herramientas necesarias para afrontar la tendencia natural a desanimarnos. Hacer esto nos permitirá elegir, como lo hizo Jesucristo: “no desfallecer ni desanimarnos”.

Nota: Si está lidiando con la depresión, que va más allá del desánimo, considere leer: “Cómo vencer las emociones negativas: la depresión” y “Lo que un cristiano necesita saber acerca de la salud mental”.

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Colaborador de Vida, Esperanza y Verdad

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