El pueblo de Israel ha construido dos templos en Jerusalén, y los dos han sido destruidos. ¿Nos dice la profecía cuándo será construido el próximo templo?
La primera morada fija que fue construida para honrar al Dios de la Biblia tuvo su origen en la época del rey David de Israel. Así “dijo el rey al profeta Natán: Mira ahora, yo habito en casa de cedro, y el arca de Dios está entre cortinas” (2 Samuel 7:2).
Aunque Dios les había ordenado a los israelitas que le construyeran un tabernáculo —una tienda que pudiera ser transportada fácilmente mientras viajaban por el desierto (Éxodo 25-26)— Él no les había pedido que le construyeran “una casa de cedro” (2 Samuel 7:7).
Claro que a Dios le complació mucho el deseo de David, pero no le permitió que le construyera una morada permanente. En lugar de permitirle a David que le construyera una morada, Dios le prometió que el haría de él una “casa” —queriendo decir que el trono de David sería establecido para siempre— y que el hijo de David iba a construir una “casa” para el nombre de Dios (vv. 11-13).
Como Dios lo prometió, Salomón, uno de los hijos de David, comenzó “a edificar la casa del Eterno” (1 Reyes 6:1). Este templo, que está localizado en el Monte Moría en Jerusalén y comúnmente se le conoce como “el templo de Salomón”, se convirtió en un centro de adoración religioso en Israel. Este templo duró aproximadamente 400 años desde su construcción durante el reinado de Salomón hasta su destrucción a manos de los babilonios en el año 586 a.C. (2 Reyes 25:9).
El segundo templo
Después de 70 años de cautividad en el Imperio Babilonio, les fue permitido a los judíos regresar a Jerusalén y comenzaron a reconstruir el templo. Aunque comenzaron a trabajar en el templo casi inmediatamente después de su regreso a Jerusalén, la oposición por parte de pueblos vecinos y la negligencia de los mismos judíos retrasaron la obra. Finalmente, en el año 515 a.C. aproximadamente el templo fue reconstruido en el mismo sitio donde inicialmente había sido edificado.
Muchas fuentes, tales como La enciclopedia bíblica internacional estándar, se refieren a este segundo templo como el templo de Zorobabel (artículo, “El templo”), el “gobernador de Judá” (Hageo 1:1), quien ayudó a coordinar la construcción (Esdras 3:8; 5:2). Este templo estaba en pie cuando Jesús vino a la Tierra como ser humano, aunque había tenido remodelaciones importantes por parte del rey Herodes. En total, esta edificación se mantuvo durante 600 años antes de su destrucción por parte de los romanos en el año 70 d.C.
Para información adicional acerca de la ubicación del templo y la historia de los dos primeros templos, vea el artículo “El Monte del templo: su historia y su futuro”.
¿Un tercer templo?
Ya que el templo ha sido un elemento tan importante en la historia de los antiguos israelitas (y especialmente para los judíos, que también son israelitas) muchos se han preguntado qué dice la Biblia acerca de un tercer templo.
Si bien es cierto que los textos bíblicos no son siempre tan explícitos como quisiéramos, existen tres indicaciones bíblicas de otro templo. Dos de ellas representan un templo literal, y la tercera es simbólica.
Indicación #1: los sacrificios se reanudarán
Basado en las profecías del libro de Daniel acerca de los sacrificios que llegan a su fin al término de esta era del hombre y de una abominación desoladora en los últimos tiempos, algunos creen que los judíos van a construir otro templo en Jerusalén antes del regreso de Jesucristo a la Tierra.
Daniel 8:9-14 habla de “un cuerno pequeño” y por él fue quitado “el continuo sacrificio”. Este “cuerno pequeño” era Antíoco Epífanes, que era un prototipo del poder religioso falso de los tiempos del fin que se va a unir con un poder civil llamado la bestia. Para información adicional acerca de este “cuerno pequeño” vea los artículos “Daniel 7: cuatro bestias y un cuerno pequeño” y “El anticristo”.
En el contexto de los acontecimientos de los tiempos del fin, Daniel 12:11 vuelve a mencionar que “el continuo sacrificio” es quitado. Estos dos pasajes de Daniel que hablan de sacrificios que llegarán a su fin, hacen que algunos concluyan que se va a construir un templo con relación al altar sobre el cual serán ofrecidos estos sacrificios.
Aunque es posible que los judíos vayan a construir otro templo antes del regreso de Cristo (ya hay personas dedicadas a reunir lo necesario para hacerlo posible ), también es posible que los judíos empiecen a ofrecer sacrificios sobre el altar sin haber construido el templo… Adicionalmente a estos pasajes de Daniel, Jesús habló de una “abominación desoladora” de los tiempos del fin que va a estar en “el lugar santo” (Mateo 24:15). Algunos creen que la frase “lugar santo” significa que va a haber otro templo, aunque esta frase también puede referirse al monte del templo simplemente.
Aunque es posible que los judíos vayan a construir otro templo antes del regreso de Cristo (ya hay personas dedicadas a reunir lo necesario para hacerlo posible), también es posible que los judíos empiecen a ofrecer sacrificios sobre el altar sin haber construido el templo, como sucedió antes de la construcción del segundo templo (Esdras 3:1-6).
Indicación #2: la visión de Ezequiel
En Ezequiel 40-48 claramente se habla de un templo que va a ser construido. Pero determinar cuándo va a ocurrir esto ha sido bastante difícil. Algunos piensan que estos capítulos de Ezequiel se remontan al templo de Salomón. Pero ya que la visión del templo de Ezequiel (Ezequiel 40:1) vino después de la destrucción del templo de Salomón, otros asumieron que la visión de Ezequiel fue una instrucción de Dios para la construcción del segundo templo o para la reconstrucción que hizo Herodes. Otro punto de vista de estos capítulos es que son representaciones alegóricas de la Iglesia.
Pero esta visión histórica está completamente errada. Como explica el Comentario expositor bíblico: “Los acontecimientos históricos no cumplen con los detalles del pasaje. Los templos de Salomón, Zorobabel o Herodes no comparten el diseño ni las medidas descritas en Ezequiel 40-42. El procedimiento de adoración establecido en los capítulos 43-46, aunque con naturaleza mosaica, no se ha seguido en la historia de manera exacta como se describe en esos capítulos. El rio que sale del templo en el capítulo 47:1-12 nunca ha fluido de ninguno de los tres templos mencionados anteriormente. Las únicas menciones de este rio están en Génesis 2:8-14 y Apocalipsis 22:1-2 (cf. Isaías 35:6-7; Joel 3:18; Zacarías 14:8).
“Las dimensiones geográficas y las asignaciones tribales de la Tierra son, sin duda, inviables en este momento, y tampoco han sido cumplidos en tiempos pasados. Serán necesarios algunos cambios geográficos antes de que se cumpla lo que está escrito en los capítulos 45, 47-48. Por lo tanto uno no miraría los acontecimientos históricos (del pasado o presente) de estos capítulos sino el futuro” (comentarios de Ezequiel 40:1–48:35).
La interpretación alegórica también falla al tratar de explicar de manera adecuada estos pasajes. Como dice el Comentario expositor bíblico: “El enfoque interpretativo figurativo o ‘espiritual’ parece no resolver ninguno de los problemas de Ezequiel 40-48; tiende a crear nuevos… Interpretar estos capítulos de otra manera que no sea con un enfoque normal, literal, parecería contradecir la guía interpretativa en la visión que advierte a Ezequiel que debe escribir con minucia todos los detalles concernientes al plan para el templo y las regulaciones para que estos detalles puedan ser tenidos en cuenta cuidadosamente y seguidos en cada aspecto (40:4; 43:10-11; 44:5; cf. Éxodo 25:9; 1 Crónicas 28:19). Por lo tanto, un enfoque figurativo no aborda adecuadamente los asuntos de Ezequiel 40-48” (ibídem).
La mejor interpretación parece ser que estos capítulos de Ezequiel describen un templo que será construido durante el Milenio para un Israel resucitado, una nación que ya no estará dividida en dos reinos (Ezequiel 37:22). El escenario es cuando el Espíritu de Dios será derramado sobre la casa de Israel y cuando Dios dice que “habitaré entre los hijos de Israel para siempre” (Ezequiel 39:29; 43:7). Otros indicadores mileniales son aguas de sanidad brotando del templo (Ezequiel 47:1, 9) y el nombre de la ciudad de Jerusalén siendo cambiada por “el Eterno allí” (Ezequiel 48:35).
Otra indicación de este templo milenial se encuentra en Zacarías 14:21, y dice: “Y toda olla en Jerusalén y Judá será consagrada al Eterno de los ejércitos; y todos los que sacrificaren vendrán y tomarán de ellas, y cocerán en ellas; y no habrá en aquel día más mercader en la casa del Eterno de los ejércitos”.
Aunque no se nos dice porque los sacrificios animales se reanudarán en el milenio, al parecer si van a ocurrir por lo menos por un tiempo y estarán asociados con un templo físico.
Indicación #3: un templo espiritual
Como ya hemos visto, una interpretación alegórica no sirve para Ezequiel 40-48. Sin embargo, hay muchas referencias que mencionan al pueblo de Dios como un templo espiritual en el Nuevo Testamento. Es interesante anotar que esta explicación simbólica fue dada incluso mientras el templo de Zorobabel y Herodes existían.
Pablo les escribió a los miembros de la iglesia de Dios en Corinto: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es” (1 Corintios 3:16-17).
Pablo más adelante les escribió a los miembros dándoles instrucciones para que evitaran la inmoralidad sexual: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (1 Corintios 6:19).
En 2 Corintios 6:16, Pablo les vuelve a decir a los corintios: “Porque vosotros sois el templo del Dios viviente”. Y en Efesios 2:21 les habló a los miembros de la iglesia acerca de crecer para “ser un templo santo en el Señor”.
Al elaborar con base en este simbolismo de cómo podemos ser el templo de Dios, Pablo explicó que Dios había dicho: “Habitaré y andaré entre ellos” (2 Corintios 6:16). Esto ocurre por medio del Espíritu Santo morando en nosotros, después de que nos arrepentimos de nuestros pecados y somos bautizados. Tener a Cristo en nosotros es nuestra “la esperanza de gloria” (Colosenses 1:27), y así es como podemos ser el templo de Dios.
Significado para nosotros
Mientras que el templo espiritual del cual habló Pablo ya se construyó y un templo físico va a existir durante el Milenio, sólo resta esperar para ver si los judíos van a construir otro templo antes del regreso de Jesucristo. En términos de importancia, ser parte del templo espiritual de Dios es de lejos, el esfuerzo más importante que podemos emprender.
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Para aprender más acerca del Medio Oriente, asegúrese de leer los artículos en la sección de “El Medio Oriente en la profecía bíblica”.