Para Dios, el gran Creador, la profecía no es un misterio. Él quiere que nosotros entendamos que el resultado es claro. Los enemigos de Dios no tienen ninguna oportunidad. Al final, ¡Dios gana!

Este enorme mosaico del Quinteto de Stephan es la imagen más grande obtenida hasta la fecha por el Telescopio Espacial James Webb de la NASA. Cuatro de las galaxias se encuentran a unos 290 millones de años luz de distancia, lo que evidencia la inmensidad del universo. (Crédito: NASA, ESA, CSA, STScI)
Este enorme mosaico de Stephen Quintet es la imagen más grande hasta la fecha del telescopio espacial de la NASA James Webb. Cuatro de las galaxias están a unos 290 millones de años luz de distancia, algo que nos da cierta idea de la vastedad del universo (créditos: NASA, ESA, CSA, STSCL).
Muchas de las profecías de la Biblia tienen detalles que pueden ser difíciles de entender para los lectores modernos.
Contienen muchos símbolos misteriosos y referencias geográficas que resultan poco familiares. Predicen maldiciones devastadoras y enemigos aterradores.
En ocasiones puede ser positivo dar un paso atrás y tratar de ver el panorama completo: el arco general de la profecía; la perspectiva de Dios acerca de dónde estamos ahora y hacia dónde nos llevará.
Una escritura que nos puede dar una perspectiva es Isaías 40.
“Las naciones le son como la gota de agua que cae del cubo”
Mientras que otras profecías señalan el poder y la capacidad destructiva de enemigos como la bestia de los tiempos del fin y el falso profeta, aquí Dios nos ayuda a dar un paso atrás para ver el panorama mucho más amplio.
“He aquí que las naciones le son como la gota de agua que cae del cubo, y como menudo polvo en las balanzas le son estimadas; he aquí que hace desaparecer las islas como polvo... Él está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar. Él convierte en nada a los poderosos, y a los que gobiernan la tierra hace como cosa vana” (Isaías 40:15, 22-23).
Desde la perspectiva de Dios, la Tierra y sus habitantes son diminutos y efímeros.
Y, sin embargo, Él nos invita a dar un paso más atrás, para vislumbrar el vasto universo que Él ha creado.
“Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio” (v. 26).
¡Dios conoce por su nombre a todos los miles de millones de estrellas!
Según una estimación, hay al menos “1.000.000.000.000.000.000.000.000” de estrellas, o un “1” seguido de 24 ceros (1 cuatrillón en el sistema europeo)” (space.com).
Incluso las asombrosas fotografías del telescopio espacial James Webb sólo nos dan una idea de la inmensidad de la creación de Dios.
Cuando nos alejamos lo suficiente, todo el universo físico se desvanece y sólo queda Dios.
Desde esta perspectiva, preocuparse por la victoria de los enemigos de Dios es ridículo. Nada de lo que puedan hacer los adversarios humanos, o incluso espirituales, puede frustrar el gran plan de Dios.
Sin embargo, aunque somos como la hierba que se marchita rápidamente (v. 8), Dios se preocupa por nosotros. Aunque somos como el polvo, para Dios somos muy importantes.
Él nos ama y quiere que seamos su pueblo —sus hijos.
“Consolaos pueblo mío”
Aunque el plan de Dios implica el castigo por los pecados, Él también anhela consolar a aquellos que han sido castigados y redimidos (vv. 1-2). Él describe su tierno amor utilizando la analogía de un buen pastor:
El Dios de poder ilimitado puede dar poder a sus hijos para soportar hasta el fin de esta era maligna y heredar su Reino.
“Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas” (v. 11).
Este tema del pastor amoroso se repite a lo largo de la Biblia, desde el Salmo 23 de David, hasta la identificación de Jesús como el Buen Pastor que dio su vida por sus ovejas (Juan 10:11). Ese sacrificio hizo posible que nuestros pecados fueran lavados y que recibiéramos el perdón y el consuelo de Dios.
“Levantarán alas como las águilas”
Está predicho que los desafíos de esta vida empeorarán antes de mejorar. Podemos preguntarnos si tendremos la fuerza para soportar el cumplimiento de las profecías de los tiempos del fin. Algunos se preguntarán si Dios ha olvidado sus problemas.
Dios responde:
“¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es el Eterno, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan al Eterno tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán” (Isaías 40:28-31).
Sin duda, el Dios de poder ilimitado puede dar poder a sus hijos para soportar hasta el fin de esta era maligna y heredar su Reino.
Esto es parte del evangelio que trajo Jesucristo —las buenas nuevas del Reino de Dios, un gobierno perfecto que traerá restauración, paz y abundancia a un mundo devastado. Si usted desea estudiar más acerca de este tema, lo invitamos a leer nuestro artículo “¿Qué es el Reino de Dios?”.
Cómo comprender la profecía
Antes de profundizar en los detalles de la profecía, es bueno tener una visión general, comenzando con la perspectiva de Dios que se encuentra en Isaías 40. A partir de ahí, el marco de la profecía del fin de los tiempos puede ser más fácil de entender y menos aterrador.
Luego es importante comprender por qué Dios dio la profecía. No es para darnos un conocimiento secreto que alimente nuestro ego.
La profecía muestra la justicia de Dios en un mundo lleno de injusticia, y eso debería llevarnos al arrepentimiento. Muestra el poder de Dios en un mundo que lo rechaza, y eso debería animarnos a perseverar. Y, en última instancia, la profecía demuestra el amor de Dios.
Lo invitamos a continuar su estudio acerca de este tema examinando las referencias bíblicas en nuestro artículo “El propósito de la profecía”.
A continuación, lo invitamos a que descargue nuestro folleto gratuito Cómo entender la profecía. Le proporciona una perspectiva que puede mejorar su comprensión de la profecía de los tiempos del fin y de cómo su vida puede cambiar para mejorar —¡y para la eternidad!